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Del papel de los medios de comunicación frente a la ley de garantías dentro de la reelección presidencial en Colombia

Fuentes: Rebelión

¿De qué forma pueden los periodistas trabajar para que se den los requisitos y condiciones necesarias que exige la Ley de Garantías en aras de la igualdad de un verdadero proceso democrático con miras a las próximas elecciones presidenciales de 2006 en Colombia? A propósito de las próximas elecciones para la presidencia de la República […]

¿De qué forma pueden los periodistas trabajar para que se den los requisitos y condiciones necesarias que exige la Ley de Garantías en aras de la igualdad de un verdadero proceso democrático con miras a las próximas elecciones presidenciales de 2006 en Colombia?

A propósito de las próximas elecciones para la presidencia de la República que se llevarán a cabo el año entrante y con la aprobación de la reelección presidencial inmediata, así como la implementación de una ley de garantías que se encargará de brindarle tanto al presidente-candidato como a los demás aspirantes una equidad en términos tanto económicos como publicitarios, se hace pertinente realizar un análisis de las dinámicas que comenzarán a hacerse notorias justo cuando las campañas empiecen a desarrollar sus programas políticos en los medios de comunicación.

Con la aprobación de la reelección muchos son los sectores de la vida nacional que han sentado su voz de apoyo y/o protesta manifestando que está decisión resulta un tanto ‘amañada’ en la medida en que favorece directamente los intereses del actual gobierno. De está forma se han venido presentando una serie de pronunciamientos por parte de los aspirantes a la presidencia colombiana, en donde señalan la falta de equidad que les significará competir contra quien posee un poder superior al de sus adversarios. No obstante la Corte Constitucional se encargó de desarrollar un conjunto de normas mediante las cuales les garantiza a todos los candidatos la igualdad de condiciones para llevar a cabo su campaña electoral.

En un contexto que nos permita realizar un análisis sobre las implicaciones políticas que tendrá está decisión en aras de preservar el buen curso de la democracia colombiana, es más que necesario contemplar la posición de los comunicadores respecto del manejo que se le puede dar a está Ley así como los preceptos éticos que subyacerían al momento de escoger qué son aquellas cosas que dejan de ser noticia para pasar a ser proselitismo a la hora de informar. Con la puesta en marcha de estas garantías electorales los medios de comunicación deberán ser los primeros que agudicen sus sentidos para evitar al máximo caer en el juego de hábiles directores de campaña que buscarán a toda costa sacar ventaja de aquellas pequeñas oportunidades que se les brinden. Aunque el presidente Uribe aún no ha manifestado explícitamente su voluntad de participar en las próximas elecciones, algo que sí es claro es que todas estas restricciones se hicieron pensando en sus aspiraciones reelecionistas.

Conviene que el tema de las garantías electorales tenga un consenso tal que le permita obrar como un conjunto de parámetros reguladores del desarrollo democrático del país en un momento en el que está en juego la credibilidad institucional tanto del Estado como del mandatario en lo referente a temas como la desmovilización de los paramilitares y la negociación del TLC, puntos estos que logran desnudar la latente fragilidad del país en cuestiones políticas y sociales. En este sentido el Estado y sus representantes comienzan a percibirse como un ente en el que, según Max Weber en su Introducción a la ciencia política (‘El político y el científico’), «existe una relación de poder de hombres entre los mismos hombres», manteniendo está disputa una relación que en nada favorece los intereses de los gobernados y por el contrario sobrepone los de sus gobernantes.

