La televisora norteamericana CNN y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dos lobos con idénticos collares, representan una prolongada confrontación que se asemeja más a un culebrón para ambos promocionarse que a un enfrentamiento real. El espectáculo entre ese medio de prensa, bautizado como la Cadena Más Mentirosa (CMM), y la «bala perdida» de […]
La televisora norteamericana CNN y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dos lobos con idénticos collares, representan una prolongada confrontación que se asemeja más a un culebrón para ambos promocionarse que a un enfrentamiento real.
El espectáculo entre ese medio de prensa, bautizado como la Cadena Más Mentirosa (CMM), y la «bala perdida» de Trump data desde que el ahora inquilino de la Casa Blanca inició su controvertida carrera electoral hacia la butaca imperial de Washington.
La CNN, o CMM, como mejor prefieren llamarla muchos, fue uno de los tantos medios de prensa estadounidenses que atacaron sin cuartel al hoy mandatario, y que lejos de impedir su victoria en los comicios de noviembre pasado, lo publicitaron y, sin pretenderlo o quién sabe, terminaron por catapultarlo al trono.
El más reciente capitulo del culebrón entre ambos supuestos contendientes fue puesto en escena este domingo, luego que el presidente tomó nuevamente la ofensiva en la red social Twitter, y en un video se parodió él mismo golpeando a una persona que en su cabeza tenía el logo de CNN.
Trump ha acusado reiteradamente a esa televisora de difundir informaciones falsas, algo que hace cotidianamente y desde hace mucho tiempo sobre diferentes naciones latinoamericanas y de otras regiones de nuestro planeta tierra.
Por supuesto que la CMM, ni corta ni perezosa, fue a la riposta rápidamente y denunció públicamente al ocupante de la Casa Blanca de alentar la violencia contra sus periodistas.
Si de mentir o actuar violentamente se trata, sería muy difícil dilucidar cuál de los dos protagonistas de esa riña es el que se impondría en uno de los Reality Shows de moda actualmente en Estados Unidos, y que tiene al menos dos propósitos: De un lado, sus principales actores publicitarse, y del otro, desviar la atención de los graves problemas políticos y económicos que enfrenta el gigante del Norte.
Es cierto que el comportamiento de Trump no puede ser más agresivo y farsante, como también lo es el de la CNN, cuya historia es bien conocida en América Latina y en todo el mundo por desinformar, difamar, e incluso promover golpes de Estado y alentar conflictos e invasiones castrenses «made in USA».
Son sin duda alguna dos lobos con idénticos collares que aparentemente batallan por imponer su protagonismo, pero que de seguro negociarán un «happy end» cuando los intereses hegemónicos de Washington corran peligro. Ver para creer.
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