Para el presidente, si baja la inflación y el déficit podremos dejar la carrera de endeudamiento en la que nos ha metido su gobierno. Esto es una doble falacia. Por un lado porque 7 de cada 10 pesos de déficit se explican por los intereses de la Deuda y por el otro porque se utiliza […]
Para el presidente, si baja la inflación y el déficit podremos dejar la carrera de endeudamiento en la que nos ha metido su gobierno. Esto es una doble falacia. Por un lado porque 7 de cada 10 pesos de déficit se explican por los intereses de la Deuda y por el otro porque se utiliza la emisión de dinero en gran escala como forma de financiamiento.
«Tenemos metas para bajar la inflación, para reducir el déficit fiscal. Y como las vamos a cumplir, vamos a dejar de endeudarnos y se van a multiplicar las inversiones en un país confiable», dijo el presidente Mauricio Macri el pasado 1º de marzo en su discurso de apertura del 136° período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación.
Plantear como condición para dejar de tomar deuda, la baja de la inflación y del déficit es un objetivo difícil de lograr si justamente es el endeudamiento una de las políticas que disparan inflación y déficit.
Es que los intereses de la deuda son el principal Gasto Público de la Argentina, determinantes del Déficit Fiscal. Casi 7 de cada 10 pesos de déficit se explican por los intereses de la Deuda del Estado, sin contar el BCRA, ni el resto de la Administración Nacional.
Y si analizamos el problema de la inflación vemos que, además de decisiones de política económica que la producen, -aumento de precios y tarifas de servicios públicos, aumentos de las tasas de interés que se trasladan a los precios, libre fijación de precios internos por parte de las empresas en una economía concentrada en pocas manos y extranjerizada- la emisión y el endeudamiento también la provocan.
«El gobierno de Macri utiliza igualmente la emisión de dinero en gran escala como forma de financiamiento (el famoso Impuesto Inflacionario del que tanto se lamentan los neo-liberales) y echa mano a la impresión de dinero que no tiene por falta de ingresos genuinos», explica Giuliano en su artículo y brinda estos tres claros ejemplos:
*El Banco Central de la República Argentina le ha impreso al Tesoro 25.200 millones de dólares (406.500 millones de pesos) en concepto de Adelantos Transitorios.
*El Banco Central también imprime sin respaldo los pesos necesarios para convertir las divisas que entran por exportaciones, por préstamos (endeudamiento) y capitales especulativos a quien el propio banco les ofrece grandes rentabilidades (27 % de interés anual en el caso de Lebac).
*Es el Banco Central que imprime lo necesario para pagar los pesos por los intereses de vencimientos mensuales de las Lebac (entre 25.000 y 30.000 millones de pesos por mes).
«Éste es el verdadero costo inflacionario que los Intereses producen sobre la Economía Nacional. Es la hiper-emisión del Estado para poder comprar Reservas con Deuda: una de las formas más perversas a través de las cuales el hiper-endeudamiento público produce y potencia la Inflación«, concluye el licenciado.
Deuda usurera e inflacionaria
La Deuda Pública del Estado Central a fines de la gestión Kirchnerista ascendía a 254.000 millones de dólares
Durante el 2016 el endeudamiento aumentó en 35.000 millones de dólares. Se estima que para el 2017 los números cerrarán en otros 38.000 millones más (las últimas cifras oficiales son al 30/63/2017 y llegan a 307.300 con datos aun no completos) y el presupuesto 2018 prevé un aumento de 47.000 millones de dólares más. «En total, 120.000 millones de dólares en tres años de gestión Macri. Es un monto que para el trienio 2016-2018 supera el aumento producido durante toda la administración Kirchner – que pese al discurso del Des-endeudamiento se incrementó en 100.000 millones de dólares – y su ritmo de aumento está previsto oficialmente que se mantenga por lo menos hasta el 2020 (es decir, aún a posteriori del mandato del actual gobierno)», detalla Héctor Giuliano.
Este gobierno ha batido un récord histórico de emisión de deuda que puso a nuestro país a la cabeza de la vergonzosa lista de los gobiernos de Países Emergentes colocadores de deuda.
Según detalla Giuliano, las condiciones con cada colocación empeoran la situación: «cada vez es mayor el monto de la Deuda impagable que se asume, cada vez es mayor el efecto acumulativo de tales obligaciones, cada vez es mayor el condicionamiento que acompaña a las mismas, cada vez es mayor la cuenta a pagar por los intereses, etc».
