Recomiendo:
0

El País de Centro Izquierda y el Che

Fuentes: Rebelión

Escribe el 14/10/2007 el director de El País, Javier Moreno: «Tenemos una idea muy clara de qué país queremos, porque ser independientes no implica cargar con la losa de la indiferencia o la equidistancia: aspiramos a una sociedad abierta, liberal, moderadamente progresista, lo que muchas veces ha venido a identificarse con las posiciones del centro […]

Escribe el 14/10/2007 el director de El País, Javier Moreno:

«Tenemos una idea muy clara de qué país queremos, porque ser independientes no implica cargar con la losa de la indiferencia o la equidistancia: aspiramos a una sociedad abierta, liberal, moderadamente progresista, lo que muchas veces ha venido a identificarse con las posiciones del centro izquierda…»

Los «progresistas» de izquierda en vez de leer El Mundo o ABC, leíamos El País, creíamos que era progresista, de izquierdas al compararlo con los otros diarios. Muchos lo siguen creyendo y por eso, desde esa superficial creencia, no se pasan al nuevo diario Público que es más progresista o de izquierdas, diario que aun siendo zapaterista, sin embargo dice algunas cosas que solo se encuentran en Internet. Basta con leer los comentarios que realiza este nuevo periódico sobre la Memoria Histórica, los curas no beatificados asesinados por los fascistas durante la guerra civil, o el Che.

Bajo los siguientes títulos un resumen de las editoriales de El País del 10/10/2007 y de diez años antes, el 17/07/1997 recogidas por Público el pasado 14/10/2007. En ellas, al reproducirlas, veremos cierta crítica que Público realiza a El País, así como la evolución «democrática» de El País.

Caudillo Guevara

Editorial de El País. 10/10/2007

Ernesto Guevara, el Che, de cuya muerte en el poblado boliviano de La Higuera se cumplen 40 años, perteneció a esa siniestra saga de héroes trágicos , presente aún en los movimientos terroristas de diverso cuño, desde los nacionalistas a los yihadistas, que pretenden disimular la condición del asesino bajo la del mártir, prolongando el viejo prejuicio heredado del romanticismo . El hecho de que el Che diera la vida y sacrificara las de muchos no hace mejores sus ideas, que bebían de las fuentes de uno de los grandes sistemas totalitarios . Sus proyectos y sus consignas no han dejado más que un reguero de fracaso y de muerte , tanto en el único sitio donde triunfaron, la Cuba de Castro, como en los lugares en los que no alcanzaron la victoria, desde el Congo de Kabila a la Bolivia de Barrientos. Y todo ello sin contar los muchos países en los que, deseosos de seguir el ejemplo de este mito temerario, miles de jóvenes se lanzaron a la lunática aventura de crear a tiros al «hombre nuevo».(…) la figura de Ernesto Guevara representó una puesta al día del caudillismo latinoamericano , una suerte de aventurero armado que apuntaba hacia nuevos ideales sociales para el continente, no hacia ideales de liberación colonial, pero a través de los mismos medios que sus predecesores. En las cuatro décadas que han transcurrido desde su muerte, la izquierda latinoamericana y, por supuesto, la europea, se ha desembarazado por completo de sus objetivos y métodos fanáticos. Hasta el punto de que hoy ya sólo conmemoran la fecha de su ejecución en La Higuera los gobernantes que sojuzgan a los cubanos o los que invocan a Simón Bolívar en sus soflamas populistas.

Vuelve el Che

Editorial de El País.17/07/1997

Treinta años. después de la muerte de Ernesto Guevara – el guerrillero más emblemático y seductor de la revolución cubana-, en su recuerdo se unen la nostalgia del idealismo perdido y el filón comercial para quienes explotan su figura. Lo contrario de lo que él predicaba. A despecho del descrédito del comunismo en los últimos años, la figura revolucionaría del Che se mantiene como un símbolo del idealista coherente y del hombre de acción . La historia recicla ahora, a través de la trivialidad del marketing, lo que a finales de los años cincuenta y los sesenta fue un movimiento armado, antiimperialista y subversivo que acabó en Cuba con la dictadura de Batista(…) Vuelve el Che: un fenómeno que suscita para los que eran jóvenes progresistas, cuando batallaban Guevara, Fidel o Cienfuegos (los jóvenes barbudos) la melancolía de unos ideales marchitos. Es útil para quienes no vivieron los tiempos de la revolución cubana y sólo han recibido la mitología guevarista como una abstracta evocación de una lucha por un mundo mejor, más igualitario y más humano. Que siga el son .

Son muchos los creyentes de izquierda moderada o radical, los que de alguna forma, no perciben lo que encierran frases como la citada por personajes al servicio del orden económico, frases como la que nos expone el joven e «independiente» director de El País. Esos abiertos al centro izquierda, como demuestra la evolución de El País, son los servidores de la derecha, de la clase económica que ostenta el poder de su Estado, aunque esa clase social como gusanos se escondan, no aparezcan directamente, se escuden o se escondan tras los políticos profesionales que pagan, subvencionan y corrompen. El propio Polanco lo era, cuando su editorial se encargaba de la edición de los libros de educación durante la época franquista, o el propio Cebrian director de Arriba en 1963 y de los servicios informativos en RTVE en 1974.

La sutileza y ambigüedad de los términos abstractos «sociedad abierta», «democrática», inducen a ese trabajo malévolo y alienador que ejerce la prensa «democrática» sobre el conjunto del pueblo e incluso sobre pretendidos revolucionarios que poco comprendieron a Marx y Lenin sobre lo que escribieron respecto a la función histórica del Estado y la Democracia. Democracia burguesa, democracia proletaria, la burguesía organizada como clase dominante, o los trabajadores organizados de tal forma que les permita dominar, someter a la clase social minoritaria, o la verdadera democracia que solo es posible sin privilegios, sin explotación de la minoría capitalista sobre la mayoría trabajadora.

No existe libertad e igualdad en una sociedad dividida en clases sociales antagónicas.

No existen centros izquierda o centro derecha, todos los que se consideran bajo esas sintéticas definiciones, son derecha pura y dura, aunque unos aparenten ser más «democráticos» y los otros claramente derechistas. Tanto el PSOE como el PP en España o los Republicanos y Conservadores en Usalandia, son las corazas «democráticas» que esconden al gran poder imperialista, oligárquico, financiero, monopolista, dominador del mundo nacional e internacional.

No existen términos medios, los políticos y publicistas al servicio del orden dominante se adaptan a las nuevas necesidades del gran capital, el Che de 1997 era tratado de aquella forma, ahora los evolucionados «demócratas» de El País consideran que hay que darle la puntilla.

Surge otra visión mediática, Público se nutre de plumas de izquierda, nos descubren cosas, comentarios como los de Carlo Frabetti, Belén Gopegui, y otros que solo podíamos conocer a través de Internet. Puede ser el nuevo País, de momento sirve mejor que el viejo País, pero no nos confundamos, sigamos atentos. Por ahora dejemos que le ataque la derechona más reaccionaria. Además solo cuesta 0,50 €.