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Nietos recuperados ante el fallo de la Corte Suprema que favorece a sus victimarios

«Es desastroso para toda la sociedad»

Fuentes: Página/12

Victoria Donda Pérez, Ignacio Montoya Carlotto, Pablo Gaona Miranda y Guillermo Pérez Roisinblit coincidieron en que más allá de la cuestión personal, la aplicación del 2×1 a los represores perjudica a todos. Destacaron «el rechazo colectivo». La sorpresa. La amargura. La indignación. La bronca. El repudio. Y, casi de inmediato, el alivio de «que el […]

Victoria Donda Pérez, Ignacio Montoya Carlotto, Pablo Gaona Miranda y Guillermo Pérez Roisinblit coincidieron en que más allá de la cuestión personal, la aplicación del 2×1 a los represores perjudica a todos. Destacaron «el rechazo colectivo».

La sorpresa. La amargura. La indignación. La bronca. El repudio. Y, casi de inmediato, el alivio de «que el rechazo es colectivo». Por esos estados, y en ese orden, pasaron la nieta y los nietos recuperados Victoria Donda Pérez, Ignacio Montoya Carlotto, Pablo Gaona Miranda y Guillermo Pérez Roisinblit desde el momento en que supieron del fallo de la Corte Suprema que habilitó la aplicación del 2×1 al represor Luis Muiña, condenado por delitos de lesa humanidad en el centro clandestino que funcionó en el Hospital Posadas, y su posible efecto dominó. «Me sorprende que podamos retroceder tanto», opinó el nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien advirtió que «cinco personas en un fallo dividido tomaron la decisión poco ética de revertir un proceso histórico que llevó décadas. Porque es una decisión poco ética la de dejar libres a los peores criminales de la historia argentina. ¿Con qué cara luego evalúan a cualquier otro crimen?». «Este fallo va a quedar en lo peor de la historia argentina, es peor que todos los fallos de la Corte menemista», añadió Donda Pérez.

Montoya Carlotto se enteró mientras trabajaba en Olavarría, donde fue criado por sus apropiadores y aún vive. El fallo le cayó «muy mal», pero no desde el punto de vista personal, sino «como miembro de una sociedad». «Trato de sacarlo de mí porque si no queda en una impresión personal y no sé cuánto sirve. El fallo es desastroso para toda la sociedad, sus consecuencias, que las tendrá, las vamos a tener que pagar todos, no solamente los que fuimos víctimas de la última dictadura», planteó. Su apropiación fue uno de los 35 casos que integró el juicio por el plan sistemático de apropiación de bebés, que condenó a ocho represores a penas de entre diez y cincuenta años de prisión. Algunos de ellos, como el partero de la maternidad clandestina que funcionó en la ex ESMA, Jorge Magnacco, se tiró el lance de obtener su excarcelación por la vía que habilitó el fallo de los supremos. No tuvo éxito.

«Entiendo que estos que están a punto de ser liberados son de los peores criminales que tenemos en el país, no quedan muchas dudas de eso. Permitirles salir en libertad después de haber sido condenados por los peores crímenes que pueden existir es una decisión poco ética, entiendo. Y que solo cinco personas en un fallo dividido la hayan tomado; tres en realidad, y decidido revertir un proceso histórico que llevó décadas, es preocupante. Si se deja libres a estos criminales, ¿con qué cara luego evalúan a cualquier otro crimen?», analizó.

«No era algo esperado», sostuvo el hijo de Laura Carlotto, quien se supone nació en el Hospital Militar de la Ciudad de Buenos Aires adonde trasladaron a su mamá, parturienta, desde el centro clandestino La Cacha, que funcionó en La Plata, en el que permanecía secuestrada. «Nunca pensé que íbamos a llegar a esta instancia, es un gran retroceso. Me sorprende que podamos retroceder tanto», añadió.

A Guillermo, nieto de la vicepresidenta de Abuelas, Rosa Roisinblit, quien recuperó su identidad tras el trabajo del organismo y la búsqueda incesante de su hermana Mariana, lo enojó lo mismo: «En una décima del tiempo que tardamos en empezar a juzgarlos y condenarlos, les habilitan la libertad», se indignó.

Guillermo supo en el 2000 que es hijo de Patricia Roisinblit y José Pérez Rojo, una pareja de militantes secuestrada en 1978, mantenida cautiva en la RIBA, dependencia de inteligencia de la Fuerza Aérea, en el oeste de la provincia de Buenos Aires y aún desaparecida. Patricia fue secuestrada embarazada de ocho meses y con su hija Mariana, que entonces tenía poco más de un año y fue dejada en la casa de la familia paterna. Parió en la ex ESMA. Se cree que el parto fue monitoreado por Magnacco, el médico del Hospital Naval a quien el viernes el Tribunal Oral Federal número 5, que lo juzga por los crímenes que cometió en ese centro clandestino de detención, le rechazó el pedido de libertad. «Por ahora, pero rapidito van a la Casación y, si no tienen suerte, directo a la Corte, que es adonde estos animales quieren llegar. Es increíble, que el tipo que tiene las manos manchadas de la sangre de mi mamá esté a punto de quedar libre», se despachó el nieto a quien Rosa Roisinblit, que tiene 97 años, recuperó y sostiene la lucha.

Sobre el fallo, apuntó que es «una aberración jurídica» que «no afecta solo a las víctimas». «Lo que nos pasó a nosotros le podría haber pasado a cualquiera. Yo fui víctima del terrorismo de Estado desde que nací, incapaz de poner una bomba o portar un arma. Lo que nos pasó a los chicos robados, a nuestros viejos, nos pasó a toda la sociedad y que los culpables puedan quedar libres nos ofende a todos, es reprochable universalmente», concluyó. Para Donda, nacida también en la ex ESMA y apropiada por el represor José Antonio Azic -condenado en los juicios por el plan sistemático y los crímenes cometidos en la ex ESMA-, el fallo de la Corte «es una aberración y jurídicamente insostenible». El miércoles, alguien la llamó por teléfono para contarle, pero le costó creerlo. «No me daban los números, porque podía sospecharlo de los dos jueces que ingresaron últimos, pero lo de Highton de Nolasco no lo entendía, me llama la atención su cambio de postura» en relación a los crímenes de lesa humanidad, contó a PáginaI12 la diputada por Libres del Sur.

Donda no duda en calificar a la más reciente decisión del máximo tribunal como «el fallo más vergonzoso en la historia del país, más vergonzoso que cualquiera de la Corte menemista» y tampoco en relacionarlo con el contexto político. «No se podría haber dado en otro momento, estamos gobernados por un presidente que niega la cifra de desaparecidos. Aún espero que se exprese en rechazo de la aplicación del 2×1 a genocidas. No alcanza con que lo haga el jefe de Gabinete. Si no lo hace, Macri lo está convalidando y eso es gravísimo», remarcó.

En tanto, Donda destacó el «consenso social de repudio» a que los condenados por delitos de lesa humanidad salgan en libertad, algo que también remarcó Pablo Gaona Miranda, quien recuperó su identidad en 2012. A Pablo lo entregó a sus apropiadores Héctor Girbone, condenado por ese delito de lesa humanidad y a quien el TOF número 5 le rechazó el pedido de cómputo doble de sus días de encierro sin condena. «Se han retrocedido décadas con este fallo, pero de inmediato vimos muestras de que en la calle la gente no lo va a permitir. Esperamos que ahora los jueces se den cuenta», concluyó.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/36232-es-desastroso-para-toda-la-sociedad