La Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) estuvo entre los numerosos invitados asistentes al VIII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, que sesionó en el Palacio de las Convenciones, en La Habana, entre los días 6 y 10 de febrero. La prestigiosa organización estuvo representada por su presidente, el argentino Juan Carlos […]
La prestigiosa organización estuvo representada por su presidente, el argentino Juan Carlos Camaño, quien circuló entre los asistentes un documento de saludo al evento, que recoge el sentir de la Unión de Trabajadores de la Prensa de Buenos Aires (UTPBA) y la FELAP.
Camaño, con la sencillez que le acompaña, accedió a nuestro pedido ofreciendo sus valoraciones a cubaperiodistas.cu acerca de los retos a que se enfrenta hoy un mundo con crecientes desigualdades económicas y sociales.
-El documento que la FELAP ha hecho circular en este evento termina sentenciando: Las ideas que no se conocen no luchan. ¿Qué le exigen a los comunicadores los actuales condicionamientos políticos y económicos del modelo neoliberal?
-En principio seguir reivindicando un modelo que está agotado por lo menos desde el punto de vista discursivo. Ya hasta los propios autores del modelo neoliberal saben que propagandizarlo excesivamente, a diferencia de años anteriores, es contraproducente. Conviene más aplicarlo sin propagandizarlo demasiado. Inclusive han tomado en cuenta que los comunicadores pueden hasta ser críticos del modelo en tanto y cuanto no sean críticos del sistema capitalista.
Creo que los dueños de los medios de comunicación, que hoy son la parte gravitante en el proceso de acumulación capitalista, están actuando no tanto como instrumentos de comunicación sino como parte integrante del proceso de acumulación capitalista. Son bastante inteligentes como para permitirse la posibilidad de cierto disenso mentiroso y, por lo tanto, en ese disenso mentiroso seguir aplicando su política. Pueden, incluso, hacer ejercicio de una democracia entre comillas, disintiendo dentro del sistema.
-¿Qué comentarios le merecen los nuevos cambios que se han verificado recientemente en América Latina donde han triunfado propuestas sociales que se desmarcan de las supuestas democracias o las viejas dictaduras?
-Hay que verlos en principio con cierto beneplácito. Han aparecido algunos de ellos, no voy a hablar de la conmoción que ha provocado el de Chávez, quien sin discusión ha modificado el tablero regional en los últimos años. Me refiero a los otros gobiernos que están en la línea dentro del encaje democrático tradicional previsto por el capitalismo para esta etapa. Sin embargo, están dando pasos positivos. A prueba todos los días está si sus pasos van dirigidos a romper el modelo neoliberal o lograr una readaptación en el marco de este reciclaje capitalista que se da, según nuestro humilde entendimiento, en una crisis que es terminal del capitalismo, cuando con una agresividad superior a cualquier otra etapa de la historia, uno podría decir que termina mal. Es decir, los temores fundados de muchos estadistas estrategas tipo Fidel Castro acerca de que esta humanidad esta en riesgo cierto, me parece que se comprueban todos los días en un capitalismo que está lanzado en una dinámica diabólica; por lo tanto, ¿cómo termina? Creemos que el capitalismo termina mal. Ahora bien, es impredecible en el día de hoy saber cuánto costo le va a provocar a la humanidad.
-¿Cómo contribuiría la Federación Latinoamericana de Periodistas en la formación de nuevos pueblos en una materia que como la economía no debe ser más «un coto de técnicos o especialistas o de los que saben»?
-Bueno, hace muchos años, cuando era joven, llegó a mis manos un librito que me enseñó a leer la Filosofía, ciencia que había sido un coto de caza de determinados sectores de privilegio, del pensamiento, la intelectualidad. Creo que con la economía mundial y de cada país, así como los retos y peligros que enfrenta el mundo actual, hay que seguir haciendo esfuerzos para que se conozcan masivamente.
Crear escuelas de formación y capacitación, que permitan el acceso de sectores masivos de la sociedad, es una de las vías que debemos seguir recorriendo. No sólo para que más gente de pueblo conozca los problemas económicos, sino también sobre el papel de los medios de comunicación, el papel de la política, conceptos como democracia y muchos otros.
En tal sentido, la línea que está planteando Fidel Castro es válida: la batalla de ideas. Me parece que es un desafío enorme. La única manera de avanzar por ese camino es que la mayor cantidad de gente posible conozca los problemas y los desafíos a que se enfrentan. Y que se conviertan en armas para encausarlos y combatir los obstáculos al desarrollo.
En tal terreno, el periodismo al estilo de la FELAP puede cumplir un papel formador interactuando con el movimiento social. Tenemos una actitud concreta en la práctica: ligarnos al movimiento de masas y no seguir fomentando la elite periodística como tampoco hay que fomentar la elite económica.
Indago finalmente, sobre su mensaje a los colegas cubanos, y Camaño responde: «El mensaje no es nuevo, nos conocemos desde hace mucho y compartimos el mensaje de vida y el mensaje de cambio que procuramos juntos para el resto del mundo. Nuestro mensaje, pues, es y será siempre de agradecimiento».