Quizás resulte aterrador y desalentador enfrentarse a un candidato-presidente que desde que comenzó su gobierno ha mantenido una inmensa popularidad que se ve reflejada no solo en las encuestas sino en la mayoría de las personas que ven en él una figura patriarcal en medio de un panorama que puede no tornarse demasiado atractivo. Al comienzo un ‘corazón grande’ no fue suficiente para aplacar los ánimos de aquellos que querían hacer de las suyas pero de un tiempo para acá la ‘mano firme’ que comenzó a reinar terminó por hacerlo aún más popular, aunque sectores como el de los empleados públicos vean en él el verdugo que les cercenó algunas prebendas con el tiempo ganadas. Sin embargo los sondeos de opinión nos muestran un alto margen de favorabilidad en el caso de lanzarse de nuevo para un segundo mandato. Cifras de 56% en cuanto a la intención de voto de los colombianos encuestados lo hace un personaje por el que -ciñéndose a las cifras- la gente clama como única solución fren
te a la situación actual del país. ¿Y Navarro, Serpa y los demás ya perdieron sin tan siquiera haber dado la pelea? ¿O acaso los colombianos necesitamos tanto de Uribe? ¿Y si por esas cosas de la vida Uribe no lanza de nuevo su candidatura? ¿Quién podrá defendernos?

Los medios de comunicación hacen de la política un escenario en el que se ejerce la democracia. Hoy día la gente no vota por el candidato de carne y hueso sino por el que les presenta la TV, la radio o la prensa. En este sentido es necesario que los medios dejen de darles el primer plano a los candidatos y se enfoquen un poco más en lo que los electores quieren de ellos, esa persona del común que al final es la que determina quién será el ganador. En América Latina se está comenzando a promover la idea errónea de asumir el candidato como un producto y como tal se hace necesario la implementación de estrategias para saber vendérselo al electorado que será su consumidor final. Y ya que la alternativa del marketing se sobrepone a los deseos de la mayoría es pertinente que los comunicadores como generadores y catalizadores de la opinión pública comprendamos que no basta con transmitir y/o retransmitir las campañas desde la comodidad de nuestra sala de redacción, es necesario sali
r a las calles a confrontar las ideas de los candidatos con las de la gente para que así este debate tome una doble vía que le permita al periodista entablar canales comunicativos que terminen por definir las aspiraciones y expectativas de parte y parte.

Es fundamental tener siempre presente la función social del oficio y de los periodistas como servidores públicos en los cuales la comunidad delega la importante función de mantenerse correctamente informada de todo cuanto interfiera y atente contra sus intereses. En este orden de ideas los comunicadores deben encargarse de ser el eco de aquellos quienes no tienen la suficiente fuerza en su voz para hacerse escuchar. Y es quizás esa función la que le impone a esta profesión un tinte de poder tanto por su carácter social como por la movilización que puede generar valiéndose de una cámara, una pluma o la voz como única arma.

Los diferentes partidos políticos opinan con respecto al tema de las garantías electorales. Para muchos esto significa una competencia desigual frente a un candidato que tiene a su servicio todo el aparato estatal y en consecuencia, por su labor de primer mandatario una mayor exposición a los medios de comunicación. Ahora bien lejos de las restricciones económicas que no vienen al caso, vale la pena preguntarse ¿cuál será el papel de los medios en todo este proceso? En un taller denominado «El periodismo y los procesos democráticos», María Teresa Ronderos y Javier Darío Restrepo señalan: «En aras de fortalecer la democracia los medios deben proporcionar información veraz, comprensible, crítica, profunda, basada en un gran esfuerzo investigativo y generada en gran medida por iniciativa propia. Deben dar seguimiento a los hechos y evitar convertirse en correas de transmisión de los candidatos, el gobierno y los partidos políticos».

A partir de lo anterior es claro que aunque la ley es necesaria para equilibrar este tipo de actividades de participación popular, la influencia indirecta de ésta sobre los medios puede llegar a generar cierta ‘autocensura’ con el fin de no violarla. De esta forma la responsabilidad no recaerá de manera absoluta sobre el presidente-candidato sino que también comprometerá a los medios a realizar una censura en su material a la hora de publicar. El enfrentamiento ético-jurídico al que dará pie está situación comprometerá cualquier tipo de procedimientos de forma que el medio ejerza frente al cuestionamiento de lo que se puede considerar como noticia. Es probable que su papel presidencial se parta en dos a partir del 28 de noviembre -fecha limite para inscribir su candidatura- y comiencen a salir a flote campañas de carácter social que son noticia, que benefician a la comunidad pero que en el contexto proselitista implícitamente le suman puntos adicionales a su popularidad y por
ende a su campaña electoral. Ahora la pregunta es si por informar este tipo de obras -de la misma forma que se hacía antes de aprobada la reelección- los medios de comunicación entrarán a hacer campaña sin quererlo. ¿Será que con este nuevo momento político y democrático que vive el país los medios deberán reorganizar su metodología informativa? Porque no es para nada fácil dejarle el problema a la llamada ‘objetividad’ que parece haber desaparecido -si es que alguna vez existió-, y hacerse los de la vista gorda en un tema tan significativo para el rumbo de la democracia colombiana.

