De nada sirvieron el facineroso chantaje que ha rodeado a este referéndum. Al revés, la conciencia de ese abuso se volvió contra los ordenadores de Bruselas y Berlín. Presiones a las empresas griegas, contubernios con la derecha griega para reinstaurar al Presidente del Banco Central Heleno en el gobierno de Atenas, como ya hicieron antes […]
De nada sirvieron el facineroso chantaje que ha rodeado a este referéndum. Al revés, la conciencia de ese abuso se volvió contra los ordenadores de Bruselas y Berlín. Presiones a las empresas griegas, contubernios con la derecha griega para reinstaurar al Presidente del Banco Central Heleno en el gobierno de Atenas, como ya hicieron antes en Italia y con la propia Grecia, una intoxicación mediática impresionante con su especificidad nacional en cada uno de los Estados europeos, pero particularmente vomitiva en Alemania. Y como guinda: una crisis financiera, un corralito, especialmente organizada y diseñada por el Banco Central Europeo, para enloquecer al elector. Sin precedentes en la historia financiera.
Con todos esos datos en su memoria, el ordenador de Bruselas/Berlín, los cálculos de todos esos grises personajes y de su bien pagado ejército de periodistas y expertos del Atlántico Norte, deducía una inexorable victoria del «si». No podía ser de otra manera. Olvidaron que Don Quijote se mudó a Atenas.
Rafael Poch de Feliu (2015)
Ni que decir tiene que los grandes partidos del Régimen de la UE fueron severamente derrotados el pasado domingo 5 de julio, una fecha para la celebración, para la historia popular y democrática de Europa.
No es necesario recordar que los nombres de Frau Merkel, Wolfgang Schäuble, Jeroen Dijsselbloem, Martin Schulz, Sigmar Gabriel, y de otras piezas-UE de cuidado, seguirán ubicados, en posición destacada, en la historia universal de la infamia y las prácticas antidemocráticas. Al servicio de sus amos, siempre al servicio de los grandes poderes. Está en sus memes, incluso en su ADN en alguna ocasión.
Mas no sólo ellos. También Rajoy en nuestro caso o Pedro Sánchez han recibido lo suyo. ¿Y Mas por cierto y «su llista»? Era patético escuchar el domingo noche en La Sexta a doña Trinidad Jiménez defendiendo lo indefendible y dándoselas de política crítica, de ciudadana situada en equilibrio entre extremos radicales e inflexibles. ¿Nos querrán vender su servil moto destartalada una y otra vez más? ¿De verdad de la buena?
Pero también el global-imperial y sus intelectuales o intelectualillos orgánicos, los intelectualines tuis que diría Brecht, han recibido lo suyo. Los editoriales y los artículos publicados en la semana del 29 de junio al 5 de julio están entre lo peor y más negruzco de la caverna neoliberal de la UE (la España de Rajoy y Mas incluida), entre lo más granado de la falsaria campaña neoliberal.
Tan convencidos están de su verdad (que es para ellos la verdad, la única verdad posible, no hay alternativa «racional» a lo que ellos sostienen y defienden con cualquier procedimiento, la falsedad no excluida) que en la edición del pasado lunes 5 pudimos encontrar pasos como los siguientes. Una breve selección, no les agoto y provoco más acidez.
1. «Si la UE es el lugar de Grecia es también porque Grecia es hogar fundamental de Europa. Es obvio que ni Alexis Tsypras ni Andonis Samarás son Pericles. Pero los valores humanistas de esta Europa se anclan en su tiempo y circunstancia, y la Hélade clásica es su primer emblema, más que la Roma Imperial» (Xavier Vidal-Folch, «Europa es el lugar de Grecia»). ¿Valores humanistas de la UE? ¿De qué estará hablando con Xavier? ¿En qué UE vive?
2. «Los referéndums permiten conocer la opinión de los ciudadanos pero no levantan los corralitos, no abren los bancos, no pagan a los funcionarios, ni garantizan la permanencia en el euro. Esto está en manos de la troika, de los perdedores, esta es la paradoja. El plebiscito es una victoria sobre la troika, pero el problema es que la troika es quien debe moverse para evitar la salida del euro» (Lluís Bassets, «Contra la troika»). ¿Esta, la que él señala, es la gran paradoja? ¿Que unos tienen poder y otros tenemos votos y movilización?
