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España

El caso de Tele K: ¿cómo resuelve Esperanza Aguirre los concursos públicos?

Fuentes: Rebelión

España en un país que tiene una tradición desigual en materia de televisión local. Mientras que en ciertas zonas de Andalucía -Jerez de la frontera y su comarca es un caso paradigmático- y Levante la presencia y la influencia de las televisiones locales es significativa, en Madrid esto no ha sido así, a pesar del […]

España en un país que tiene una tradición desigual en materia de televisión local. Mientras que en ciertas zonas de Andalucía -Jerez de la frontera y su comarca es un caso paradigmático- y Levante la presencia y la influencia de las televisiones locales es significativa, en Madrid esto no ha sido así, a pesar del esfuerzo llevado a cabo por algunos colectivos sociales por poner en marcha emisoras de televisión preocupadas por la información más cercana a la gente y por la que más puede influir en su vida cotidiana. En España, a diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos, la televisión se ha desarrollado de abajo a arriba, de lo nacional a lo autonómico, y dando siempre la espalda a lo local.

El concurso de las televisiones digitales locales resuelto por la Comunidad de Madrid en pleno mes de agosto -como si quisieran pillar a todo el mundo por sorpresa- muestra una profunda falta de respeto hacia quienes en Madrid han intentado poner en marcha modelos reales de televisión local, en ocasiones con un éxito notable y gran implantación en sus ámbitos de influencia. Es el caso de TeleK que no ha recibido la licencia solicitada en el concurso, a pesar de cumplir sobradamente -e incluso mejor que otros licitadores que sí han resultado favorecidos- los requisitos del concurso.

Creación de empleo

En el recurso que ha presentado la emisora vallecana para intentar anular la adjudicación de las licencias, y que vamos a resumir en este artículo, denuncian que se han seleccionado proyectos de improbable viabilidad en detrimento de operadores de televisión local de experiencia contrastada, lo cual va a suponer, sin duda, la pérdida de puestos de trabajo. Llama la atención esta circunstancia, cuando uno de los criterios de evaluación es la creación de empleo así como su calidad y estabilidad.

En la propuesta técnica presentada por Tele K al concurso, la emisora vallecana se compromete a crear 47 puestos de trabajo, además de los 33 que tiene ahora mismo, y hace referencia a la creación indirecta de empleo y al desarrollo de los intereses locales de desarrollo de su zona de influencia -otro de los criterios de evaluación- cuando recuerda que la Escuela Audiovisual de Vallecas, integrada en el proyecto de TeleK, es un taller de prácticas que alcanza un porcentaje de inserción laboral en torno al 50% de los 120 alumnos que se matriculan cada año.

Resulta paradójico que se hayan seleccionado ofertas presentadas por cuatro empresas constituidas con posterioridad a la convocatoria del concurso y sin trabajadores en plantilla.

Experiencia demostrada

Por otra parte, Tele K se queja de que el concurso convocado por la Comunidad de Madrid no ha tenido en cuenta la Ley de Medidas Urgentes para el Impulso de la Televisión Digital Terrestre que recomienda que se tenga en cuenta a la hora de adjudicar las licencias «como criterio positivo de valoración la experiencia demostrada en televisión local de proximidad«.

Llama la atención que TeleK, una emisora cuya programación está al cien por cien pegada al barrio, y a la información y a los intereses de los vecinos, es decir una televisión local de proximidad, no haya recibido su licencia, mientras que prácticamente ninguna de las empresas agraciadas tengan experiencia, excepción hecha del Arzobispado de Madrid y Canal 7. La primera más preocupada, lógicamente, por las cuestiones de fe, mientras que la segunda está emitiendo actualmente con una programación destinada fundamentalmente a la lectura de los editoriales de La Razón y de los artículos de Pedro J. Ramírez, a la emisión de programas importados de hispano américa y de publicidad de teléfonos eróticos. Todo ello muy próximo.

