El gobierno de Venezuela debería agradecer la torpeza del supuestamente magníficó Wall Street Journal (WSJ). Dispara por la culata uno de los autodenominados medios de comunicación más influyentes. El diario de los negocios ha intentado convertir en noticia de repercusión internacional los murmullos procedentes de los servicios secretos de Estados Unidos. Los periódicos, las radios […]
El gobierno de Venezuela debería agradecer la torpeza del supuestamente magníficó Wall Street Journal (WSJ). Dispara por la culata uno de los autodenominados medios de comunicación más influyentes.
El diario de los negocios ha intentado convertir en noticia de repercusión internacional los murmullos procedentes de los servicios secretos de Estados Unidos. Los periódicos, las radios y las televisiones de todo el mundo que han reproducido lo publicado por el WSJ anuncian que los tribunales estadounidenses están a punto de procesar por complicidad con el narcotráfico a funcionarios y militares del gobierno venezolano. Pero no es eso lo que cuenta el periódico utilizado como campana para convocar al desprestigio de la democracia de Venezuela. No es lo mismo el ruido envenenado que depositan sobre la superficie de la denuncia que la información detallada en la profundidad de la crónica.
El gobierno de Venezuela debería recomendar la lectura atenta y reposada de lo publicado por el WSJ. Lo siguiente es lo que en esa crónica se reconoce.
Que toda la información utilizada por el WSJ procede de funcionarios del gobierno de Estados Unidos y de sus servicios secretos. A lo largo del texto se reconoce ¡quince veces! que las versiones utilizadas son municiones facilitadas por los responsables de organizar y aplicar la política estadounidense contra el gobierno de Venezuela. Es poco creíble una información que sólo se basa en filtraciones interesadas.
Que en Estados Unidos intentan desde hace diez años fabricar procesamientos por narcotráfico contra el gobierno venezolano sin haberlo conseguido por no contar con pruebas incuestionables.
Y que la operación en marcha consiste en provocar deserciones de funcionarios y militares para convertirlos en testigos a cambio de compensaciones que incluyen la residencia en Estados Unidos. «Los servicios secretos estadounidenses -reconoce el WSJ– han acelerado en los últimos dos años el reclutamiento de desertores que ofrezcan información útil». Agentes de esos servicios explican al WSJ que «exiliados venezolanos ayudan a contactar con funcionarios gubernamentales para proponerles que se conviertan en desertores y se refugien en Estados Unidos».
En resumen, la torpeza de la denuncia del WSJ, reproducida en todo el mundo por los medios de comunicación más influyentes, convierte los deseos en realidades. Lo que se pretende es fabricar procesamientos por narcotráfico con pruebas amañadas y testigos de conveniencia. Lo que han conseguido es sólo reconocer sus intenciones.
José Manuel Martín Medem, Comisión Ejecutiva del Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM).
Fuente original: http://blogs.publico.es/otrasmiradas/5005/has-leido-lo-del-wall-street-journal-sobre-eeuu-y-venezuela/