El miércoles 16 de abril, el periodista de televisión de la agencia Reuters, Fadel Shanaa, murió en la Franja de Gaza a consecuencia de un ataque de la aviación israelí. Vale la pena observar cómo trató el asunto Reporteros sin Fronteras; nos dirigimos para ello a su sitio web. Lo primero que observamos es que […]
El miércoles 16 de abril, el periodista de televisión de la agencia Reuters, Fadel Shanaa, murió en la Franja de Gaza a consecuencia de un ataque de la aviación israelí. Vale la pena observar cómo trató el asunto Reporteros sin Fronteras; nos dirigimos para ello a su sitio web.
Lo primero que observamos es que sus campañas están dirigidas contra dos países comunistas, Cuba y China. En cuanto a informaciones destacadas, una se refiere al gobierno de Uruguay, debido a que allí una periodista de un periódico regional dice haber sufrido amenazas y corre el riesgo de una condena de cinco meses por difamación. La otra es la liberación del fotógrafo Bilal Hussein, de Associated Press, detenido por el ejército de Estados Unidos en la base de Guantánamo durante 735 días.
Es necesario bajar en la pantalla hasta el apartado «Ver También» para encontrar en titular, ni siquiera en negrita, Un disparo de misil israelí mata a un camarógrafo de Reuters
De esta forma, una amenaza en Uruguay y una liberación estadounidense resultan para RSF más importantes que un asesinato por un misil israelí.
Leyendo el comunicado de RSF, aún aparecen elementos más preocupantes. Por ejemplo, ignoran que también murieron dos civiles en el mismo disparo. La principal reacción de RSF no es condenar la muerte, sino enviar su «más sentido pésame a la familia y las personas allegadas a Fadel Shanaa». Afirma la organización francesa que su muerte «viene a recordar que la Franja de Gaza, [es] escenario de violentos enfrentamientos entre el Tsahal y los grupos armados palestinos», pero la muerte del periodista de Reuters es tras un ataque en el que sólo han muerto palestinos, al menos 14, entre ellos cinco niños y un anciano.
RSF se limita a pedir una investigación e incluso el comunicado se permite presentar el crimen de forma optimista, señalando que «desde la muerte del reportero británico James Miller, ocurrida en mayo de 2003, ningún periodista había resultado muerto por disparos israelíes». Cualquiera diría que lo que hay que hacer es felicitar a Israel. Por último, eximen de intencionalidad al ejército israelí afirmando que «presumiblemente, un misil israelí ha fallado en su objetivo y ha alcanzado» el vehículo.
Sólo resta pensar qué hubiera dicho Reporteros sin Fronteras si ese periodista hubiera muerto a manos del ejército cubano o del venezolano.