El último periodista asesinado en el mundo fue el iraquí Yasser Salihee. El pasado 24 de junio fue tiroteado por un soldado estadounidense en uno de esos ya tristemente famosos retenes militares de la muerte que pueblan Iraq. Un disparo en la cabeza acabó con la vida de Salihee, quien apenas tenía 30 años de […]
El último periodista asesinado en el mundo fue el iraquí Yasser Salihee. El pasado 24 de junio fue tiroteado por un soldado estadounidense en uno de esos ya tristemente famosos retenes militares de la muerte que pueblan Iraq.
Un disparo en la cabeza acabó con la vida de Salihee, quien apenas tenía 30 años de edad. Salihee trabajaba como corresponsal especial de la estadounidense Knight Ridder News Service y había descubierto una serie de indicios que bien podrían poner al descubierto una red de escuadrones de la muerte en acción en Iraq, entrenados por las tropas de ocupación estadounidenses.
El artículo de Salihee publicado en el Philadelphia Inquirer se titulaba, reveladoramente: «¿Campaña de ejecuciones en Iraq?».
Pocos días después, el 7 de julio, un juez norteamericano ordena el ingreso en prisión de la periodista de The New York Times Judit Miller. Su delito fue no declarar su fuente ante el jurado que investiga la filtración gubernamental que reveló la identidad de una agente secreta de la CIA. El principio básico de protección de las fuentes es uno de los pilares de la libertad de prensa.
De este modo, Estados Unidos, quien suele arrogarse como principal defensor de la libertad de prensa, vuelve a liderar la lista de países que asesina y encarcela periodistas.