«Usted no puede matar la verdad asesinando a periodistas», dijo Tubal Páez, presidente de la Unión del Periodista de Cuba (UPEC). Ciento cincuenta periodistas cubanos y suramericanos, embajadores, políticos y huéspedes extranjeros se congregaron en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí para honrar el 50º aniversario de la muerte de Carlos Bastidas Argüello, el […]
«Usted no puede matar la verdad asesinando a periodistas», dijo Tubal Páez, presidente de la Unión del Periodista de Cuba (UPEC). Ciento cincuenta periodistas cubanos y suramericanos, embajadores, políticos y huéspedes extranjeros se congregaron en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí para honrar el 50º aniversario de la muerte de Carlos Bastidas Argüello, el último periodista asesinado en Cuba.
Carlos Bastidas tenía solamente 23 años de edad cuando fue asesinado por la policía secreta de Fulgencio Batista después de visitar las fuerzas de Fidel Castro en la Sierra Maestra. Edmundo Bastidas, hermano de Carlos, explicó cómo el caudal de un río de cambios enseñó desde la Sierra Maestra, simbolizado por los esfuerzos de su hermano de ayudar a un nuevo futuro seguro para Cuba.
La celebración en La Habana fue conmemorada en honor del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se observa cada año en mayo. Este día fue proclamado por la Organización de Naciones Unidas en 1993 para honrar a los periodistas que han perdido sus vidas reporteando noticias y para defender la libertad de los medios por todo el mundo.
Durante mis cinco días en La Habana, conversé con decenas de periodistas, estudiantes y académicos de la facultad de comunicación [de la Universidad de La Habana], líderes de la UPEC y [dirigentes] políticos. El tema subyacente de mi visita fue determinar el estado de la libertad de los medios en Cuba y construir un mejor entendimiento entre los activistas por la democratización de los medios en EEUU y éstos en Cuba.
Visité las dos principales estaciones de radio de La Habana, Radio Rebelde y Radio Habana. Ambas tienen acceso por Internet a múltiples fuentes globales de noticias, incluyendo CNN, Reuters, Associated Press (AP) y BBC, con varios noticiarios que emiten historias para la difusión pública.
Más de 90 municipios de Cuba poseen sus propias estaciones de radio que funcionan localmente y los periodistas cubren noticias locales en cada provincia.
Durante mi visita de varias horas a cada estación fui entrevistado directamente al aire sobre la consolidación y la censura de los medios en EEUU y también pude preguntar a los periodistas acerca de la censura en Cuba. De las decenas de trabajadores de prensa que entrevisté, todos me dijeron que tienen completa libertad para escribir o para difundir cualquier historia que elijan. Esto resultó muy diferente al sistema de medios estalinista representado tan a menudo por los intereses de EEUU.
No obstante, llegó a estar claro que los periodistas cubanos comparten un sentimiento común respecto a la continuación de la amenaza contra-revolucionaria financiada desde EEUU por los cubano-americanos que viven en Miami. Esta no es una sensación sin fundamentos porque, durante los últimos cincuenta años, han ocurrido muchos cientos de acciones terroristas contra Cuba apoyadas por EEUU. Además de la invasión de 1961 por Bahía de Cochinos [Playa Girón], estos ataques incluyeron hacer explotar aviones de la línea aérea Cubana de Aviación, como el atentado que en 1976 causó las muertes de setenta y tres personas, una epidemia de la fiebre del dengue que a comienzos de 1981 mató a 158 personas y varios bombardeos de hoteles en los años 90, donde uno de ellos causó la muerte de un turista italiano.
En el contexto de esta amenaza exterior, los periodistas cubanos admiten reservadamente que indudablemente existe una cierta auto-censura respecto a las historias de noticias que podrían utilizarse por el «enemigo» contra el pueblo cubano. No obstante, los periodistas cubanos valoran decididamente la libertad de la prensa y no existe evidencia abierta de restricción o de control del gobierno.
Los periodistas cubanos se quejan de que los grandes medios corporativos de
EEUU son sesgados y rechazan la cobertura de los aspectos positivos del socialismo en Cuba. La mayoría de los estadounidenses ignora que Cuba es el país número uno en el mundo en cultivos orgánicos, que tiene un sistema impresionante de salud pública -con una tasa de mortalidad infantil más baja que EEUU-, que forma médicos provenientes de todo el planeta y que para los últimos tres años exhibe un aumento del 43% del Producto Interno Bruto [valor total de los bienes y servicios producidos anualmente por un país].
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, criticó el sesgo en los medios de EEUU. «¿Cuán a menudo ve usted a Gore Vidal entrevistado en los medios de EEUU?», preguntó. Vidal recientemente dijo que EEUU ‘está en su fase peor de la historia’. «Quizás Cuba utilice en exceso noticias corporativas [de EEUU]», dijo. «Los periodistas cubanos necesitan ligarse más a las fuentes independientes de noticias en EEUU». Alarcón se encendió al decir que Cuba permite que CNN, la AP y el Chicago Tribune mantengan oficinas en Cuba, pero EEUU rechaza autorizar que los periodistas cubanos trabajen en Estados Unidos.
Mientras el sistema socialista cubano mejora, EEUU hace todo lo que puede para forzar artificialmente condiciones de guerra-fría, financiando ataques terroristas, manteniendo un embargo económico, lanzando una nueva flota naval del Caribe contra el «terrorismo» y limitando cada vez más los viajes a Cuba del ciudadano estadounidense. Llegó la hora de invertir esta posición de guerra-fría aislacionista, honrar la elección del pueblo cubano de un sistema socialista y construir una relación de trabajo positiva entre los periodistas en apoyo de la democracia de los medios en nuestros ambos países.
Peter Phillips es profesor de sociología de la Universidad Sonoma State, de California, y director del Proyecto Censurado, una organización de investigación de medios. Phillips viajó a Cuba como huésped invitado de la Unión de Periodistas de Cuba, del 10 al 15 de mayo 2008.
Traducción de Ernesto Carmona