Los gurúes defensores del quebradizo sistema imperante, expertos -como hemos podido comprobar- en predecir el pasado, insisten en sostener el dogma de fe del «libre mercado» en esas tertulias radiofónicas o televisivas en las que escenifican las paródicas confrontaciones de sus unánimes opiniones y clónicas soluciones para salir de la crisis. Sus paupérrimas líneas argumentales […]
Los gurúes defensores del quebradizo sistema imperante, expertos -como hemos podido comprobar- en predecir el pasado, insisten en sostener el dogma de fe del «libre mercado» en esas tertulias radiofónicas o televisivas en las que escenifican las paródicas confrontaciones de sus unánimes opiniones y clónicas soluciones para salir de la crisis. Sus paupérrimas líneas argumentales no están exentas de otros latiguillos como «hacer los deberes» (léase putear a los más débiles), «reformar el mercado laboral» (léase despido barato y bajar los salarios) o «liberalizar la economía» (léase reducir –¿¡aún más!?- el sector público y recortar los servicios sociales para engordar el sector privado y, de nuevo, putear a los más débiles).
Pues bien, tomando como ejemplo el poderoso sector económico de los medios de comunicación estadounidenses, lo que esos clarividentes gurúes denominan «libre mercado» ha supuesto lo siguiente en un lapso de poco más de 20 años [1]:
– En 1983 un total de 50 empresas privadas controlaban la mayoría de los media, lo que ya era ya de por si un elevado nivel de concentración en un país -EEUU- con una economía tan diversificada y tan grande.
– Después de dos décadas de extremas políticas económicas neoliberales demo-republicanas, en 2004 llegamos a una situación similar a la actual, en la que sólo cinco megacorporaciones controlan esos mismos medios, convirtiéndose de esta forma en dueñas y señoras del mensaje y el destino de la gran mayoría de las cadenas de radio y televisión, los diarios y revistas, las empresas editoras multimedia (libros, vídeo, música, videojuegos, etc.) y las compañías cinematográficas; sin olvidar las principales fuentes de La Verdad planetaria: las agencias norteamericanas de noticias e imágenes.
Nunca tanto poder -el de la imagen y la palabra- estuvo acumulado en tan pocas manos. Así que cuando oigáis o leáis «libre mercado» lo que en realidad quieren decir es concentración de capital.
[1]: Véase gráfico al respecto en Ciudad futura <http://ciudad-futura.net/
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