Asombra la capacidad que tiene el diario ABC de ponerse del lado de los criminales y de paso atizar sus propios golpes contra las víctimas de éstos cada vez que publica una información en la que aparecen juntos victimarios y víctimas (o defensores de éstas). Más asombroso resulta comprobar que esto es un patrón de […]
Asombra la capacidad que tiene el diario ABC de ponerse del lado de los criminales y de paso atizar sus propios golpes contra las víctimas de éstos cada vez que publica una información en la que aparecen juntos victimarios y víctimas (o defensores de éstas). Más asombroso resulta comprobar que esto es un patrón de comportamiento desde sus comienzos, cuando se empezó a conocer como diario conservador, monárquico y católico, que sigue hasta hoy día.
No importa el crimen ni la víctima concretos, el primero es siempre de represión, persecución, encarcelamiento, cualquier otro abuso de derechos humanos y desde luego de asesinato; la víctima es invariablemente el que lucha por sus derechos humanos, el que se opone a la injusticia y el que contradice el régimen capitalista.
En la época franquista, el ABC, a falta de islamistas, se empleaba a fondo contra los comunistas, ahora ocurre al revés. Los que se oponen a los crímenes de Israel entran en esta categoría, de la misma manera que hasta los curas de la teología de la liberación eran considerados hijos predilectos de Stalin.
Otro patrón de esta publicación es la mezcla de falsedades, estupideces y falta de profesionalidad para lanzar el ataque, algo así como la traducción al periodismo de la regla fascista que ordena «disparar primero y preguntar después», a la que es preciso añadir el corolario: «con el papel solamente se aplica la primera parte».
Esta segunda parte, pues, es responsabilidad de cualquier persona que coloca la justicia, la democracia y la humanidad por encima del conservadurismo, la monarquía y la iglesia católica. Vamos con ello.
Hay que comenzar repartiendo, alguien le habrá sugerido al periodista que firma la noticia, y por eso lo ha titulado de forma odiosa:
«Boicot a un profesor judío en la Universidad Autónoma de Madrid» (UAM). http://www.abc.es/espana/madrid/abci-boicot-profesor-judio-universidad-autonoma-madrid-201603032327_noticia.html?ref_m2w.
No existe ningún boicot a los judíos, sean profesores o fontaneros, incluso si pagan a periodistas españoles, algo que parece cada día más probable. Es justamente lo contrario y que el ABC calla: hay judíos, israelíes o de otras nacionalidades, que apoyan al boicot a Israel y entre éstos… una mala noticia para el ABC: incluso los hay que son rabinos, gays y hasta profesores de universidad.
¿Qué no conocía esto el ABC ? No pasa nada, ellos tampoco saben de la existencia del ABC, aunque la diferencia es que éste sí tiene que conocerles si va a escribir sobre el boicot, ya que parece una precaución si se quiere ser respetado como diario de información y no sólo como el boletín oficial de la delegación sionista en España.
Si el periodista no sabe algo tan simple como esto ¿cómo quiere que sigamos leyendo su panfleto?
Sigue resbalando sobre el mismo barro que esparce: «Haim Eshach, un especialista en cómo enseñar Ciencia y Tecnología en la etapa preescolar, se vio acorralado por un grupo numeroso de alumnos que, portando carteles y banderas a favor de Palestina, boicotearon su intervención -autorizada por el Rectorado- por el mero hecho de ser israelí.»
El profesor israelí podría ser premio Nobel, pero esto no le libraría del boicot, ya que éste no se refiere a la competencia profesional del profesor, sino al hecho de que trabaja en la Universidad Ben Gurion, que está profundamente implicada en la ocupación beligerante e ilegal -según la ley internacional, que el ABC no puede desconocer sin exponerse al ridículo y a la crítica más contundente- de territorio palestino.
Sería esperar mucho del periodista que supiese que el primer llamamiento al boicot contra esta universidad fue hecho en la de Johannesburgo (Sudáfrica) en 2010, para pedir precisamente la finalización de sus lazos con la de Ben Gurion.
