Ghana es considerado uno de los mejores países para los trabajadores de los medios de comunicación de África, a pesar de la falta de garantías para los profesionales. En marzo, el periodista Latif Iddrisu, de una de las empresas de medios más grandes del país, sufrió una golpiza de parte de la policía que lo […]
Ghana es considerado uno de los mejores países para los trabajadores de los medios de comunicación de África, a pesar de la falta de garantías para los profesionales.
En marzo, el periodista Latif Iddrisu, de una de las empresas de medios más grandes del país, sufrió una golpiza de parte de la policía que lo dejó al borde de la muerte.
Este país es considerado el número uno de África en materia de libertad de expresión y figura en el lugar 23 en el Índice de Libertad de Prensa, elaborado en 2018 por Reporteros Sin Fronteras.
El delito de Iddrisu fue preguntarle a un policía en medio de un operativo para disolver una protesta por el nombre de uno de los vehículos antidisturbios. El oficial lo golpeó y luego se sumaron otros que no tenían ni idea de qué había hecho.
El periodista sufrió heridas en el rostro, el cuello y las costillas, además de fractura de cráneo.
Desde hace cuatro meses se recupera en su casa y espera el diagnóstico final del médico para saber si podrá volver a trabajar.
El ataque contra Iddrisu no fue un incidente aislado, es uno más de la lista de agresiones contra periodistas de parte de políticos, gente de a pie y agentes de las fuerzas de seguridad.
La compilación de abusos contra periodistas de esta región, realizada por la Fundación de Medios para África occidental, presenta un panorama terrible en materia de libertad de prensa.
En los últimos 15 meses, la Fundación registró 12 agresiones con 17 periodistas heridos en Ghana. Y esos solo son los casos en los que se focalizó esa institución.
La fundación registró «nueve violaciones en seis países mientras monitoreaba el ambiente de la libertad de expresión en febrero de 2018» en esta región africana, reza el informe.
«Cinco incidentes de agresión física se registraron en cuatro países, Liberia, Costa de Marfil, Nigeria y Ghana. Luego en Mali, Togo y Nigeria se registró una detención, y en Benin la suspensión de una organización de medios. Las violaciones afectaron a 10 periodistas, 11 ciudadanos y una organización de medios», precisó.
Leyes coloniales conviven con nuevas leyes fundamentales
Las nuevas constituciones garantizan los derechos humanos, la libertad de expresión y, en muchos casos, la libertad de prensa. Pero muchos países mantienen normas coloniales que coartan esos derechos y que son inconsistentes con sus leyes fundamentales.
Un ejemplo típico es el uso de leyes de difamación, que castigan la publicación de afirmaciones incorrectas, noticias o rumores que podrían generar alarma pública en los países africanos para acosar, detener y encarcelar a periodistas, así como imponer multas grandes.
Sierra Leona y Liberia prometieron eliminar esas leyes, pero todavía no lo han hecho. El segundo, por ejemplo, concentró la atención mundial en 2013 en lo que se ha considerado el caso de difamación más infame de África occidental.
La historia es peor en países como Guinea, Malí, Níger y Nigeria, que desde hace tiempo se niegan a eliminar las leyes de difamación.
Y en ese aspecto sobresale Ghana, que derogó la ley en 2001, ganándole a la metrópoli británica, que lo hizo en 2009. Pero aún en este país, los periodistas y los medios no están a salvo.
Los políticos y empresarios todavía pueden presentar denuncias civiles. En febrero de 2014, el secretario general del partido de gobierno, Johnson Asiedu Nketia, ganó un juicio por 250.000 dólares al diario Daily Guide por difamación, al publicar que se había quedado con material de construcción del Estado para un proyecto personal.
Es bueno saber que ningún periodista pasará ni un día en prisión por una publicación, un hecho que destacan los periodistas Kweku Baako y Haruna Atta, detenidos en 1998.
Palabras vacías
Ghana no ha podido consolidar su compromiso con la libertad de prensa con el derecho a la información, un derecho humano fundamental garantizado por la Constitución, a pesar de los tratados y los acuerdos internacionales vinculantes suscritos por este país.
En África, el derecho a la información está garantizado en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, en la Carta Africana sobre Democracia, Elecciones y Gobernanza, en la Convención de la Unión Africana para Prevenir y Combatir la Corrupción y en la Carta Africana de la Juventud, entre otros.
Desde hace años, organizaciones, académicos y periodistas reclaman sin éxito una ley que preserve ese derecho.
El proyecto de ley sobre derecho a la información fue redactado y revisado por el gobierno en 2003 y desde entonces está a estudio del parlamento, que hace de todo menos aprobarlo.
Sin embargo, los legisladores sí aprobaron otros 300 proyectos de ley, como el último que sobre un fiscal especial, que había sido una promesa de campaña del presidente Akufo-Addo.
Más de 15 países africanos, incluso siete de África occidental, aprobaron una ley sobre derecho a la información desde que Ghana redactó la suya en 2003, y aún así este país se ubica en el mejor lugar en materia de libertad de prensa y organizará el Día Mundial de la Libertad de Prensa este 3 de mayo.
El director ejecutivo de la Fundación de Medios de África occidental, Sulemana Braima, señaló: «Es lamentable que organicemos este evento mundial sin una ley de derecho a la información».
«La falta de una ley sigue siendo uno de los puntos oscuros de nuestra democracia, libertad y credenciales de derechos humanos», subrayó.
Ghana, sede del Día Mundial de la Libertad de Prensa de 2018
Cuando Ghana fue elegido para organizar el Día Mundial de la Libertad de Prensa, ganándole a India y a otros países, algunos observadores señalaron que la falta de una ley sobre el derecho a la información era una gran mancha en un evento prestigioso.
Pero Ghana no es el primer país en organizar el evento en este continente; es el sexto africano y el segundo en África occidental, después de Uganda, Namibia, Senegal, Mozambique y Túnez. Al parecer, lo que determina que un país sea el organizador no tiene que ver con sus prácticas en materia de libertad de prensa.
Cuando Colombia organizó el evento en 2007 fue en reconocimiento al 10 Aniversario del Premio Mundial de la Libertad de la Prensa, Guillermo Cano, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Cano fue un periodista colombiano asesinado en 1986.
Desde su creación en 1997, dos periodistas africanos lo ganaron, Christina Anyanwu, de Nigeria en 1998, y Geoffrey Nyarota, de Zimbabwe en 2002.
Túnez fue el organizador en 2012, bajo el lema: «Medios del Siglo XXI: Nuevas Fronteras, Nuevas Barreras, Nuevas Voces», en el marco de la Primavera Árabe.
Y el lema de este año «Los frenos y contrapesos al poder: medios de comunicación, justicia y estado de derecho» tiene mucho que ver con Ghana.
La celebración de los 25 años de gobiernos democráticos ininterrupidos (1993-2018), que coincide con el 25 aniversario de la creación del Día Mundial de la Prensa, parece ser razón suficiente para celebrarlo en este país.
Traducción: Verónica Firme.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2018/05/faro-la-libertad-prensa-quedan-areas-la-sombra/