Pero no es lo peor. Es esto lo peor: «El orgullo griego ha quedado salvado. Tsipras no ha sido humillado. Tiene ahora la oportunidad para recuperar la solidaridad destruida en las últimas semanas con su consulta unilateral, convocada con nocturnidad, buscando en la democracia de uno de los socios la palanca para doblar el brazo a la democracia de todos los otros 18. Para hacerlo deberá regresar al juego en el que todos vencen y esto significa que todos cedan y que todos ganen». ¿Solidaridad destruida en las últimas semanas con su consulta unilateral? ¿Orgullo griego? ¿Nocturnidad? ¿Doblar el brazo? ¿Tsypras no ha sido humillado? Por favor… don Lluís, ¿de qué vamos?
3. «Por lo tanto, el gobierno griego debe volver urgentemente a la mesa de negociación y con una posición de debilidad superior a la de hace una semana, sea cual sea el resultado del referéndum» (José Carlos Díez, «El día después», escrito antes de conocer el resultado). ¿Quién ha expulsado al gobierno griego de la mesa de negociaciones? ¿Han encontrado alguna comprensión a lo largo de estos meses?
4. Les dejo con el editorial, para probar su paciencia y sosiego. «Política de altura» es el título. » El ‘no’ griego es un éxito nacionalista que exige una respuesta hábil y firme» la entradilla. Una selección, no les hago perder el tiempo:
«Una confluencia del populismo nacionalista de extrema izquierda y extrema derecha, unido a la terca política de austeridad de la troika que condujo a los griegos a una situación desesperada, produjo ayer un resultado que representa un serio desafío para el proyecto europeo y, más aún, una gran amenaza para el futuro de Grecia». ¿Confluencia del populismo nacionalista de extrema izquierda y extrema derecha?
«Europa se encuentra ante una hora decisiva que puede marcar varias décadas. Todos los pasos a dar son arriesgados y comprometidos. Pero es importante no dejar que el porvenir sea decidido por un grupo de demagogos en Atenas y otros muchos, a izquierda y a derecha, que querrán sumárseles en los próximos días, en varios países del continente». ¿Grupos de demagogos en Atenas?
«La mediocridad de esa consulta, por la extraña pregunta, el corto plazo, el ambiente emocional y la gran división ciudadana es evidente. Y es aún peor si se computa no ya el alborozo de los radicales griegos, sino el deleznable apoyo del partido nazi Aurora Dorada y el repugnante aplauso del antieuropeísmo ultra simbolizado en el lepenismo: la victoria táctica de Tsipras y sus planteamientos nacional-populistas suponen una triste jornada para el europeísmo». ¡Piensa el ladrón que todos son de su condición! ¿Pretenderán engañarnos de nuevo? ¿Pensarán que somos idiotas sin remedio? ¿Han analizado las fuerzas favorables al SI? ¿Qué fuerzas pueden citar, aparte de las que citan que hablan y piensan desde muy otras perspectivas, favorables al NO?
«Eso supondría el desplome de la economía griega, pero también cuestionaría la irreversibilidad del euro ante los mercados (si sale un socio, también podrían salir otros en el futuro) y la credibilidad de la UE para resolver un problema nada gigantesco. La responsabilidad exige evitar ese escenario. Para ello se necesita tiempo, que la situación financiera no regala. La salida factible menos mala sería acordar algo así como una parada de relojes -se ha hecho en otras ocasiones graves-, evitando o posponiendo decisiones dramáticas (el automático corte de liquidez) hasta encontrar, si hace falta mediante reuniones permanentes de las instituciones pertinentes, una salida que desatasque el múltiple embrollo y la polarización de los socios». ¿Duele el euro? ¿Toca intereses intocables? ¿De quién es esa polarización?
«Hay que encajar la voluntad de los griegos con la de los otros europeos, que juegan con la desventaja de no haber celebrado ningún referéndum, pero cuyos Gobiernos les representan con igual legitimidad. Es una ecuación aparentemente imposible -porque las posiciones son diametralmente contradictorias-, ante la que no es consuelo lamentarse por la frivolidad de su principal causante, el Gobierno griego. Así no se hallan soluciones, y menos, excepcionales». ¿Principal causante? ¿Frivolidad? ¿Suena a abonar enfrentamientos entre los pueblos europeos?
La historia europea está llena de referencias útiles, como los acomodos encontrados para Irlanda o Dinamarca tras referendos negativos sobre reformas del Tratado de la UE. Aunque esto sea mucho más difícil, porque entonces no jugaba un componente de desafío a una decisión común, sino la negativa a un proyecto, a un diseño». ¡Acomodos encontrados! ¡El cinismo antidemocrático es estremecedor!
¿A qué dan un poquiyo, como dice la madre de mi compañera y le gustaba oír a Manuel Sacristán, de asquillo?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.