Como claros ejemplos de la forma en que la prensa escrita manejaba las noticias que contaban con el protagonismo de Uribe como presidente de la república -y lo digo en pasado porque estoy convencido que esto necesariamente va a cambiar-, en cabeza del diario EL TIEMPO el periódico más importante e influyente del país, observaremos el desarrollo de algunas notas que fueron noticia en su momento. Claramente se puede observar que de seguir con este esquema de presentar la información en la campaña que se avecina se estará favoreciendo ostensiblemente los intereses políticos del presidente-candidato que en este caso es Uribe pero que a futuro puede ser cualquiera.

URIBE VÉLEZ GARANTIZA LIBERTAD DE PRENSA

En una agitada agenda, la misión internacional de la SIP se entrevistó con el presidente Uribe, el Ministro del Interior, los presidentes del Congreso y el Fiscal General.
No habrá una sola norma restrictiva de la libertad de prensa durante mi Gobierno, le aseguró ayer el presidente, Álvaro Uribe Vélez, a la delegación de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se reunió ayer con él en la Casa de Nariño.
El mandatario prometió verificar los detalles de recientes roces entre la Fuerza Pública y periodistas en las Zonas de Rehabilitación, y reiteró que el periodismo se puede mover libremente en esas regiones.
El Presidente se mostró preocupado por la concentración de los medios de comunicación que -dijo- perjudica el pluralismo, y por la criminalidad, sobre la cual prometió empeñarse en que la justicia haga esfuerzos especiales para acabar con la impunidad.

Publicación: EL TIEMPO
Edición: Bogotá
Sección: INFORMACION GENERAL
Fecha Publicación: 23/01/2003
Página de Bogota: 1-16

URIBE ENTREGÓ 8.747 SUBSIDIOS DE VIVIENDA DE INTERÉS

El Presidente Álvaro Uribe entregó ayer recursos por 60.000 millones de pesos para financiar la construcción de 194 proyectos de vivienda de interés social en 176 municipios del país.
Los recursos aprobados a través de la Bolsa de Esfuerzo Municipal permitirán crear 65.000 empleos y beneficiarán a 8.747 familias.
El proyecto Ciudadela Deportiva de Ocaña, Norte de Santander, fue seleccionado como el mejor.
En un terreno de ocho hectáreas, seis se destinarán a zonas verdes y áreas recreativas. Este programa de autoconstrucción incluye un polideportivo, canchas de tenis, fútbol, basketball, patrinódromo, parques infantiles, piscina e Iglesia.
Allí ya se construyeron 204 viviendas y 84 adicionales se harán con los 50 nuevos subsidios entregados ayer.
El Presidente Uribe destacó este proyecto, indicando que se cambiará la moda de meter a los pobres en hornos crematorios. Hay que darles calidad de vida, zonas verdes y parques por dónde caminar.
El Presidente Uribe ratificó ayer que la meta del gobierno es entregar 400.000 millones de pesos en subsidios de vivienda en este cuatrienio y en el 2003 106.493 millones de pesos.