Tal como sucedió durante la gestión anterior, el gobierno Macri toma deuda sin demostración de capacidad de pago.
Peor aun, coloca bonos en moneda extranjera en momentos en que el valor de la divisas no se sabe dónde terminará, emite títulos en pesos ajustados por inflación porque afirma que bajará año a año y otros títulos (Boncer 2020 y 2023) con cláusulas gatillo de actualización automática por inflación, mientras le niega a los trabajadores y jubilados la utilización de ese tipo de ajuste.
Recordemos además la emisión del Bono a 100 años, (que fue concebido con cláusulas que comprometen a nuestro país por una centuria y, peor aún, extienden su condicionalidad no sólo al Bono 2117 sino a todos los títulos de la Deuda Externa Pública. (leer Del 2017 al 2117: pagando)
Deuda 2018
El licenciado Giuliano analiza en su artículo tres elementos que agravan la situación de endeudamiento que define como Crisis de Deuda:
1-Vencimiento de Capital: el presupuesto prevé emitir deuda pública por 113.000 millones de dólares de los cuales 66.600 son para renovar vencimiento de capital que no se podrán cancelar y 46.400 por nueva Deuda. Esto equivale a colocar en promedio 310 millones de dólares de Deuda por Día, 13 millones de dólares por hora.
2-Pago de Intereses: son crecientes a un ritmo más que proporcional al aumento de las deudas de Capital. Pero como no se pueden abonar en su totalidad, cerca de un 30% se transforman en capital que vuelven a generar intereses.
En 2016 se habrían pagado unos 10.000 millones de dólares, en 2017 otros 14.000 millones y para el 2018 está previsto pagar 21.000 millones de dólares, siendo el mayor rubro de Gasto Público del Estado En promedio, el Estado Central paga así unos 58 millones de dólares por día , 2.4 millones por hora.
3- Perfil de Vencimientos: se acortan cada vez más los plazos de renovación y/o colocación de nueva Deuda, particularmente a través de su programa creciente de títulos a corto plazo (en promedio, a menos de un año) vía Letes o Letras del Tesoro, que al 30.6.2017 – última información oficial disponible – sumaban más de 40.000 millones de dólares. Este acortamiento de plazos hace que las renovaciones sean más continuas y se generen mayores costos de refinanciación y de intereses.
Lo que debe el Banco Central
Tal como sucedía durante la gestión anterior, las informaciones publicadas de endeudamiento eran incompletas.
Las cifras que se conocen son las deudas del Estado Central y no la Deuda Pública Nacional, que comprende además Provincias, Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios, Juicios contra el Estado con Sentencias en firme y BCRA.
Y la del Banco Central es tanta o más grave que la del Gobierno Central, según detalla Giuliano en su artículo:
Al 31 de enero pasado el BCRA acumula deuda por Lebac de 66.000 Millones de dólares.
«La Deuda por Lebac está colocada a una Tasa de Interés promedio del 27 %, lo que representa el pago anual de unos 350.000 millones de pesos por Intereses, que se pagan aparte de los 406.500 millones de pesos que abona paralelamente el Tesoro por su Deuda del Gobierno», calcula el licenciado.
O sea, que sumando los Intereses a Pagar de la Tesorería y de las Lebac la Argentina está pagando más de 750.000 millones de pesos por año solamente en concepto de Intereses: esto es, un promedio superior a los 2.000 millones de pesos por día, un millón y medio de pesos por minuto.
Como cierre de su análisis Héctor Giuliano concluye: «En su Política institucional de Gobernar con Deuda, el presidente Macri se encuentra metido hoy en una encerrona financiera fiscal de imprevisibles consecuencias y cuyos condicionamientos asfixiantes lo obligan a sostener su estabilidad política pagando Deuda con Deuda, tomando Deuda Nueva y pagando cada vez más Intereses. Es el perfecto círculo vicioso de la Usura donde el gobierno -sin Liquidez ni Solvencia Fiscal- aguanta el Déficit del Estado con Deuda pero como la Deuda y sus Intereses son el principal rubro del Gasto Público y consecuentemente el principal factor de aumento de ese Déficit Fiscal, dicho déficit lo cubre con más Deuda».
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