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En Cuba se persigue, ¿a quién?

Fuentes: Tercera Información

Según cuenta Libertad Digital, el Partido Comunista de Cuba ha expulsado de sus filas a un joven militante por ser homosexual. En realidad, el medio de Federico Jiménez Losantos copia y pega fragmentos de un comunicado de la Confederación Española COLEGAS de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales en el que critica «la hipocresía de Cuba […]

Según cuenta Libertad Digital, el Partido Comunista de Cuba ha expulsado de sus filas a un joven militante por ser homosexual. En realidad, el medio de Federico Jiménez Losantos copia y pega fragmentos de un comunicado de la Confederación Española COLEGAS de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales en el que critica «la hipocresía de Cuba con respecto a la diversidad sexual» tras denunciar, unos días antes, la supuesta expulsión en otro comunicado. En realidad, COLEGAS tampoco ofrece una información propia, sino que replica (con erratas incluidas: «homofonía») la noticia aparecida en la web anticastrista cubanet.org y firmada por la periodista Aini Martín Valero.

¿Quién es quién en toda esta ristra de correveidiles? La sensibilidad de LD hacia los derechos de gays, lesbianas, bisexuales o transexuales es de sobra conocida y puede contrastarse leyendo perlas como «Orgullo de tara» de Pío Moa (la «tara», en efecto, es la homosexualidad), pero, al fin y al cabo, ellos no han elaborado noticia alguna. COLEGAS, el colectivo importador de la noticia, acaba de sufrir una escisión por escorarse, más, a la derecha, pero ellos, al fin y al cabo, tampoco han elaborado la noticia. ¿Quién firma, en origen, el relato de la expulsión? Aini Martín Valero, que se anuncia en su página web como «periodista independiente» de la Agencia ALAS. ¡Al fin, una fuente fidedigna! ¿O no? Pues resulta que no mucho: Martín Valero, además de «periodista independiente» es miembro del Partido Republicano de Cuba, cuyo nombre no debe confundir a los lectores republicanos españoles. Se trata de un partido «Republicano» como Bush, no «Republicano» como Azaña; se retratan a sí mismos en una frase lapidaria: «Defendemos el libre mercado«. La credibilidad de nuestra primera fuente podría empezar a tambalearse, pero no adelantemos acontecimientos: tal vez el PRC es un partido neoliberal, sí, pero independiente, como quiere ser la redactora de la nota. Para saberlo, nada mejor que seguir la pista del dinero. ¿Quién sostiene al PRC? En un gesto de transparencia que le honra, el PRC no esconde su lista de patrocinadores. Éstos son: I.B.L invesment Corp, J & M Kitchen Cabinets & Thermo-Foil Doors, Accountant Office, Renelect Corp Electrical Contractors y The Towing Connection Corp. Desde una empresa de muebles de cocina hasta otra de grúas remolcadoras, los mecenas del PRC se apellidan «Corp».

Al final, resulta que la noticia de LD, que copia un comunicado de una organización de gays conservadores, que repiten la información de una militante cubana neocón, hunde sus raíces en los suelos pantanosos de Miami.

Esta pista no ayuda mucho a creer la noticia, así que indaguemos un poco más. Este medio ha intentado, por ahora sin éxito, contactar con la autora de la noticia y con fuentes del PCC del Municipio de Regla (Ciudad de La Habana), organización acusada de expulsar al joven Leandro Alfonso Ramírez, «Leo». Así que aún no podemos contrastar los hechos denunciados en LD (ellos ni siquiera lo han intentado), pero sí podemos repasar algunos pormenores sobre el tópico de la persecución a los homosexuales en Cuba.

En primer lugar, los estatutos y el reglamento del PCC no mencionan en ninguno de sus artículos la orientación sexual como causa de expulsión. En efecto, de confirmarse la noticia de nuestra «periodista independiente», no habría sido el PCC el autor de la sanción, sino uno de sus núcleos municipales. Sería feo, pero no sería lo mismo. No obstante, la homosexualidad sí ha sido motivo de persecución a lo largo de la historia de Cuba. Pero, ¿cuál es la situación ahora? Al margen de la posible homofobia social que pervive aún en ciertos sectores de la población cubana (o de la redacción de LD o de la curia vaticana), algunos avances pueden resultar sintomáticos y esclarecedores. Justo cuando se supone que «Leo» estaba siendo expulsado de su partido, la hija de Raúl Castro (y sí, sobrina de Fidel) presidía el V Congreso Cubano Educación, Orientación y Terapia Sexual, donde, entre otras actividades, se presentó una serie de cortometrajes sobre la diversidad sexual o se exigió que la transexualidad sea descatalogada como enfermedad mental por la Asociación Americana de Psiquiatría. No parece que la hija de Raúl Castro sea muy homófoba; más bien, desde su cargo al frente del Centro Nacional de Educación Sexual, Mariela Castro se ha destacado como una férrea defensora de los derechos y libertades del movimiento LGBT y una de las impulsoras de la introducción de la cirugía de cambio de sexo en el circuito de la sanidad pública cubana.

Ella misma explicaba la situación en una autocrítica entrevista concedida a El País en 2007: «Yo he peleado por muchas cosas y he conversado muchas cosas con él [Raúl Castro]. Y él es capaz de reconocer y de decir «mira, en esto me equivoqué, en esto no me equivoqué» (…) Precisamente, dice que en los sesenta y setenta fueron incapaces de darse cuenta de todas las cosas que estaban pasando. Eran todos muy jóvenes, machistas, muy homófobos. No fueron capaces de darse cuenta del error, del disparate, de la falta de humanidad que podían tener actitudes de este tipo».

A falta de un mea culpa similar desde Libertad Digital, gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de todo el mundo tienen aún una larga lucha por delante, contra la maledicencia sangrante de los medios ultraconservadores y contra la supuesta miopía de un núcleo municipal del PCC. La diferencia es que en uno de esos campos de batalla parece que las cosas pueden mejorar.

Fuente original: http://www.laboratoriodenoticias.es/spip.php?article51

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.