Auto-crítica para la praxis revolucionaria en Comunicación Una y otra vez he insistido, como autocrítica primero y en escenarios muy diversos, sobre la necesidad de impulsar y multiplicar las Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora. Unas veces como talleres, otras como laboratorios y unas más como Fundaciones (tal cual la Cátedra Libre o la […]
Auto-crítica para la praxis revolucionaria en Comunicación
Una y otra vez he insistido, como autocrítica primero y en escenarios muy diversos, sobre la necesidad de impulsar y multiplicar las Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora. Unas veces como talleres, otras como laboratorios y unas más como Fundaciones (tal cual la Cátedra Libre o la Fundación John Reed que propuse a Tele Sur alguna vez)… incluso como una iniciativa del ALBA y de UNASUR y como parte de una Cumbre de Presidentes en Comunicación. La necesidad y la autocrítica siguen en pie. La «Guerra Mediática» capitalista que agudiza sus agresiones contra los pueblos no admite eufemismos, no admite reformismos, no admite dilaciones. No hay práctica revolucionara correcta en materia de Comunicación sin teoría revolucionaria correcta.
Nuestras Escuelas de Cuadros deben combatir la educación burguesa en materia de Comunicación, reino de sectas o mafias de intelectuales mansos que contrata «talentos», a cualquier costo, para perfeccionar sus vicios más viejos y profundizar las atrocidades más insospechadas. Lo nuevo sólo está en el socialismo. Nuestras Escuelas de Cuadros deben, específicamente, ser motores para el ascenso de medios y modos de comunicación emancipadores, atados sustancialmente al espíritu revolucionario nuestros pueblos. Y es urgente la tarea de formación científica transformadora con especialistas dispuestos al combate creador en oposición a la formación de profesionales alienados y amansados por el modelo hegemónico de producción de sentido. Estamos plagados de contradicciones en nuestros hacer comunicacional, entre otras cosas, porque hemos sido colonizados en el habla, en la producción de imágenes, en los modos de producir los relatos… incluso en los modos de sentir y comprender las tareas revolucionarias hacia el socialismo. Y tales contradicciones que nos pueblan a diario deben ser objeto de estudio, también, y principalmente objeto de combate en lo objetivo y en lo subjetivo. No son pocos los camaradas que, aun con un compromiso de lucha emancipadora, repiten sin percatarse el discurso burgués. Nadie está a salvo de estos peligros. Nuestras Escuelas de Cuadros deben ser motores emancipadores en las calles, en las fábricas, en las escuelas… en las cabezas y en los corazones.
Lo peor que puede pasarle a las Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora es que la realidad les quede invisible o silenciada porque tengan limitaciones políticas, epistemológicas y operativas elementales y ni siquiera lo sepan. Lo peor que puede pasar es que se discuta y actúe sin diagnósticos científicos, sin capacidad de mirar la realidad mundial no desde los intereses de la burocracia ni desde los intereses de la burguesía sino desde los intereses de los pueblos que luchan denodadamente, a estas horas, por liberarse del capitalismo para siempre. Lo peor que puede pasar, es decir lo peor que puede pasarnos, es tener a un grupo de Escuelas de Cuadros discutiendo burocráticamente la comunicación no alineada y que los temas fundamentales del debate mundial se queden sin convertirse en un programa de acción directa. Sería malísimo que los señores profesores y los estudiantes no logren solidarizar, de manera concreta, con las luchas populares en materia de comunicación, con las luchas de los mejores medios comunitarios, con las luchas de los trabajadores de los «medios de comunicación» buergueses, explotados y humillados como todos los trabajadores del mundo.
Sería lamentable que una Escuela de Cuadros en materia de Comunicación sea incapaz de seguir el ejemplo de las mejores luchas mundiales que han sabido llamar por su nombre a la alienación y a las canalladas monopólicas del capitalismo. Sería muy lamentable suavizar el tono con academicismos y con ciencia inofensiva contra las empresas de la farándula burguesa, y sería muy doloroso que se hicieran gestos educativos sólo de «buena voluntad» para coquetear con los monopolios entre teorías de la «buena voluntad» y trampas de «reconciliación» a ultranza. No tenemos tiempo que perder con los resabios de la educación burguesa porque la guerra mediática, su terrorismo mediático, no admiten que tomemos vacaciones.
Padecemos el gran embrollo de las mafias mercantiles trasnacionales que secuestraron las herramientas para la producción de la Comunicación y hay que expropiárselas, padecemos los gobiernos al servicio de los monopolios mass media, padecemos los púlpitos del clientelismo y el consumismo que extorsiona a los pueblos con todo tipo de jugarretas crediticias, bancarias, emocionales e intelectuales. Padecemos los Golpes bajos de sus «especialistas» eficientemente demagógicos.