Publicación: EL TIEMPO
Edición: PORTAFOLIO
Sección: ECONOMIA HOY
Fecha Publicación: 26/02/2003
Página de Bogota: 9

URIBE SE TRASTEA A ARAUCA

Cocineras, secretarias, el carro presidencial y equipos de comunicación fueron trasladados a esta ciudad para que el Jefe del Estado despache desde mañana en la boca del lobo.
Un plomero y un electricista llegaron a Arauca hace tres semanas con una misión secreta. Recorrieron la Brigada XVIII del Ejército, elaboraron un inventario y efectuaron recomendaciones para realizar una de las ideas más osadas del presidente Álvaro Uribe. Mañana, el Jefe del Estado se mudará a vivir y trabajar durante tres días en esta ciudad agobiada por el miedo.

Publicación: EL TIEMPO
Edición: Bogotá
Sección: LA NACION
Fecha Publicación: 14/07/2003
Página de Bogota: 1-2

Aunque se pueden sacar muchos más ejemplos con estos parece ser suficiente para darse cuenta del impacto que estas publicaciones tendrían sobre una población expuesta a diversas opciones políticas. Resultan muy explicitas estas notas ya que para nadie es un secreto que este periódico -no siendo el más ‘uribista’ de todos- tampoco no está exento de caer en esta clase de ‘apreciaciones’ que llegan a favorecer a un candidato sin así desearlo. El inconveniente está en que antes que candidato es presidente y por ende las cosas que haga o deje de hacer a parte de ser noticia para los medios son de interés público. ¿O a quién no le resulta grato abrir el periódico, encender la TV o el radio y encontrarse con la buena noticia de que su presidente está trabajando y como muestra de ello entregó 8.747 subsidios de vivienda de interés social a personas menos favorecidas?

Es probable que esta situación termine por perjudicar el derecho a la equidad por el que tanto pelearon los demás candidatos y todo esto se venga en contra del mismo Uribe. Siendo primíparos en este país en materia de reelección vamos a terminar por ‘satanizar’ toda aquella imagen uribista y la balanza terminará por inclinarse en contra de su propio mentor, haciendo que el remedio resulte peor que la misma enfermedad. Porque todo cuanto el presidente-candidato lleve a cabo será tomado como campaña y por ende -así este dentro de sus funciones presidenciales- va a ser objeto de debate por parte de sus detractores poniendo en una incomoda situación a los medios de comunicación.

Al final termina por no importar la corriente política de la que se es parte por convicción propia cuando por encima está el deber de Informar de buena fe. Lo cierto es que se avecinan días duros para el periodismo nacional y de la atención que se le preste a este asunto dependerá en gran medida el futuro democrático y el rumbo político que tome el país, por lo menos por los próximos cuatro años que vienen. Se aproximan las campañas electorales, el proceso de desmovilización de los paramilitares que aún quedan montaña adentro, los resultados del TLC y las elecciones, y algo que es una realidad será la participación directa que tendrá el presidente-candidato Álvaro Uribe Vélez en el desarrollo de todos estos procesos. Y aunque aún no ha presentado su candidatura de manera oficial es bueno comenzar a prepararse para lo que puede pasar. En este momento de la realidad nacional todo gira entorno a la reelección y los temas antes mencionados están pasando a un segundo plano. Las co
nsecuencias que estos asuntos acarrearán para el país son muy comprometedoras en el aspecto social y económico. Pero si lo pensamos un poco más de fondo ¿no sería mejor que fuera el mismo Uribe quien continuara para que así sea él y no nadie más quien se hiciera cargo de aquellos monstruos que se encargo de crear? Porque en fin de cuentas las AUC terminaron siendo el ‘frankenstain’ alguna vez desarrollado por el Estado para solucionar problemas que hoy pasados varios años no se arreglaron y sí convirtieron a estos grupos en la piedra en el zapato de aquellos que les dieron vida. Entonces ¿será más que prudente, necesario recurrir al ‘Mal menor’ del que habla Ignatieff en su libro?

Amanecerá y veremos cuál será el precio de tanta popularidad. Porque el lema de estas elecciones lo define la reina del pop Madonna con esta simple frase: «Que hablen bien o mal pero lo importante es que hablen». ¿Pero de qué manera hacerlo?

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Jimmy Montes es periodista Universidad Central de Colombia 2005