El domingo 7 de enero varios periódicos dedicaron un gran despliegue a la opinión de los españoles sobre el atentado de ETA y la política del gobierno, todo ello basado en encuestas encargadas por los propios diarios. El Mundo titulaba en portada a cuatro columnas «Un 80 % quiere que PSOE y PP vuelvan al […]
El domingo 7 de enero varios periódicos dedicaron un gran despliegue a la opinión de los españoles sobre el atentado de ETA y la política del gobierno, todo ello basado en encuestas encargadas por los propios diarios. El Mundo titulaba en portada a cuatro columnas «Un 80 % quiere que PSOE y PP vuelvan al Pacto Antiterrorista». Su encuesta, encargada a Sigma Dos, preguntaba, entre otras cosas, ¿Es partidario de que se restablezca el Pacto Terrorista entre el PSOE y el PP? A lo que el 80’7 % de los encuestados respondía que sí. El diario da por hecho que los ciudadanos entendían que se referían al denominado Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo que el PP y el PSOE firmaron en el año 2000, con el gobierno Aznar en mayoría absoluta, recordemos que ha habido más pactos antiterroristas, el de Ajuria Enea por ejemplo. Sinceramente dudo que el 95 % de los que respondieron con un claro Sí o No a la pregunta sepan con precisión el contenido de ese acuerdo, sólo un 5 % respondieron No sabe/No contesta.
Creo que no estoy desencaminado si pienso que el ciudadano ante esa consulta lo que estaba considerando era simplemente la posibilidad de que haya una posición pactada y consensuada entre el PSOE y el PP, algo que siempre suena bien como opción para todas las temáticas políticas aunque no se sepa sobre qué términos. Si hubieran preguntado si estaban a favor de un pacto por la sanidad o por la educación también hubieran respondido que sí la gran mayoría de los encuestados.
Otra de las preguntas era «¿Se debe seguir consintiendo a Otegi y a los demás líderes de Batasuna desarrollar su actividad política?» Ante lo cual las respuestas eran en un 84’5 % que no. Sin embargo, al ser preguntados si «¿Está usted a favor de discutir el futuro del País Vasco en una mesa de partidos en la que participe Batasuna?», el 23 por ciento responde afirmativamente. Lo cual no parece muy razonable, no se entiende cómo Batasuna puede participar en una mesa de partidos si antes respondieron que no estaban de acuerdo en que Batasuna desarrollara actividad política.
Vayamos ahora al diario ABC. Su portada de ese domingo titula a toda página «Siete de cada diez españoles censuran la respuesta de Zapatero al atentado». En su interior el titular es similar: «Siete de cada diez españoles critican la gestión de Zapatero tras el atentado». La encuesta en la que se basan es de Metroscopia, también encargada expresamente para el diario. La pregunta cuyas respuestas fundamentan sus titulares y los resultados ya aparece en portada: «¿Cómo diría usted que el presidente del Gobierno ha manejado la nueva situación creada?». Un 22 % responden «Bien», el 38 » dice que «Regular», otro 30 % afirma que «Mal» y un 10 % No sabe/No contesta. Obsérvese que con esos mismos resultados podrían titular «Siete de cada diez españoles no ven mal la gestión de Zapatero tras el atentado». Pero es que si leemos con detenimiento todas las preguntas y respuestas de la encuesta descubrimos que los encuestados fueron aún más críticos con Rajoy. A la misma pregunta respecto al líder del PP, respondieron un 42 % que «Mal», 32 % dijeron que «Regular», sólo 13 % pensaban que «Bien» y un 13 % NS/NC.
Ambos periódicos llevan «sus conclusiones» al editorial. Así El Mundo lo titula «Zapatero y Rajoy deben tener en cuenta al 80 % de los españoles». Huelga decir que en él, en nombre de la ciudadanía el periódico pide que se vuelva al pacto del año 2000, que se mantenga ilegalizada Batasuna, incluso concluye afirmando que «esta mayoría sin duda aprueba la actuación de la Ertzaintza ayer en San Sebastián, dispersando a los asistentes a una manifestación prohibida por el juez Ismael Moreno».
El editorial de ABC se titula «Castigo ciudadano a Zapatero». Del mismo modo, ahí recoge «su conclusión» de la encuesta como un varapalo a Zapatero por haber confiado en ETA y haber iniciado el diálogo, afirman que «el Gobierno ya debería saber que no tiene margen social -el sondeo para ABC es una primera muestra de ello- para más experimentos dialogantes con ETA», algo importante para un Gobierno que «siempre ha presumido de estar atento a la opinión de la sociedad».
La conclusión de ambos métodos es clara. Hace mucho que los periódicos intentan presentar los planteamientos políticos de sus direcciones no como posiciones propias, sino como el reflejo de una sociedad a la que ellos dicen representar y dar voz. Para ello, tal y como hemos visto, diseñan una encuesta, preparan las preguntas a su gusto y encargan su ejecución a la empresa de su confianza. Posteriormente, recogen los resultados del modo que más les interesa y lo convierten en noticia de portada a toda plana, noticia neutral que no es otra cosa que «la voz de la ciudadanía», según afirman. Y, para terminar, llevan esa conclusión, que es simplemente la suya, al editorial con la argumentación, faltaría más, de que es un clamor de la calle la que está pidiendo lo que no es otra cosa que la posición política de ese periódico y de los intereses que representa. De este modo, ni debate político, ni ciudadano, ni nada parecido. Ningún partido, colectivo u organización -quienes seguro representan mejor a la sociedad que los dueños o directores de ese periódico- tiene forma de poder presentar públicamente sus planteamientos o propuestas de un modo tan exhaustivo como lo hace el periódico. Es el medio el que ha suplantado al poder ciudadano, al debate de los partidos políticos, al parlamento cuyas discusiones nunca tienen ese espacio mediático para ser conocidas por los votantes y a los colectivos implicados. El periódico será el santa santorum de de la democracia, ellos dicen ser la voz del pueblo, la noticia y la política que debe adoptar un gobierno. Es el golpe de Estado del cuarto poder.