Hebe de bonafini defiende su respaldo a los Kirchner aunque cuestiona sus acuerdos políticos
La presidenta de Madres de Plaza de Mayo asegura que si el kirchnerismo pierde, se volverá al «fascismo y a la derecha» y apunta contra sus «enemigos, que son de otra clase social».
Contra Susana. Bonafini rechaza el discurso sobre seguridad de la conductora: «Los que tienen poder y pueden repetir ochenta veces las cosas por televisión son enemigos». «No voy a posar para la foto porque lo importante es lo que digo, no mi cara». Mientras se anuda su pañuelo blanco, Hebe de Bonafini intenta esquivarle la mirada al lente que busca un primer plano. Sin embargo, cuando se lo propone no evade. La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo dispara sus reglas de juego, apunta y da en el blanco con sus palabras. «Rico es un asesino»; «Con Scioli tengo mis reparos, nunca trabajó», define. En otros momentos, sus respuestas se escurren, como sus ojos ante la cámara de fotos. Las críticas hacia la gestión de Cristina Fernández son menos punzantes y reconoce: «Si no es esto, ¿qué es? Nos esperan la derecha y el fascismo otra vez».
-¿Cómo ve el país en clima de campaña?
-Está complicado. Las elecciones siempre son muy complicadas porque parece que se para el mundo. Estoy deseando que llegue el 28 de junio, vayamos a votar y punto.
-¿Qué pasará si la lista de Néstor Kirchner no lidera?
-No sé. Voy a esperar. Yo creo que va a ganar.
-¿Coincide con las candidaturas testimoniales?
-Hasta que no llegue el momento, nunca se sabe lo que van a hacer. Son como los curas, mantienen todo en secreto.
-Según adelantó, el gobernador Daniel Scioli no asumiría.
-No tengo muy buena relación con él. Hace poco estuvimos juntos en una mesa y me dijo que yo decía tantas cosas de él porque lo conocía poco. Le dije que era al revés: digo lo que digo porque lo conozco mucho. Pertenece a una clase social diferente, es un tipo que nunca trabajó. Se dedicó al deporte, que no es una cosa mala pero bueno… tengo mis reparos. Sin embargo, hace un año fue a Mar del Plata y metió presos a tipos entre los cuales estaban quienes torturaron a mi hijo. Esa actitud me asombró. Su discurso del jueves también fue muy bueno… pero ya sabemos que hay un trecho enorme entre lo que los políticos dicen y lo que hacen.
-¿Le gusta que Scioli vuelva a ser candidato de Kirchner?
-Es una cuestión de la política. No me meto. Cuando Kirchner entró al poder, hice una lista de los tipos que las Madres no queríamos. El único que quedó de esa lista es Scioli.
-¿Quién más estaba en la lista?
-No. Ya está.
-¿Aldo Rico?
-Es un asesino pero lo votó la gente.
-Pero este Gobierno le dio un espacio.
-No, no le dio un espacio. El tipo dijo: «Yo me hice estar», que es otra cosa. Es como lo de Patti: es un asesino pero la gente lo votó. A Bussi la gente lo votaba en Tucumán. La ignorancia hace que en estos tipos se vea poder y el poder a mucha gente le da protección.
-La frase de Susana Giménez, «el que mata tiene que morir», ¿es producto de la ignorancia o de una posición política?
-A la gente ignorante le tengo mucha lástima. Pero los que tienen poder y pueden estar todo el día en televisión y repetir ochenta veces lo mismo, son mis enemigos.
-¿El enemigo tiene que ver con una cuestión de clase?
-Sí, claro. Y con haber apoyado la dictadura.
-¿Susana es enemiga?
-Sí, es de otra clase social.
-¿Y el matrimonio Kirchner no pertenece a esa clase?
-No. Ellos siempre fueron laburantes. Los conozco mucho porque yo vivía en La Plata. La madre de Cristina sigue viviendo en la misma casa.
-¿Siente que debe apoyar al Gobierno en forma incondicional?
-Lo sentí cuando Néstor dijo que nuestros hijos eran sus compañeros y nosotras, sus madres, y se acrecentó con la historia del pibe que secuestraron cuando vivía con Néstor en un departamento de La Plata. A Néstor no le avisaron y se quedó dos días más en esa casa hasta que se enteró y escapó. Como presidente, sin hacerlo público, fue a ver a la madre para agradecerle el hijo que había tenido, que se bancó dos días de tortura sin decir dónde vivía. No hizo demagogia con eso. Cualquier otro lo hubiera hecho, después de asumir con tan pocos votos. Creo que él y Cristina nos quieren de verdad y sienten profundamente lo que las Madres hicimos para este país. Siento la obligación de apoyar un proyecto, que es el mismo por el cual mis hijos dieron la vida.
-¿El mismo?
-Es esto de construir escuelas, barrios. Lo que está mal hay que criticarlo y lo que está bien hay que apoyarlo.
-¿Qué le critica?
