El pasado 22 de noviembre el Parlamento Europeo aprobaba un informe bajo el título Propuesta de resolución sobre la comunicación estratégica de la Unión para contrarrestar la propaganda de terceros en su contra, que considera que los medios rusos como Russia Today o la cadena Sputnik desinforman a la ciudadanía y hacen propaganda antieuropea. Piensa […]
El pasado 22 de noviembre el Parlamento Europeo aprobaba un informe bajo el título Propuesta de resolución sobre la comunicación estratégica de la Unión para contrarrestar la propaganda de terceros en su contra, que considera que los medios rusos como Russia Today o la cadena Sputnik desinforman a la ciudadanía y hacen propaganda antieuropea. Piensa el Parlamento Europeo que tiene que proteger a sus ciudadanos de esta desinformación, y para ello apuesta por reforzar la educación con acciones en medios online, periodismo de investigación y «alfabetización informativa».
Uno agradece la buena intención de la Unión Europea y estaría encantado de ver acciones encaminadas a combatir la basura informativa que recibimos en España a través de las diversas cadenas de televisión, e incluso de medios de prensa supuestamente «serios», como El País. Lo que no se entiende es que ante burdas mentiras, manipulaciones y desinformación pura y dura manejada por los mass media, la Unión Europea no haya dicho jamás «esta boca es mía».
Así, pudimos ver cómo se preparó la Guerra del Golfo en 1990 con el falso testimonio de una supuesta enfermera kuwaití que aseguraba que los soldados iraquíes habían matado a cientos de niños recién nacidos, un caso preparado por la agencia de publicidad Rendon Group. En realidad se trataba de Nayirah al-Sabah, hija del embajador kuwaití en Washington, y el caso fue preparado por Michael K. Deaver, ex consejero del presidente Reagan, para dicha agencia de publicidad, según cuenta Ignacio Ramonet (http://monde-diplomatique.es/
En 2003 la mentira de las armas de destrucción masiva llevó a una guerra de agresión (unos de los crímenes competencia a la Corte Penal Internacional, pero, al parecer, todavía no le ha llegado la información) y a la ocupación de Iraq con un resultado de más de un millón de muertos, una cifra superior de heridos y mutilados y millones de desplazados… un país destrozado por esta mentira. Hasta qué punto sabía Estados Unidos que estaba mintiendo, que en la comparecencia cuidadosamente preparada de Collin Powell en la sala de prensa del Consejo de Seguridad, en un destello de mala conciencia, se mandó retirar (hecho inédito hasta entonces) un tapiz con la reproducción del Guernica de Picasso, un símbolo antibélico.
En la propia Europa, un caso escandaloso de falsedad informativa fueron las llamadas «fosas de Timisoara», consistente en el desenterramiento de cadáveres del cementerio de esa localidad para fabricar la mentira de que se trataba de una masare de la policía de Ceaușescu. Los cadáveres fueron incluso mutilados para exagerar la presunta crueldad de las fuerzas del régimen. Un montaje parecido se hizo en la llamada por los medios occidentales «masacre de Racak», en Yugoslavia. (ver artículo de Domenico Losurdo en http://www.voltairenet.org/
Estos son solo unos poquísimos casos extraídos entre miles de manipulación informativa, que documentan por extenso autores como Ignacio Ramonet, Pascual Serrano, Domenico Losurdo Robert Fisk, James Corbett, John Pilger y un largo etcétera.
La pose de ofendida de la Unión Europea ante la presunta manipulación informativa de medios de información rusos es el colmo de la hipocresía y no puede llevar más que a presentar un adefesio de informe como el aprobado vergonzosamente por la mayoría del Parlamento Europeo hace un par de semanas. No defiendo que las cadenas rusas sean cien por cien veraces ni objetivas, pero pretender que los medios europeos y usamericanos lo son, después de las mentiras, burdas o sutiles, que hemos visto a lo largo de las últimas décadas, es insultar la inteligencia de todos nosotros.
Fotografía de un cormorán bañado en petróleo presentada como «prueba» de la maldad de Saddam Hussein, que supuestamente había mandado volar en 1990 pozos de petróleo para provocar una catástrofe ecológica. En realidad, la fotografía correspondía al accidente del petrolero Exxon Valdez en las costas de Alaska un año antes.
Foto de la fotógrafa Alison Joyce tomada en Nueva York un día antes de la llegada del huracán Irene y utilizada por decenas de medios de comunicación para ilustrar el supuesto desabastecimiento en Venezuela
Fuente original: http://www.cronicapopular.es/
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