Muchos de los mejores logros de la Comunicación viven secuestrados bajo el imperio de comerciantes que hacen pasar por «logro moral» su habilidad impune para beneficiarse con lo que es propiedad humana colectiva: la producción del pensar, la producción del saber y la producción del sentir… Maquinarias, medicamentos, tecnología, medios de Comunicación, pinturas, esculturas, lenguajes… una arsenal de conquistas humanas al servicio de un sector o clase que con violencia administrada (Cultura bélica) saquea y destruye las fuerzas productivas a diestra y siniestra. La Alienación no repara en gastos. Hay un ejército de «Guerra Simbólica» adiestrado para controlar y explotar el trabajo de todos incluidos, claro, los creadores culturales, artistas, científicos… la burguesía financia lacayos para que se apropien de la riqueza emocional y el poder productivo de los trabajadores, a cualquier costo, se arman con soldados mercenarios, policías y funcionarios amaestrados para que la clase trabajadora se subordine a los controles burgueses, de manera rentable, para que acepte como «natural» el saqueo y la explotación de las conciencias incluso.
Programas revolucionarios en Comunicación para militantes de la comunicación emancipadora
Necesitamos disponer de la totalidad de los conocimientos más avanzados, incluso filosófico-científicos y todas las técnicas creadas por la Humanidad para mejorar nuestra calidad de vida y elevar la conciencia sobre nuestras fuerzas: cambiar el curso de la historia. Sin propiedad privada, sin «derechos de autor» mezquinos y usureros. Sin patrones. Hay que abrir críticamente los libros de las burocracias cientificistas, de las mafias academicistas en «Comunicación», de los monasterios de la inteligencia alienante para revelar, a todas luces, cuánto mienten y cuánto engañan…. qué dinero poseen, qué mañas desarrollaron, cómo engañan, cómo dañan… Sueldos, premios, prebendas y canonjías… Abrir los libros, exhibir cuanto hay y cuánto hay, porqué y para qué, abrir los libros del dinero y los libros de los académicos para superarlos de inmediato y combatirlos con teoría emancipadora nueva, socialista y concreta. Vivimos una Guerra Mediática con Terrorismo Mediático.
Impulsemos Escuelas de Cuadros en Comunicación Emancipadora con sus medios y modos en desarrollo dialéctico para destrabarnos de cualquier ancla capitalista… Escuelas de Cuadros militantes liberadas de sus barrotes academicistas con la certeza de abrir horizontes y revelar territorios, expandir el deseo de contribuir a liberar al mundo concienzudamente. Es hora para que germine el socialismo en todas las Escuelas de Cuadros emancipadoras donde se libre una lucha real contra la Alienación. No hay tiempo que perder, trabajemos por la transformación de la sociedad y además la transformación de la teoría y de la practica… que son indisolubles, no para hacer triunfar intereses individuales sino para cambiar la vida, las estructuras sociales y la realidad para que sean los obreros y los campesinos organizados, bajo un programa en el que no estará ausente una táctica y estrategia de la Comunicación socialista y científica no adelante, no arriba de los trabajadores, sino al lado, codo a codo, como trabajadores también. No se aceptan «gurues».
Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora con programas de trabajo contra las tácticas del miedo, contra las alucinaciones de la angustia, contra el silencio de los pueblos. Contra la muerte y contra las epidemias reformistas. Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora para no vivir aterrados por la pérdida del trabajo, para no vivir angustiados porque el dinero no nos alcanza porque los patrones nos saquean y disfrutan de nuestro sueldo y gracias a sus canalladas. Para que no vivan impunes, riendo en las fiestas familiares con sus nenes en las rodillas o en las universidades más caras gracias al trabajo que nos hurtan. Para que se rompan los candados del cerebro y se libere un huracán de fortaleza y entusiasmo inteligente. Para que resuene otra Comunicación de pueblos liberados y dueños de sí y de su futuro. Para que esta vez nuestra voz de trabajadores traiga su Comunicación nueva, su Comunicación socialista y perfumada de futuro… triunfal y permanente como tempestad dialéctica ardiente en nuestros cráneos. Ahora mismo. Nada de esto es mucho pedir, insistamos siempre. Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora en que la humanidad entera, sea por las razones que sea, se decida a dictar la orden para su liberación definitiva, con sus mejores armas y sus causas justas. Sin distracción y con intervenciones directas, con paciencia y con urgencia, enamorados y esperanzados, en acción y sin desbocarnos.
