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El arte desinformativo de relacionar acontecimientos

Fuentes: Rebelión

Establecer o insinuar una relación directa entre dos hechos puede ser una forma de manipulación informativa. Recientemente se criticó que los periódicos ABC y El Mundo relacionaran una muerte por patología cardíaca en el aeropuerto de Madrid con la huelga de controladores. «Mi padre murió tirado en un lavabo de Barajas por la huelga de […]

Establecer o insinuar una relación directa entre dos hechos puede ser una forma de manipulación informativa. Recientemente se criticó que los periódicos ABC y El Mundo relacionaran una muerte por patología cardíaca en el aeropuerto de Madrid con la huelga de controladores. «Mi padre murió tirado en un lavabo de Barajas por la huelga de los controladores». tituló ABC. Por su parte, El Mundo llevaba la noticia a primera página titulando «Por esos sinvergüenzas mi padre murió sin su familia» y con foto a tres columnas de la hija con la foto del padre.

Una vez leída la noticia encontramos que la hija del fallecido reconoce que los controladores «no asesinaron a mi padre, pero si no hubieran hecho lo que hicieron y el destino de mi padre fuera ése, le habría sucedido en casa, rodeado de sus familiares». Añade que «no sabemos si el jaleo que se produjo en el aeropuerto pudo afectar a su salud». Sin embargo, los titulares, mediante la asociación de dos hechos, muestran a los controladores prácticamente como responsables de la muerte. Por cierto, que quien sabe si también murió alguna persona alejada de su familia por la suspensión de los vuelos de la empresa Air Comet, propiedad del presidente de la patronal española Díaz Ferrán.

Aunque este caso de manipulación ha sido muy divulgado, el 16 de diciembre sucedió otro similar pero que ha pasado más desapercibido. Se trataba del modo en que El País presentó uno de los cables de wikileaks. Titulaba «Chávez facilitó la fuga de varios etarras en Venezuela, según el ex director del CNI» . El hecho concreto era sencillamente que el ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar, debió esperar tres horas en la antesala del presidente venezolano antes de ser recibido. Eso le sirve al diario para comenzar su noticia así:

    Hugo Chávez hizo esperar durante horas en la antesala de su despacho presidencial en Caracas al ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar, para ganar tiempo y facilitar la huida de varios miembros de ETA refugiados en ese país , autores de 36 asesinatos y reclamados por la justicia española, según se asegura en un cable confidencial del Departamento de Estado de EE.UU.

La relación entre la espera y la huida de tres etarras de los seis que buscaba el CNI es una conclusión absolutamente arbitraria. El diario lo dice (y titula) porque, a su vez, el Departamento de Estado dice que se lo dijo el alto cargo del CNI. No se entiende por qué, en cambio, los otros tres miembros de ETA sí pudieron ser detenidos. El propio cable señala que el agente del CNI reconoce que «cuando finalmente pudo hacer su petición, Chávez lo aceptó de buena gana».

Es completamente absurdo responsabilizar a un jefe de Estado de la huida de unos reclamados por la justicia que el propio mandatario acepta entregar, sólo porque tuvo que esperar unas horas para ser recibido. Suponemos que si a la salida de la reunión a Dezcallar le hubiera atropellado un autobús el titular hubiera sido que que Chávez le entretuvo para que coincidiera en el tiempo con la trayectoria del autobús.

Pascual Serrano es periodista. Acaba de publicar el libro «Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles». Foca. Noviembre 2010 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR