Realizado en La Mistelera (La Xara-Alacant) el 12 de Marzo de 2010 y al que asistieron: Artegalia Radio (Alacant), Radio Aktiva (Alcoi-Alacant), Radio Mistelera (La Xara-Alacant), Radio Malva (Poblats Marítims-València) y Radio Klara (València). Hoy el campo tiene puertas, los ríos se negocian, el calor del sol se comercializa y ahora también al aire le […]
Realizado en La Mistelera (La Xara-Alacant) el 12 de Marzo de 2010 y al que asistieron: Artegalia Radio (Alacant), Radio Aktiva (Alcoi-Alacant), Radio Mistelera (La Xara-Alacant), Radio Malva (Poblats Marítims-València) y Radio Klara (València).
Hoy el campo tiene puertas, los ríos se negocian, el calor del sol se comercializa y ahora también al aire le ponen dueño.
La nueva ley del audiovisual supone una muestra más de cómo estamos viviendo una época de restricciones y de control sobre el uso de las tecnologías de la comunicación. No es casualidad que en los últimos tiempos la SGAE haya incrementado sus extorisones en el nombre de la cultura, que Berlusconi haya comprado el grupo de comunicación del ala «progresista» de nuestro país, que se endurezcan las leyes para las descargas compartidas en internet, que el apagón analógico aceche a la vuelta de la esquina… La nueva ley del audiovisual se ha aprobado con prisas, sin debate, ignorando las más de 600 enmiendas presentadas y siendo muy amables, eso sí con la UTECA y la AERC, las patronales de televisión y radio, los amos del negocio, vamos.
Porque de lo que se trata es de «liberalizar el sector». Llaman liberalizar no a permitir una mayor participación y pluralidad en los medios de comunicación, sino a la instauración de la ley del más fuerte. Quien más dinero tiene emite dónde, cuándo y cómo quiera, sin tener en cuenta la función social de las radios libres y comunitarias (exigimos al menos un tercio del dial para medios sin fines lucrativos). No en vano las licencias de emisión, ya sea para televisión o radio, saldrán a subasta y se las llevará el mejor postor, quitándose así el estado de toda responsabilidad a la hora de conceder las licencias. Así se permite además que cada vez menos empresas tengan más licencias con lo que habrá una clara tendencia al monopolio de la comunicación.
Por si fuera poco la nueva ley deja libres a las empresas de comunicación de cualquier responsabilidad de ofrecer un servicio público de la información, así el derecho a recibir una pluralidad informativa queda ya totalmente olvidado. Esto supone en la práctica que las televisiones y radios públicas y autonómicas acabarán siendo absorbidas por las empresas privadas.
Puede que pensemos que todo esto sólo incumbe a los grandes magnates de la comunicación y a quienes trabajan o participan en estos medios pero el control de la información es algo que nos repercute a tod@s. Con esta ley se pone de manifiesto que el uso de la tecnología de la comunicación en todas sus variantes (radio, televisión, internet, etc) queda restringido y sólo los grandes propietarios podrán hacer un uso legal de él. Al mismo tiempo se establecen las directrices para fomentar el negocio de la comunicación, es decir el uso lucrativo y no social de los medios. Y por último supone la imposibilidad del ciudadano de a pie de hacer uso de su derecho a la libertad de expresión, a la libertad de comunicarse, lo convierte en un consumidor de la información que los medios le ofrezcan sin poder participar en la creación de los contenidos.
La radio comunitaria queda fuera del juego, ni que decir tiene que la radio libre también. Ajeno a todo el viento que sigue soplando; el aire es libre, el aire no tiene dueño.
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