Viabilidad técnica

TeleK presentó como parte de su plica el correspondiente plan de viabilidad técnica en el que aseguraba que de haber sido seleccionada podría haber seguido emitiendo con tecnología analógica hasta el 1 de enero de 2008, algo a lo que está autorizada por la Ley, al estar funcionando antes del 1 de enero de 1995. Ninguna de las empresas que han sido seleccionadas van a poder emitir en analógico, por lo que la audiencia bajará considerablemente, y por lo tanto la implantación y el desarrollo de la televisión local, ya que no está previsto que para dentro de ocho meses, cuando deben comenzar las emisiones, haya un número significativo de receptores digitales en los hogares madrileños.

En este sentido, cabe recordar el fracaso del concurso de 1999 para la adjudicación de licencias de Televisión Digital terrestre de cobertura autonómica, cuando dos de los adjudicatarios no pudieron poner en marcha las emisoras digitales. A Quiero TV se le retiró la concesión seis años después de obtenerla por incumplir todos sus compromisos, incluida la creación de empleo, mientras que Net TV, para hacer frente a la falta de receptores digitales en los hogares madrileños está emitiendo con tecnología analógica a través de Telemadroño.

Ofertas que no debían haber sido admitidas

También denuncia TeleK que al menos dos de las ofertas seleccionadas no debían haber sido admitidas a concursar por no cumplir la cláusula del pliego de condiciones que establece que si los licitadores son sociedades «su objetos social debe incluir la gestión indirecta de este servicio de televisión digital«. Según Tele K, «y salvo error u omisión del BORME» (Boletín oficial del Registro Mercantil), ni Kiss TV S.L ni Televisión Digital Madrid tienen como este apartado detallado en su objeto social.

También señala TeleK que otras dos sociedades licitadoras y finalmente concesionarias no deberían haber sido admitidas a concurso por vulnerar la ley 10/1988 de Televisión Privada que establece que una sociedad concesionaria de televisión no podrá tener una participación significativa en ninguna otra sociedad concesionaria de un servicio público de televisión que tenga idéntico ámbito de cobertura y en la misma demarcación. Además, el pliego de condiciones de la convocatoria establece la inadmisibilidad de las solicitudes que no cumplan con este requisito.

Ocurre que Libertad Digital Televisión S.A y Homo Virtuales S.A U. incurren en esta incompatibilidad ya que la primera está participada al cien por cien por Libertad Digital SA, que a su vez está participada al cincuenta por ciento por Intereconomía Corporación S.A., que es la propietaria del cien por cien de las acciones de Homo Virtuales S.A.U.

Pluralismo informativo

Finalmente, hace referencia TeleK al incumplimiento del respeto al pluralismo informativo y de los principios constitucionales inspiradores del servicio, incluidos en la Ley 41/1995 de Televisión Digital Local. Este incumplimiento ha acabado por dibujar un mapa televisivo en la Comunidad de Madrid y en las dos demarcaciones de Madrid Ciudad, que es en las que se presentó Tele K, copado por empresas con escasa solvencia técnica y fuertemente afines al Partido Popular.

Cinco de los siete proyectos seleccionados para las demarcaciones de Madrid capital están participados por otros medios de comunicación que tienen como característica común una línea editorial que apoya notoriamente al Gobierno de Esperanza Aguirre y la política de oposición del PP al Gobierno de la Nación. Las otras dos empresas son Kiss FM, que se dedica a la radiofórmula musical, y Televisión Digital Madrid, en cuya propiedad no hay medios de comunicación conocidos, a pesar de que ha recibido una licencia en cada una de las demarcaciones.

Los cinco concesionarios a los que se hace referencia más arriba son: Unedisa Telecomunicaciones, cuyos propietarios son los mismos que el diario El Mundo; Uniprex S.A, que tiene entre sus propietarios a los titulares del diario La Razón; Homo Virtualis S.A. a cuyo frente está el exdiputado del PP Julio Ariza, y cuyo propietario es el grupo Intereconomía, que es a su vez la empresa editora de la revista Época; a la iglesia católica, propietaria de la cadena COPE, le ha correspondido una licencia a nombre del Arzobispado de Madrid, y para terminar, otra a Libertad Digital, cuya línea editorial es sobradamente conocida.

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