En su página web, la consultora Lincoln Group se define como «una empresa de comunicación estratégica y de relaciones públicas que provee comprensión e influencia en entornos exigentes y hostiles». En la práctica, eso supone sobornar a periódicos iraquíes para que publiquen como noticias textos que han sido escritos por militares estadounidenses. Primero, lo publicó […]
En su página web, la consultora Lincoln Group se define como «una empresa de comunicación estratégica y de relaciones públicas que provee comprensión e influencia en entornos exigentes y hostiles». En la práctica, eso supone sobornar a periódicos iraquíes para que publiquen como noticias textos que han sido escritos por militares estadounidenses. Primero, lo publicó ‘Los Angeles Times’. Ahora, lo han reconocido los portavoces del propio Departamento de Defensa, tanto en declaraciones a los medios de comunicación estadounidenses como al senador John Warner, que preside el Comité de Fuerzas Armadas de la cámara alta de EEUU.
La versión oficial es, previsiblemente, más moderada que la de los periódicos. En un alarde de buenas intenciones, el Pentágono ha explicado que la operación tiene como objetivo hacer «que la verdad llegue» a los iraquíes. Warner ha echado esencialmente toda la culpa a Lincoln Group, al explicar que el trabajo de la consultora consistía en traducir los textos escritos por los militares estadounidenses y luego hacer que los medios de comunicación iraquíes los difundieran como publicidad. El senador ha explicado a ‘The New York Times’ que «algunos de los artículos no llevaban una nota explicativa diciendo que se había pagado por su publicación».
La publicación de propaganda disfrazada de noticias es una tendencia muy acusada de la Administración Bush, y que ha sido utilizada ampliamente en Estados Unidos.
Hace un año se desató una tremenda polémica cuando se descubrió que la Administración producía falsos reportajes acerca de sus logros que luego distribuía a cadenas de televisión locales.