La programación en inglés de la cadena de televisión qatarí Al Jezira comenzará en abril del 2006. Y desafiará a las grandes cadenas, comenzando por la CNN. ¿Su primer objetivo? Lograr diez millones de televidentes en un año y revolucionar la información global. Nigel Parsons es decididamente optimista sobre el futuro de su criatura. El […]
La programación en inglés de la cadena de televisión qatarí Al Jezira comenzará en abril del 2006. Y desafiará a las grandes cadenas, comenzando por la CNN. ¿Su primer objetivo? Lograr diez millones de televidentes en un año y revolucionar la información global. Nigel Parsons es decididamente optimista sobre el futuro de su criatura. El que tiene que lograr este objetivo, al frente de Al Jezira internacional, es un inglés de unos 40 años, con una sólida experiencia de gestión en la Associated Press. El cuartel general se emplazará en Londres, en Kensington, y no habrá sinergia con la hermana de lengua árabe situada también en Londres. «Total independencia en la línea editorial y en el estilo», confirma Parsons. «Desde la base de Doha produciremos 12 horas de programas, y desde las otras tres, Londres, Washington y Kuala Lumpur, cuatro horas al día para cada una, siguiendo los husos horarios», afirma Parsons. Sobre la línea editorial, Parsons no tiene ninguna duda: «Ofreceremos una perspectiva única, distinta de todo lo que existe hasta ahora. Somos la primera cadena de noticias global que no transmite desde el mundo occidental. Desde luego ofreceremos el punto de vista árabe e islámico, pero con particular atención a los países en vías de desarrollo, y sobre todo ofreceremos opiniones alternativas, independientes y fuera de los esquemas que por el momento nadie ofrece a nivel global».
Parsons afirma que son completamente libres, ya que Qatar no tiene especiales intereses internacionales. La cadena dispone ya de 300 periodistas procedentes de la BBC, de Sky y de CBS. «Nuestros expertos de marketing – añade Parsons- han individualizado muy bien nuestro segmento de público: son jóvenes, preferentemente musulmanes anglófonos. Y también nos seguirá un público medio alto, que no se contenta con los medios de información occidentales y quiere conocer la otra cara de la moneda».