¿Por qué no informó entonces el ABC sobre esto con su beligerante estilo?: Un grupo de negros enardecidos y con los ojos inyectados en sangre, agitó sus machetes a la entrada de la universidad para pedir la cabeza de todos los judíos que se encontrasen en un radio de, pongamos 24.000 kilómetros alrededor del campus.
A diferencia de la vergüenza que supuestamente sufrió el decano de la Facultad de Psicología (de la UAM) y su par de azorados docentes, en la universidad sudafricana se presentaron voluntariamente para apoyar el boicot docentes en la cumbre de sus respectivas especialidades, entre ellos John Duggard, especialista en Derecho Internacional y jefe de la misión sobre derechos humanos de la ONU para Palestina.
Además, otras cuatro universidades sudafricanas se unieron al llamamiento. ¡Orgullosa se tendría que sentir la Universidad Autónoma de Madrid de contar entre sus cientos de profesores al menos un grupo de éstos con sus estudiantes que, cinco años después, contribuyen en la dura tarea de conseguir lo que no quiere conseguir la ONU, ni la democracia adorada por el ABC , Estados Unidos, ni por supuesto un periódico como el ABC !
Estados Unidos y sus habituales aliados (léase compinches), así como la ONU, están del lado de Israel, el país más delincuente del mundo, cuya especialidad criminal, cometer actualmente un genocidio en Gaza, se muestra abierta e impunemente ante los ojos de todo el mundo, los del ABC también.
¿Quién ha llevado el asunto al Parlamento, el propio periodista o el comité de redacción en pleno? ¿Por qué no lo dice en lugar de confundir al lector mezclando Parlamento con decano, con libertad de expresión, con profesores y con apoyo al profesor israelí? ¿Es inocente tanto disparate o es otro disparo antes de preguntar?
Añade el periodista que «Desde la UAM aseguran que los hechos no van a quedar «impunes». La universidad ha abierto una investigación para tratar de identificar a los alumnos -de esa y de otras facultades- que insultaron e increparon al profesor Eshach.»
Cuesta mucho creer que esta amenaza se ha producido, pero si es así, ¿de verdad que a la UAM no se le ocurre nada mejor que hacer en la solución del conflicto palestino que perseguir a sus propios universitarios que muestran su rechazo a la ocupación israelí y con ello dispararse un tiro en el pie ante del creciente número de universidades en todo el mundo cuyos docentes y estudiantes se declaran pública y orgullosamente -sin interferencias de los ABCs de turno- a favor del BDS?
Sería mejor que se refiriera a que los crímenes de Israel no van a quedar impunes, no vaya a ser que el próximo editorial del ABC proclame al ancho mundo:
Por fin se hace justicia en el conflicto palestino. Tras tomar el ABC decididamente las riendas de la solución del mismo y ante la despiadada actuación de media docena de profesores del ISIS y una docena de estudiantes de al Nusra en la UAM, este diario puede decir con orgullo que su colaboración(ismo) con las santas fuerzas del sionismo internacional, ha dado lugar a un hecho sin precedentes: han sido castigados los culpables, esos profesores y sus estudiantes.
Por fin los misiles de Israel volverán a brillar en el cielo antes de impactar contra los colegios de Gaza, en los que se apiñan los escolares en tres turnos diarios porque el bloqueo israelí no permite aun hoy reconstruir los ya bombardeados en las guerras recientes.
Por fin sus tanques y excavadoras entrarán cuando quieran en Gaza para echar abajo sus edificios universitarios, con sus bibliotecas, laboratorios, salas de reuniones, islamistas, terroristas y toda esa basura dentro.
Ningún criminal israelí, ni el soldado raso de gatillo fácil ni el presidente de gobierno, igualmente violadores recalcitrantes de la ley internacional, la convención de Ginebra y el derecho internacional humanitario tendrá ya nada que temer de profesores españoles radicales y estudiantes adoctrinados.
Y todo este triunfo de la religión y la monarquía ¿gracias a quién? ¡A quién va a ser!, nada menos que al ABC, que es como el comisario tonto Torrente, pero sin gracia, decoro ni moral y mucho más tonto.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.