La verdad, uno siente vergüenza ajena al ver y escuchar los programas de debate o tertulia de las cadenas de la derecha extrema, que son mayoritarias en los medios de comunicación del Estado español. Pero entre todas ellas destaca una en especial, que sigo desde su nacimiento, Intereconomia, la cual me permite cada noche, que […]
La verdad, uno siente vergüenza ajena al ver y escuchar los programas de debate o tertulia de las cadenas de la derecha extrema, que son mayoritarias en los medios de comunicación del Estado español.
Pero entre todas ellas destaca una en especial, que sigo desde su nacimiento, Intereconomia, la cual me permite cada noche, que tengo ganas y energía, volver a aquellos años de mi adolescencia cuartelera, de organización juvenil española y de escuelas autoritarias en las que me críe. Sólo hecho en falta que cada programa empiece con el consabido ¡Arriba España! … A vencer porque España empieza a amanecer! Y finalice con el Cara al sol, el brazo derecho erguido y la camisa azul.
Por lo demás nada nuevo, bueno sí, encuentro a faltar algún nacional católico con sotana (sin sotana más de uno hay), echando sermones y bendiciones, pero lo pasaría mal entre gentes que se autodenominan católicas y no tiene ni un ápice de caridad cristiana, como quedó demostrado en los insultos barriobajeros de Eduardo García Serrano, a la Consellera de Sanidad de la Generalitat Marina Geli. Qué diferencia entre estos católicos de interés con los que fuimos cristianos de base o por el socialismo en aquellos primeros años de la mal llamada transición.
De todas formas, tengo que reconocer que me río con ellos, pero a la vez no puedo dejar de pensar en los espectadores que envían sus comentarios telefónicos al programa y que son todavía más reaccionarios que los de los propios tertulianos, como ocurre en el programa «El gato al agua«. Comentarios llenos de los típicos tópicos de la España negra, reaccionaria y autoritaria donde los culpables de todos los males, aparte de Zapatero y el PSOE, son los trabajadores, los catalanes y vascos, los homosexuales, los inmigrantes, las mujeres que abortan, las feministas radicales, etc. Una locura señores, sin freno y que deja a las posturas de Te Party de USA como moderadas.
Pues bien, cuando consigo olvidarme de las personas que son víctimas de esta fórmula televisiva y radiofónica, que no sólo practica Intereconomía, sino también: Veo 7 (Pedro J. Ramírez de El Mundo), Popular TV, EsRadioTV (Federico Jimenez Losantos de Libertad Digital) y casi todas las emisoras de ámbito estatal, no puedo más que pensar que este país es el de la Inquisición y una maldita locura. Donde cada mañana y cada noche compiten a ver quien consigue elevar al máximo el nivel de crispación social (y de esta manera las audiencias y los ingresos por publicidad), no quiero ni pensar qué ocurrirá cuando el partido de la derecha nacionalista española, el PP, partido al que acusan de ser moderado en muchas de ellas, llegue al poder en el 2012. Me veo y nos veo en la hoguera. Si no lo remediamos serán malos tiempos para los que defendemos la democracia. Así se lo decía hace unos meses al buen diputado republicano Joan Tardà y a otras personas del ámbito político de la izquierda catalana, pero también a amigos de todo el Estado que creen que estas gentes son la avanzadilla de los que se van a cargar la libertad y, en especial, la libertad de expresión en el Estado español.
Pero podemos observar, al menos en Catalunya, que se está produciendo un efecto colateral no deseado por los que dirigen esta, a mi juicio, línea informativa revisionista, neofranquista y reaccionaria tan extemporánea, que no es otra cosa que: la conversión de personas absolutamente neutrales en la cuestión nacional al catalanismo, y del catalanismo al independentismo más claro y rotundo. Por eso no tengo más que felicitar a estos medios que tanto están haciendo por recuperar las ideas de izquierdas e independentistas en Catalunya.
Sus imágenes, retocadas, se han popularizado en la televisión catalana (TV3), gracias a programas como el APM?, donde los espectadores ven a esos trasnochados comentaristas como representantes de un modelo de la España que nadie quiere, ya no solo los nacionalistas o independentistas catalanes, sino tampoco los que se sienten españoles y son demócratas y/o de izquierdas. En definitiva, una vez más en Catalunya nos reímos con y de Intereconomía y los demás trasnochados reaccionarios y agradecemos su incansable y efectiva labor en el fomento de la catalanofobia, pues esto nos garantiza un antídoto contra su veneno violento e inhumano. No solo nos divierten sus comentarios repetidos en todos nuestros programas de humor, sino que, además, quizás gracias a ellos consigamos la libertad por la vía de la expulsión de España, ya que según dicen en estas emisoras les salimos caros y además somos gentes sibilinas que no damos la cara y que siempre estamos dispuestos a traicionar al país que nos da cobijo y protección.
De todas formas, dejando a un lado la broma, lo que me duele, y nos duele muchos, es la banalización que algunos de sus espectadores hacen de la dictadura criminal del general Franco y de términos como fascismo o nazismo, pues da la impresión que olvidan los millones de muertos que costaron las aventuras hitleriana, la fascista y la franquista. Olvidar el sufrimiento humano no es digno de ninguna persona civilizada.
Nunca verán en estas páginas de Kaosenlared.net, Rebelión o similares que colaboradores o lectores se burlen de los muertos, sean de la ideología que sean, ni que se apoye el asesinato de nadie (aunque nos acusen de ello), nosotros sólo queremos recuperar la dignidad de los republicanos y antifranquistas que ustedes vilipendian y humillan desde sus tribunas y desde su prepotencia económica. En este país las masas de muertos las hemos puesto siempre los mismos: los trabajadores de izquierdas y republicanos, no lo olviden, y sólo por el hecho de querer un mundo mejor para todos y de forma democrática. Nosotros somos gentes de paz.
Ustedes saben perfectamente que miles de españoles fueron fusilados por el franquismo sin que hasta hoy haya sido reparado aquel daño ni nadie haya pedido perdón por su asesinato, y sin que, en muchos casos, sus familias haya conseguido recuperar aún sus restos mortales. Miles de ejecutados y exiliados por el único delito de ser de izquierdas o no sentirse españoles. No se les ocurre preguntarse por qué, después de más de dos siglos, seguimos defendiendo nuestra voluntad de ser nación y por qué su genocidio cultural ha fracasado.
En este Estado español hay gentes con mucha paciencia y una voluntad de hierro y sepan que a pesar de sus arengas cuarteleras y sus improperios no van a conseguir doblegarnos, la razón está de nuestro lado, la razón democrática, que ustedes no nos dejan ejercer, pero lo más importante también está nuestra voluntad y con esa ni han podido, ni podrán.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
rCR