Hay que ganar la Guerra Simbólica y la Guerra Mediática
La lucha de clases que (también) se libra con valores, con ideas y con signos… en la cabeza y en los corazones, es una disputa (también) de las ideas y de las acciones que se confrontan históricamente por ganar el terreno de los imaginarios simbólicos donde se yerguen los principios, las ideas, los afectos… Es el escenario de la Batalla de las Ideas (que también debemos ganar). Es preciso ganar esta Guerra, la Guerra contra la Alienación, contra todo bloqueo mediático, exógeno y endógeno, para producir los lenguajes nuevos de la Revolución Socialista capaz de aniquilar todo sometimiento de la conciencia, del estómago, del trabajo. Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora capaces de gestar las simientes nuevas de una etapa transicional y práctica del Socialismo científico.
13 tareas (al menos) para cambiarle la suerte a las Escuelas de Cuadros en Comunicación:
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Comprender, y hacer comprender, exhaustivamente la «Guerra de IV Generación», el «Terrorismo Mediático» y las ofensivas mediáticas burguesas de los monopolios trasnacionales y los gobiernos serviles con sus armas de guerra ideológica.
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Reescribir, con nuestros medios de Comunicación, la Historia de nuestras luchas emancipadoras. Impulsar el conocimiento minucioso y creativo de nuestras geografías, nuestras riquezas materiales y espirituales.
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Revolucionar el campo de la investigación científica para la Comunicación y para la des-alienación permanente.
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Combatir los vicios, las calamidades que, con alcoholismo, machismo, depredación de ecosistemas, violencia familiar… y mansedumbre de conciencias aun nos empantanan con costumbres burguesas.
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Aprender a planificar contenidos con base en las luchas (sociales, artísticas, científicas y culturales) vigentes.
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Diseñar tácticas y estrategias narrativas para la revolución. Impulsar una semiótica revolucionaria para el análisis y para la creación.
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Impulsar talleres de creatividad comunicacional forma-contenido. Talleres de escritores, talleres de estrategas comunicacionales, talleres de fotógrafos y camarógrafos para hacer visibles las luchas y los triunfos, talleres de dirección, talleres de dramaturgia, talleres para las nuevas tácticas informativas y para el debate con método socialista… talleres de creatividad y de investigación artística…
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Aprender a narrar la Historia dinámica del socialismo. Impulsar nueva Filosofía Política en Materia de Responsabilidad Social en Comunicación.
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Talleres para la democratización de los lenguajes nuevos, las herramientas y las agendas de trabajo, democratización de las ideas y de los imaginarios transformadores… democratización de la creatividad y del futuro.
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Afirmar una didáctica y una pedagogía científica y socialista de transición y para el combate que no se dejará estereotipar, que no se dejará atrapar en las marañas de la solemnidad vulgar, que peleará contra los discursos del saber burocratizado, que deje pensar y construir la vida digna y se refresque en la dignidad y en fuerza transformadora de la humanidad.
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Escuelas de Cuadros capaces de filosofar la Comunicación clarificante contra lo que amarga a la vida. Escuelas para remontar la moral, la ética o la estética burguesa, de la Alienación y el capitalismo.
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Escuelas de Cuadros no para contemplar la realidad sino para transformar al mundo…. cambiar la vida.
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Auspiciar una revolución científica en materia de comunicación que impulse la investigación, la experimentación y la producción bibliográfica en clave revolucionaria y socialista. Hacia una biblioteca socialista de la Comunicación Revolucionaria que ayude a conocer los métodos de combate semiótico y cómo han luchado los pueblos también con los medios. Que deje ver la lucha de clases y la comunicación en su desarrollo histórico.
Una y otra vez he insistido, y seguiré haciéndolo primero como autocrítica, porque las urgencias de esta hora lo demandan en un escenario en el que tenemos fuerzas magníficas y debilidades preocupantes. Seguiré insistiendo, hombro a hombro con las muchas iniciativas que se fermentan en todas partes, sobre la necesidad de impulsar Escuelas de Cuadros para la Comunicación Emancipadora. Necesitamos unir programas en todo el continente, darnos espacios y herramientas, ideas y apoyos, unidad y acción directa para afirmar una fuerza internacionalista. Necesitamos talleres, laboratorios y organización científica poderosa y nueva como iniciativa del ALBA y de UNASUR y como parte de una Cumbre de Presidentes en Comunicación. La necesidad sigue en pie y se agudiza a cada hora. Nadie mejor que los trabajadores revolucionarios para resolver tal necesidad con una praxis efectiva sin engaños ni ilusiones. Nada como hacerlo organizadamente, mundialmente. Hay que insistir. ¿Comenzamos?
Por una Corriente Internacional de la Comunicación hacia el Socialismo.
Por una Cumbre permanente de Presidentes en Materia de Comunicación Emancipadora.
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