-Lo hago público en mis discursos de la Plaza. Sigo criticando, por ejemplo, que (el intendente de Merlo, Raúl) Othacehé sea kirchnerista: le pegó a la gente del pueblo, le quemó la casa a una maestra. Hay gente muy desagradable. En mi último programa de televisión, leí un mensaje de Eva Perón y se lo dediqué a muchos peronistas que se están sacando los pedazos para que les den un cachito. Fue muy duro.
-¿Y Néstor y Cristina le responden?
-Las veces que le pregunté a Néstor si me había escuchado, me dijo: «Sí, está bien. Retame. Vos sos como mi mamá. Tenés derecho a decirme todo lo que quieras». Cuando tengo que decirles cosas, las hago públicas, no se los digo en secreto. Ahora hace un tiempo que no veo a Néstor porque está ocupado con las elecciones y no me quiero meter en este baile. Con Cristina sí hablo, porque estamos haciendo lo de las viviendas.
-¿Cómo es ese vínculo?
-Cuando quiero presentarle los proyectos, la llamo. Trato de darle una mano a quienes necesitan tener una entrevista con ellos. Tienen que atenderlos porque gobiernan para nosotros.
-¿Las Madres analizan lo que implica apoyar a un gobierno?
-Sí, lo discutimos mucho. Es la primera vez que podemos participar en un proyecto. Hace rato que discutimos cómo queremos que se nos recuerde: ¿corriendo detrás de los asesinos o haciendo algo por la niñez, la gente que no tiene trabajo, todo por lo que nuestros hijos dieron la vida?
-¿Les genera contradicción que en el Gobierno haya personas con quienes no concuerdan?
-Lo hablamos mucho. Pero si no es esto, ¿qué es? Nos esperan la derecha y el fascismo otra vez.
-Entonces, ¿éste es un buen gobierno o es la mejor opción?
-Es un gobierno que hizo mucho por los derechos humanos, por las jubilaciones. Eso no es todo lo que queremos pero es lo mejor que tenemos.
-¿El Gobierno no puede o no quiere solucionar algunos problemas?
-Tantas cosas no se pueden arreglar de golpe y el Gobierno no quiere cuadros políticos, como había antes, entonces a veces se agarra de cualquiera. Estoy en completo desacuerdo con que vengan a un acto cincuenta micros con gente que no sabe a qué va. Prefiero cinco tipos que la tengan clara.
-¿La política de inclusión es una cuenta pendiente?
-Sí, lo dijo Kirchner. Todavía hay mucha desocupación, gente con hambre. Aunque vemos que hay más trabajo, hay un gran déficit de gente en negro. Ése es un drama, sobre todo para los jóvenes. Los supermercados los toman tercerizados. Hay que arreglar la educación también. Es indispensable que avancemos para que el petróleo sea nuestro, para que las mineras a cielo abierto no pudran todo lo de alrededor y que no nos sigan llevando la riqueza. Hay que parar de venderles tierras a los que nos compran todo el sur. Cada paso que damos es importante. Por eso me parece que este proyecto es único. Mirá lo que hace Macri en la Capital con las escuelas. Es un desastre.
-¿Rescata alguna propuestas de los partidos de izquierda?
-No, porque no veo proyectos serios. Las críticas no llevan a ninguna parte. Me gusta mucho Martín Sabbatella, parece un tipo serio. Pino no, porque es un tipo que… es buen director de cine.
-¿Carrió? ¿Solá, Macri, De Narváez?
-Carrió nada… representa a los gordos. De Narváez, todos éstos, son mucha crítica pero ningún proyecto. La propaganda de De Narváez es de terror.
-¿Cómo imagina 2011?
-Para que continúe este proyecto debe ganar el que se presente del grupo que hoy gobierna.
El pedido de cárcel común a los represores: «Si los violan, los violan»
¿Cómo ve el avance de los juicios?
-Están muy lentos porque todavía hay jueces, fiscales y cámaras de Casación de la dictadura. Creo que nos vamos a morir y no vamos a ver a todos condenados. Avanzamos, porque se anularon las leyes, pero no lo necesario porque no van a cárceles comunes. La verdadera condena sería que estuvieran entre todos los presos, si les pegan les pegan, si los violan los violan. No alcanza con que se condene a estas figuras espantosas de Videla, Massera, Menéndez.
-¿Cómo se podría avanzar?
-En algún momento va a haber que pensar cómo sacar a los jueces de la dictadura de los tribunales de Casación, que están apoyando a los asesinos.
-¿Es responsabilidad del Poder Judicial?
-No, tiene que haber un proyecto en Diputados para que se pueda discutir. Lo que pasa es que la derecha tiene mucho poder, tiene los medios, la televisión, para hacer creer que son mayoría.
-¿No cree que haya inseguridad?
-En la época de Menem entraron once veces en 45 días a la Casa de las Madres y nos robaron todo, pero nunca nadie dijo nada de inseguridad porque en ese momento a lo mejor te podías comprar dos cosas. Ahora todo se magnifica. No digo que no haya robos. Hay que analizar por qué no salen todos los robos de los countries: porque los tipos que están en la puerta son policías retirados y dan permiso para que entren otros a robar. Hay muchos pibes que roban para drogarse pero el que es negro, pobre y chorro no tiene el mismo tratamiento que el médico rubio de clase media.