Durante las elecciones nacionales bolivianas un grupo de observadores monitoreó el comportamiento de los medios. No se conoce si estos medios fueron amenazados de bombardeo, como lo fue la cadena Al Jazeera, pero anunciaron en coro el apocalipsis si ganaba Evo Morales.El protagonismo fue de otros, aunque los medios masivos de comunicación disputaron la incidencia […]
Durante las elecciones nacionales bolivianas un grupo de observadores monitoreó el comportamiento de los medios. No se conoce si estos medios fueron amenazados de bombardeo, como lo fue la cadena Al Jazeera, pero anunciaron en coro el apocalipsis si ganaba Evo Morales.
El protagonismo fue de otros, aunque los medios masivos de comunicación disputaron la incidencia en el resultado electoral de Bolivia. Usaron argumentos y falacias, distribuyeron sin equidad los espacios de exposición televisiva, trasmitieron spots publicitarios con denuncias anónimas para convencer a la opinión pública de que la ingobernabilidad caería sobre el país si ganaba Evo Morales. La embajada de Estados Unidos alertó a sus ciudadanos de la catástrofe inminente, les pidió que se aprovisionaran para resistir, porque las manifestaciones de los bolivianos empiezan pacíficamente pero terminan con violencia. Para convencerse de lo incómoda que puede ser la independencia periodística basta conocer que, según denunció el Daily Mirror (22-XI-05), el gobierno de Estados Unidos tuvo serias intenciones de bombardear los estudios de la cadena televisiva Al Jazeera, molesto por su comportamiento hostil.
Hay que conocer también el comportamiento de los medios venezolanos, más afines a la conducta de un partido -de oposición- que a la de un órgano de prensa.
En Bolivia, un grupo de investigadores de la Asociación Latinoamericana para la Comunicación Social, Comunican, observó los medios radiales, gráficos y televisivos de alcance nacional y regional en el período preelectoral (12 al 17 de diciembre), durante el acto electoral del domingo 18, e inmediatamente posterior.
Según el informe los medios monitoreados plantearon con mucha intensidad y malicia el papel clave del candidato del MAS para construir un escenario de ingobernabilidad. Por incapaz y por radical. Es decir: por su intento de dignificar a las poblaciones originarias, por la fuerza aymara, chiquitana, quechua y guaraní que lo respalda, por no provenir del medio académico, por pretender nacionalizar los hidrocarburos, por plantear legalizar los cultivos de coca, por su defensa de los recursos naturales.
Los juicios negativos por incapacidad, fundados en criterios discriminativos racistas y clasistas, se evidenciaron tanto en medios televisivos y radiales como escritos y tanto por acción como por omisión. Salvo el demonizado Evo, el elemento indígena como actor social estuvo ausente en las coberturas periodísticas.
BRECHA cita aquí algunos ejemplos registrados en las columnas de opinión de los medios escritos.
«No me extrañaría que los nuevos gobernantes abandonasen a sus cholas y birlochas para unirse a nuevas mujeres más instruidas y finamente perfumadas» (La Prensa 13-XII-05). Y el mismo columnista, en otro medio de alcance nacional, refiriéndose a la veda alcohólica preelectoral: «Ve a Evo Morales sin haber bebido un trago 48 horas antes, pues te encontrarás con un mestizo normal, bastante regordete, con pelos que le cubren hasta la frente y mostrándote una sonrisa de cholito próspero. Mientras si se ha tomado unos tragos piensas que el candidato del MAS es un cholo feliz» (Los Tiempos 15-XII-05).
Pero también otros editorialistas en otros medios insistían: «La ausencia (de los debates públicos) del candidato Evo Morales del MAS ha impedido calibrar su calidad y capacidad como candidato y posible presidente de la nación. Él mismo confesó que no terminó sus estudios primarios» (El Diario, 15-XII-05).
«Don Evo no se siente con la preparación suficiente para discutir mano a mano los grandes asuntos del Estado» (La Razón, 14-XII-05).
«Me da mucho miedo que algún día Evo nos represente en las Naciones Unidas. ¿Por qué? Porque no tiene capacidad» (Los Tiempos, Cochabamba, 15-XII-05).
Con un estilo similar se hilvanaban los juicios negativos por propiciar la ingobernabilidad:
«(.) El MAS y los movimientos sociales no pararán de hacerles huelgas (si ganan los de Podemos), paros y bloqueos; incluso han amenazado con tomar el poder por las buenas o por las malas» (La Razón, 15-XII-05).
«La peor pesadilla de Estados Unidos, la llegada al poder de un régimen izquierdista apoyado por Cuba y Venezuela, que aboga por la nacionalización de las petroleras extranjeras y la legalización de la coca» (Nota informativa haciéndose eco de medios estadounidenses. El Mundo, 15-XII-05).
«Lo reafirmaron exponentes de dos extremos -el líder sindical por un lado, el intelectual por el otro- reiterando la sentencia siniestra de que los llamados movimientos sociales serán los bedeles del futuro gobierno» (La Razón, 15-XII-05).
Geografía oculta
El encono tiene sus razones. Decía Michel Collon (véase BRECHA, 9-XII-05 ): si quiere saber dónde estallará un conflicto bélico, busque dónde hay un bloqueo a las rutas de comercialización del petróleo y sus derivados. O viceversa, si quiere saber por qué (realmente) estalló una guerra en cualquier lugar, busque qué rutas de comercialización de recursos naturales estratégicos están bloqueadas, para los países de la OTAN, en ese lugar. Puesto que los señores de la guerra han de ocultar siempre los motivos económicos de su iniciativa bélica, deben por tanto ocultar también la geomorfología del terreno. La geografía oculta del miedo al cambio en Bolivia es la de los hidrocarburos y la de la coca.
Cuando Evo Morales proclamó, antes de finalizar el conteo electoral: «¡Ya ganamos aymaras, quechuas, chiquitanos y guaraníes. Por primera vez somos presidente!», las empresas petroleras trasnacionales entendieron que su disputa a boca de pozo estaba perdiendo a boca de urna.
Medios de comunicación y elecciones
De una lectura comparativa de los informes sobre cada género periodístico, el observatorio Comunican concluye:
1. Se registró una clara tendencia a convalidar y valorizar el acto comicial.
2. Se insistió en definir a Bolivia como un escenario de ingobernabilidad.
3. Se observó una clara tendencia a descalificar al candidato Evo Morales y al MAS.
4. En materia de equilibrio informativo se constató una distinción entre medios escritos, televisivos y radiales. En televisión se verificó una marcada tendencia al desequilibrio por ausencia de fuentes o tratamiento unilateral de las mismas, sin contrastes ni verificaciones. En los medios radiofónicos, la observación arrojó un manejo más equilibrado de los contenidos informativos. En el caso de los medios impresos, se comprobó un tratamiento diferencial entre los contenidos informativos -con una tendencia hacia un mayor equilibrio-, en tanto que los de opinión expresaron un marcado desequilibrio.
5. Se observó un destacado contraste entre el sistemático discurso de los medios periodísticos respecto del candidato Evo Morales y la conducta electoral de un segmento importante de la sociedad.
——————–
* El equipo de observadores integrado por académicos y periodistas iberoamericanos contó en Bolivia con Maryclén Stelling (Venezuela); Ernesto Carmona (Chile); María José Villa (Córdoba, Argentina); José de Pablos (España); Víctor Ducrot (Argentina); Ricardo Font (Venezuela) y quien escribe.