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España

«En días como hoy», en días como los de la dictadura

Fuentes: Rebelión

Año 2009, segundo gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Lunes 15 de junio, 8 de la mañana. El noticiero matutino de Radio Nacional de España abre su programa -una vez más- con palabras tan altisonantes como fuera de lugar. En esta ocasión se dedican a un insigne […]

Año 2009, segundo gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Lunes 15 de junio, 8 de la mañana.

El noticiero matutino de Radio Nacional de España abre su programa -una vez más- con palabras tan altisonantes como fuera de lugar. En esta ocasión se dedican a un insigne jugador de baloncesto. En innumerables ocasiones anteriores lo han sido a estrellas más o menos fugaces del tenis, del motociclismo, del fútbol, del ciclismo…

Pasan sin fin días llenos de incertidumbres económicas, erosiones del sistema democrático, retrocesos de derechos y pérdidas de logros sociales, pero la radiotelevisión española (RTVE), que es «un servicio público esencial» por decisión del Parlamento español (BOE 18/12/2007), se dedica en cuerpo y alma a eludir el mandato de los plenos del Congreso de los Diputados y del Senado sobre la Corporación.

El mandato se refiere al «fomento del debate democrático, del espíritu crítico, a satisfacer necesidades de información, cultura, educación y entretenimiento de la sociedad española reflejando su identidad y diversidad cultural». Al referirse en concreto a la radio el mandato se pronuncia por «una programación que se adecue a las expectativas y demandas de la sociedad española».

8.00: Se abre el informativo con un nombre propio, el del deportista que el director del programa cree conveniente entronizar hoy, seguido por el relato de su reciente hazaña. Ha de ser un día difícil para aquél porque otros deportistas han descollado también en sus especialidades.

8.01: La solución llega pronto, por algo es uno de los periodistas líderes del momento: «qué fin de semana», «qué presencia mundial del deporte español». Hay minutos para todos los héroes modernos.

8.02: Hay que dar un respiro a los escuchantes para que aprecien la importancia de lo que acaban de conocer: suena la palabra «Irán» seguida de «fraude» y de la frase «el equipo de periodistas españoles enviado a Irán ha de irse, no les dejan informar…» Rápidamente se nombra a Netanyahu, se menciona la financiación autonómica y a un tal Cristiano Ronaldo.

8.05: Se presenta el tiempo meteorológico.

8.06: Aparece en antena la enviada especial a Teherán. Ésta se lamenta de que la policía iraní no la deja informar y de que ella y su equipo tienen que buscar billetes de avión de vuelta porque les han dicho que se vayan (no se aclara quién ni con qué autoridad), lo cual sirve para tranquilizar a los escuchantes, quienes podían deducir de su exaltado relato que estaban camino de las mazmorras islámicas. Completa su «relato de terror» con una información tan insulsa como tendenciosa: «no he visto tantos policías en mi vida, con porras y armados hasta los dientes».

Esta enviada es la misma que «informa» para la televisión pública española, así que cuando se den los próximos premios periodísticos, el jurado lo tendrá aún más fácil que en años pasados porque sus méritos se han visto también en pantalla: por imposición de la ley islámica tenía que llevar puesto el velo todo el día. Fíjate si la ley es dura que incluso se la ha visto con él cuando retransmitía desde lugares cerrados y sin presencia de iraníes.

Además, el jurado sabrá valorar que la periodista se sintió amenazada por un ejército represor de policías a las órdenes de un presidente ultra-conservador, con toda probabilidad autor de un fraude electoral, decidido enemigo de Israel y furibundo artífice del programa nuclear iraní.

No es noticia, sin embargo, que la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que ha realizado 21 inspecciones por sorpresa en las instalaciones nucleares de Irán en los últimos dos años, ha hecho público que «quedan por resolver muchos problemas técnicos para la producción de una bomba», o sea, que Irán es incapaz de acercarse siquiera a Israel y al resto de naciones que disponen de la bomba atómica.

http://www.guardian.co.uk/world/2009/feb/19/iran-iaea-united-nations-nuclear-weapon

Por otro lado su equipo no ha pasado imágenes de heridos ni de altercados graves, es más, mientras ella afirma que «la gente que se manifiesta por la calle pide la muerte para el presidente», la televisión española muestra a una multitud de personas que se manifiestan sin que nadie las moleste.

Lástima que no salió gente a la Gran Vía madrileña el siete de junio pasado, día de las elecciones europeas, para pedir la muerte del rey o del presidente de gobierno (sólo por mor de medir el aguante democrático de las autoridades españolas, desde luego, no con ninguna otra intención).

Delante de la policía antidisturbios -probablemente armada con chocolatinas y piruletas- y ante la aguda mirada de la enviada a Irán, se podría haber comparado, si es que hacía falta, el resultado del experimento con su ñoño retrato orientalista de lo ocurrido en Teherán.

