Traducido para Rebelión por Andrés J. Prado
Como estoy todavía en camino (vuelvo mañana por la noche), no he tenido oportunidad de comentar acerca del desarrollo de la cuestión tanto como me hubiera gustado. Pero he podido ver un poco del seguimiento que hace la CNN, esta mañana en mi hotel.
¿Qué se puede esperar de una cadena que confía en Octavia Nasr como «experto senior en Oriente Medio»? Pero la hipocresía es considerablemente llamativa. Se admiran de la osadía de la población cuando la población palestina muestra más osadía. Se sienten indignados por el nivel de represión usado por el régimen para acallar las manifestaciones cuando la represión israelí sobre manifestantes palestinos es mucho más salvaje y brutal. Admiran que haya mujeres participando en un movimiento nacional, cuando las mujeres palestinas ya encabezaban la lucha allá en 1930 (ver los documentos privados de Akram Zu´aytir). Se indignan porque el gobierno iraní prohíbe a los medios hacer su trabajo cuando el gobierno de Israel es mucho más estricto: mientras, unos pocos meses atrás, perpetraban la matanza en Gaza, no se permitía libertad de movimiento alguna a la prensa occidental con la excepción de la colina de la muerte donde Michael Oren llevó a los reporteros a ver desde la distancia el brutal asalto de Israel a la población civil palestina.
El seguimiento informativo en EEUU y Gran Bretaña prueba sin duda alguna que la prensa occidental, de manera creciente, ha estado sirviendo de herramienta para los diferentes gobiernos occidentales. Si el Gobierno aplaude, los medios aplauden, si el Gobierno condena, los medios condenan, etc… ¿Y estos medios occidentales serían tan desenfrenadamente elocuentes en la «glamourización» y glorificación de manifestantes y manifestaciones en Egipto, Arabia Saudí o Jordania como lo son ahora? Ya no hay ni exigencias para cubrir una noticia: va simplemente de cómo podemos ayudar de la mejor manera a los maravillosos manifestantes sin barba cuyas mujeres van con un velo más suelto. Con esto no quiero decir que el régimen iraní no sea represivo y necesite ser depuesto: nada más lejos de mi intención. Pero sí que el régimen iraní es igual de malo (de hecho los de Egipto y Arabia Saudí sean probablemente peores) e igual de injusto que los diversos gobiernos en Oriente Medio apoyados por gobiernos y medios occidentales.
Cuando los medios occidentales se sientan con los líderes de Egipto y Arabia Saudí es como si sentaran con un amigo. Y observen que, al igual que en la cobertura informativa occidental del Líbano, sólo se está atendiendo a las manifestaciones de uno de los lados. Ayer, el lado de Ahmadinajad congregó a miles y miles de personas en una muestra de fuerza, y aún así, los tres mil que se manifestaron por el «groupie» de Khomeini, Mousavi, recibieron mucha más cobertura.
Es la regla del manifestante barbudo: los barbudos no se merecen cobertura informativa y no cuentan. Los medios pro-saudíes estaban en un éxtasis al principio pero ahora siento que se están poniendo nerviosos.