Erratas y errores que la prensa nunca reconocerá (XXXVI)

En El País del día 5 de septiembre leemos el siguiente titular: «Las adversidades se ceban con Merkel[1]». ¿En serio?, ¿qué adversidades?, ¿que su partido pierde votos por su política frente a la crisis?, ¿que hay políticos en su país que critican su gestión?, o ¿que recibe alabanzas de un supuesto ‘socialista’ como su antecesor en el cargo, Gerhard Schröeder? Cada vez que Merkel abre la boca sube el pan en la Unión Europea al mismo ritmo que suben los intereses que obtiene la banca alemana. Hay que ver cuántas desgracias se ceban con Angela Merkel, la misma Merkel que está retardando la creación de bonos europeos, que a buen aportarían algo más de estabilidad al euro aunque, eso sí, unos beneficios mucho menores a los bancos alemanes. ¡Hay que ver! Las brújulas políticas se vuelven locas al acercarse a cualquier edición de El País y sus agujas dan vueltas a la derecha como si estuvieran locas.

En el diario ABC del día 9 leemos una noticia relativa a la reciente declaración patrimonial de diputados y senadores, según se puede ver en la imagen 130.000 euros de un socialista dan de sí para un titular, pero 1.000.000 de euros de un franquista, cómplice de una de las dictaduras más sangrientas que se recuerdan, solo es capaz conquistar un subtítulo. Tal vez los euros de Rojo tengan un valor superior a los de Fraga y por eso llamen tanto la atención en ABC.

• Un segundón con aspiraciones de titular

Durante la semana precedente se ha dicho mucho sobre la bravuconada del portavoz del Partido Popular[2], Esteban González Pons, de crear 3,5 millones de empleos. De promesa, pasó a ser comentario, y el comentario llegó matizado a ‘aspiración de crear’. Las cuentas de Pons son claras, como un problema matemático de primaria, si a cada empresario le corresponden de media 2 ó 3 empleados, ¿cuántos empleados serán los que correspondan a 1.000.000 de empresarios? González Pons resolvió el problema tirando por el camino de en medio: a razón de 2,5 empleados por cada empresario = 2,5 millones de empleados, más el millón de empresarios autoempleados ya tenemos los 3,5 millones de empleos. Pidamos con fuerza que, si su partido gana las elecciones, no le caiga ningún cargo de responsabilidad en el reparto, porque en caso de que así sea no sabemos lo que puede pasar. Parece claro que las palabras de González Pons buscaban un titular con el que reclutar «votos de calidad», del mismo modo que las televisiones emiten programas-basura para reclutar «espectadores de calidad».

Tras el golpe de estado que la comunidad internacional ha culminado contra el pueblo libio, la prensa ya no requiere de la edición digital de imágenes ni de los «errores» en los pies de página de las fotografías para hacer creer a sus lectores que la invasión de Libia era cosa obligada y justificada. Lo que ahora le toca a la prensa es ocultar cualquier progreso que el pueblo libio obtuviera de la mano de Gadafi[3], y soltar burradas como la que publica El Mundo «Los libreros libios luchan por recuperar la vida cultural que les robó la dictadura»[4]. Teniendo en cuenta que la alfabetización pasó de un escaso 25% a más del 80% de la mano de Gadafi, y que la educación incluida la universidad era universal y gratuita, la sola lectura del único párrafo gratuito de esta «noticia» levanta ampollas en el sentido común, en caso de que se tenga, claro está.

• Intereconomía, ¡cómo ERES!

El diario humorístico La Gaceta de Intereconomía publica el día 8 una noticia titulada: «El magnate marxista Roures impone un ERE brutal en el diario ‘Público'»[5]. Aunque pretenda ser una ironía, el error de apreciación de llamar marxista al dueño de un diario como Público, al que le falta tiempo para arremeter contra Izquierda Unida, es un error de bulto, como solo es capaz de cometerlos este diario, pero no es el único error. Argumentan el calificativo que le dedican a Roures en la base de que su ideología es afín a la de José Luis Rodríguez Zapatero; algo que se cae por su propio peso tan solo con atender al trato cruel que el presidente ha dispensado a la clase trabajadora durante su última legislatura, y que se puede calificar de cualquier cosa menos de marxista.

Por otra parte, y al igual que cualquier otro Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el de Público debe ser aprobado por el Ministerio de Trabajo, así que ‘imponer’, lo que se dice ‘imponer’ poco puede imponer un empresario, ya sea marxista o no, todo lo más que le cabe será ‘proponer’.

Pero aún hay más. Los Gacetilleros califican de ‘brutal’ el ERE presentado por el diario Público porque afecta al 20% de los empleados de la empresa, esto es, a 39 trabajadores. Retrocedamos unos meses y tomemos como ejemplo el trato que este mismo diario le daba al ERE presentado por la compañía Telefónica. Nunca le dedicaron un solo titular que incluyera alusiones personales al «magnate neoliberal César Alierta«; el ERE de Telefónica nunca se ‘impuso’ en los titulares, sino que se propuso para su aprobación por el Ministerio de Trabajo; y nunca fue calificado por este diario de ‘brutal’ a pesar de que también afectó al 20% de la plantilla, solo que en este caso ese 20% alcanzaba la brutal cifra de 6.500 trabajadores. Para remate final, este diario trató el ERE de Telefónica en la mayoría de los casos, como un problema para la compañía y desde el punto de vista del coste que le supondría.[6]