Revisado por Caty R.
Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999, el diario español El País ha adoptado una línea editorial muy crítica hacia Venezuela. El principal periódico español abandonó la imparcialidad periodística a favor de una militancia anti-Chávez.
Hugo Chávez es un presidente popular y goza de una legitimidad democrática incontestable. En efecto, desde su llegada al poder en 1999, hubo 16 elecciones en Venezuela. Ganó 15, de las cuales la última del 7 de octubre de 2012 le otorgó un cuarto mandato presidencial consecutivo por una duración de seis años. Siempre derrotó a sus rivales con una diferencia de 10 a 20 puntos (1).
Todas las instancias internacionales, desde la Unión Europea hasta la Organización de Estados Americanos, pasado por la Unión de Naciones Suramericanas y el Centro Carter, se muestran unánimes al reconocer la transparencia de los escrutinios. James Carter, antiguo presidente de Estados Unidos, incluso declaró que el sistema electoral de Venezuela era «el mejor de mundo» (2). La comunidad internacional felicitó a Chávez por su nueva victoria (3).
No obstante, existe un sector que apreció poco este nuevo triunfo electoral, a saber los medios occidentales, los cuales, con escasas excepciones, tomaron partido por el candidato de la oposición Henrique Capriles, contraviniendo así a la deontología periodística que exige imparcialidad y objetividad informativas.
El ejemplo emblemático de esta deriva es el diario español El País. En efecto, sus artículos postelectorales ilustran la parcialidad del periódico más importante de la Península Ibérica. Así, al día siguiente del escrutinio, el periódico lamentó que «Goliat venci[era] a David», subrayando que esta victoria permitiría al «comandante» venezolano proseguir con «su caudillismo mesiánico» (4) y gobernar «20 años seguidos». «Demasiados», insiste el diario (5).
El País expresa también su incomprensión ante la decisión de los venezolanos. ¿Cómo pudieron votar a favor de Chávez, «un antiguo teniente coronel de paracaidistas», que » maltrata la democracia», y «a pesar del fracaso de su gestión la incertidumbre que supone su enfermedad«, ya que se encuentra «debilitado por el cáncer que le diagnosticaron en junio de 2011«? ¿Cómo pudo conseguir un nuevo éxito a pesar de la «violencia en las calles, cortes del servicio eléctrico, promesas incumplidas y proclamas ideológicas planetarias», a pesar de «la inflación, la moneda sobrevalorada y la deuda»? (6).
Del mismo modo, ¿cómo Henrique Capriles, «candidato joven y popular» que «realizó una brillante campaña«, que «había hecho bandera durante su campaña de la reconciliación nacional», que adoptó «una política de cercanía a los problemas de los venezolanos -inseguridad ciudadana, carestía, deterioro de los servicios públicos, corrupción, etcétera- e ignor[ó] el intercambio de golpes ideológico que le proponía el chavismo», y que propone «un mayor respeto a las reglas democráticas y a una mejor gestión de la economía», pudo perder por más de diez puntos de diferencia? (7).
El diario saca sus propias conclusiones: Sólo «un pueblo envilecido hasta la anestesia por las dádivas de un caudillo instigador de resentimientos: un iluminado del odio social» pudo elegir a Chávez en detrimento de Capriles, mostrándose incapaz de ver «la ineptitud del gobernante, ni de sus abusos» (8)
El País también denuncia el uso «sin escrúpulos [de] los recursos del Estado» por el presidente Chávez durante sus mandatos. El diario detalla su acusación: Chávez elaboró programas sociales que permitieron la «reducción del analfabetismo, extensión de la atención sanitaria primaria, incremento del número de universitarios, [la creación de] mercados populares, etc.» (9). Y concluye con una crítica: «No es una política que siente bases sólidas para la generación de riqueza en el futuro» (10).
El diario también intenta relativizar la victoria de Chávez y subraya que el sector del «país más dinámico, generador de riqueza, productivo, hace mucho tiempo que dio la espalda al presidente». Sólo el sector «dependiente, que está sobreviviendo y que sigue atado a Chávez y a la estructura clientelar del Estado venezolano» (11).
No obstante, queda una esperanza según El País. En efecto, «la Constitución venezolana establece que si el presidente fallece en la primera mitad de su mandato hay que ir a nuevas elecciones». Así, «dudas sobre su salud que están en la mente de todos pueden abrir otros horizontes en los primeros años de su mandato» (12). Según el diario español, tras la derrota en las urnas, queda la esperanza de ver al presidente Chávez sucumbir a su enfermedad.
Ante semejante eventualidad, El País destila consejos a la oposición venezolana: «Tras la derrota, la oposición deberá ser capaz de mantenerse unida para afrontar con ciertas garantías las elecciones a gobernador en varios Estados que se celebrarán a mediados de diciembre y perseverar en el camino iniciado en estos comicios» (13).
El diario concluye con una analogía histórica: Si «el dictador Juan Vicente Gómez (1908-1935) retrasó 20 años la entrada de Venezuela en el siglo XX, Chávez amenaza con hacer lo mismo en el siglo XXI» (14).
El tratamiento mediático de la victoria electoral de Hugo Chávez por El País es emblemático de la deriva de los medios occidentales, la mayoría de los cuales abandona su papel -informar de modo imparcial y objetivo- para transformarse en detractores celosos de los dirigentes políticos que promueven un modelo de sociedad alternativo al capitalismo neoliberal globalizado, con el fin de proteger los intereses de los grandes conglomerados económicos y financieros a los cuales pertenecen, así como preservar el orden establecido.
Notas:
(1) Luis Prados & Maye Primera, «Chávez logra un cuarto mandato como presidente», El País, 8 de octubre de 2012.
(2) Correo del Orinoco , «James Carter: Proceso electoral de Venezuela es ‘el mejor del mundo'», 20 de septiembre de 2012. http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/james-carter-proceso-electoral-venezuela-es-%E2%80%9Cel-mejor-mundo%E2%80%9D/ (sitio consultado el 9 de noviembre de 2012).
(3) Francisco Peregil, «Los aliados del chavismo en América Latina reciben aliviados su victoria», El País, 8 de octubre de 2012.
(4) Luis Prados & Maye Primera, «Chávez logra un cuarto mandato como presidente», El País, 8 de octubre de 2012.
(5) El País , «Más Chávez», 9 de octubre de 2012.
(6) Luis Prados & Maye Primera, «Chávez logra un cuarto mandato como presidente»; Luis Prados & Maye Primera, «Chávez reactiva la revolución bolivariana», El País, 8 octubre de 2012; El País, «Más Chávez», op. cit.
(7) Ibid.
(8) Ibsen Martínez, «¿Dos Venezuelas ?», El País, 11 de octubre de 2012.
(9) Luis Prados & Maye Primera, «Chávez logra un cuarto mandato como presidente»; Luis Prados & Maye Primera, «Chávez reactiva la revolución bolivariana», El País, 8 de octubre de 2012; El País, «Más Chávez», op. cit.
(10) El País , «Más Chávez», op. cit.
(11) «Chávez reactiva la revolución bolivariana», op. cit
(12) El País , «Más Chávez», op. cit.
(13) Luis Prados & Maye Primera, «Chávez logra un cuarto mandato como presidente», op. cit
(14) «Chávez reactiva la revolución bolivariana», op. cit
Salim Lamrani esDoctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de la Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: [email protected] ; [email protected] . Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel .
Fuente original: http://operamundi.uol.com.br/conteudo/opiniao/25619/el+pais+e+a+vitoria+eleitoral+de+hugo+chavez.shtml