8.17: Tras diez minutos de ¡cómo está el mundo, Facundo! y de qué bien se vive a este lado del extremismo islamista, es momento de volver a informar sobre el baloncesto. Se trata, desde luego,  de un asunto primordial en un informativo nacional de servicio público por varias razones:

a) Si hay algo que fomente el espíritu democrático, crítico y educativo de los ciudadanos, es presentar antes de otras noticias y a todas horas, día tras día y temporada tras temporada, las habilidades -junto con las opiniones y asuntos privados- de algunos astros del deporte, mientras no se informa de que lo mucho que cobran por ello lo envían a paraísos fiscales.

b) Si hay algo que demanda la sociedad española, que padece un 18 por ciento de desempleo y problemas de vivienda, entre otros, es escuchar al presentador del noticiero oficial exclamar: «qué exhibición de poderío», «gesta del deporte», «alegría y orgullo». Hay sin duda motivos sobrados de alegría y orgullo ante el poderío español.

c) Si hay algo que fomenta la identidad cultural es el baloncesto, el tenis y el motociclismo, actividades lúdicas y deportivas ranciamente españolas.

8.20: Historias de fugas carcelarias.

8.24: Nada de problemas económicos, nada de asuntos de interés social, nada de cuestiones de importancia para la población.  No hay nada como el deporte, esta vez sobre ruedas, para mantener a la gente informada y entretenida sobre banalidades.  Benditos adolescentes, como caídos del cielo para el gobierno, que dan vueltas y más vueltas a toda velocidad para no llegar a ningún sitio.

Gracias a estos jóvenes, muchos ciudadanos se quedan narcotizados en el sofá ante el televisor durante el fin de semana y el resto de días en el bar de la esquina, mientras discuten sobre neumáticos y acelerones, hasta que la siguiente semana aparecen en televisión otros chavales con un balón o una pelota que les sumen en el mismo sopor sin fin.

8.30: Algo se dice sobre los brotes verdes, da la impresión de que es para ofrecer a la audiencia un chascarrillo que puedan presentar en la hora del bocadillo.

8.32: Cifras del paro en lo que dura un suspiro. Han pasado treinta dos minutos desde que se inició el programa de noticias y por las ondas se ha hablado mucho de deportes y muy poco y mal de cuestiones de interés.

Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de mayo de 2009, el paro es «el principal problema que existe ahora en España» (lo piensa el 77,3% de encuestados) seguido por «los problemas de índole económica» (el 48,8%). Ningún otro se les acerca remotamente, la inmigración obtiene el 16.3% y la vivienda el 13%. El deporte no figura.

http://datos.cis.es/pdf/Es2801mar_A.pdf

A la pregunta del barómetro del mes anterior, abril, «¿podría decirme qué importancia tienen en su vida los siguientes aspectos?», la respuesta es primero la familia (89%), luego el trabajo (60%) y por último -sólo por delante de la política- «las asociaciones, clubes y otras actividades asociativas» (6.6%), entre las que cabe incluir al deporte, en particular el que practican los profesionales.

8.33: Unos datos sobre el petróleo.

8.34: Cuña publicitaria para promocionar el programa Radio-gaceta de los Deportes, seguramente con el loable fin de que los radioyentes aumenten sus conocimientos sobre las andanzas de sus ídolos.

8.35: Tiempo para «debate y análisis». Al comenzar, a la hora de decidir sobre si abordar el tema «¿arde Irán?» o el del jugador de baloncesto, el director del programa anuncia a los tertulianos y a la audiencia su decisión: «vamos a empezar por lo fácil», o sea, a apuntalar al principio de la semana y de buena mañana la alegría y el orgullo patrios.

8.50: Tal y como va el programa, se deduce que a pesar de lo que ha hecho su director en las horas que lleva al frente del mismo (desde las seis de la mañana), ni los tertulianos, ni la defensora del oyente (que defiende el «derecho de los oyentes a una información libre, rigurosa y plural y a un entretenimiento digno»), ni ninguno de los diputados y senadores que votaron el mandato, ni  ningún escuchante, se han dirigido a aquél para preguntarle por qué si a los ciudadanos del Estado español les preocupa sobre todo el desempleo, la economía, la inmigración y la vivienda, la radio de servicio público les mete a presión por las orejas y sin apenas descanso información deportiva.

Los ciudadanos sufragan un servicio público que les informa poco y mal de lo que les interesa. A cambio les informa mucho de lo que no y les desinforma sobre el resto. La manipulación, sin embargo, es cosa de Ahmadineyad.

A lo mejor es sólo una casualidad que deportistas, políticos, grandes empresarios y otros líderes de la modernidad neoliberal y al tiempo socialista y obrera, «salen» en la radio y disfrutan de millones de euros, a veces obtenidos de manera legal, mientras que el resto se enorgullece y se alegra por ello ante la tele y tiene algo de que hablar en la cola del paro.