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Entrevista a Iroel Sánchez Espinosa, miembro de la Unión de Periodistas de Cuba, director de la enciclopedia colaborativa EcuRed y autor del blog La pupila insomne

Iroel Sánchez: «Nuestros medios de comunicación no expresan todavía toda la pluralidad que hay en Cuba

Fuentes: Tercera Información

Iroel Sánchez Espinosa es miembro de la Unión de Periodistas de Cuba, director de la enciclopedia colaborativa EcuRed y autor del blog La pupila insomne. Ha publicado el libro Sospechas y disidencias, una selección de artículos de su blog con los que critica duramente la cobertura que los grandes medios de comunicación realizan sobre la […]

Iroel Sánchez Espinosa es miembro de la Unión de Periodistas de Cuba, director de la enciclopedia colaborativa EcuRed y autor del blog La pupila insomne. Ha publicado el libro Sospechas y disidencias, una selección de artículos de su blog con los que critica duramente la cobertura que los grandes medios de comunicación realizan sobre la isla. No le impide esto, sin embargo, reconocer las disfunciones que existen en los medios de información cubanos, los cuales, a su juicio, «no están acordes con el nivel cultural y educativo que ha alcanzado la población».

Usted participó recientemente en el II Taller Internacional de Redes Sociales y Medios Alternativos, en La Habana ¿En qué consiste este tipo de encuentros? ¿Cuáles son sus objetivos?

Este taller se realizó el mes de febrero y en él participaron varios analistas y protagonistas de las redes sociales aquí en España y también de Latinoamérica. Lo que se hizo fue un análisis de la utilización de las redes sociales en Internet y de estos nuevos espacios de la comunicación para la difusión de las ideas que están excluidas dentro de los medios de comunicación hegemónicos. Se habló de articular alianzas, de intercambiar experiencias, hubo una cobertura en tiempo real de todas las personas que estaban participando allí, estuvieron también muchos blogueros cubanos. Fue, digamos, un espacio de análisis y articulación de un contrapeso a la comunicación hegemónica.

En 2011, se realizó una primera edición de este taller ¿En qué se ha avanzado?

Yo creo que se avanzó en rigor, ganamos en el rigor de las presentaciones, ganó en la calidad de la participación extranjera. Por ejemplo, participó Pascual Serrano, que es un referente de la comunicación en España y América Latina. Se habló del uso de la web en el Sur, se vieron experiencias interesantes de otros espacios que no son los más conocidos, se habló de Venezuela y el papel de las redes sociales en la lucha política, hubo compañeros de Argentina, de África también.

¿Quién convoca estos talleres?

Los convoca la Cancillería cubana, pero, a su vez, han tenido una importante participación de blogs hechos en Cuba por estudiantes, intelectuales, comunicadores, así como la participación de experiencias ya asentadas. Recuerdo que estuvieron medios como Tercera Información y Rebelión.

¿Cuáles fueron las principales conclusiones que se sacaron?

Hay una declaración donde se llama a articular las fuerzas populares, la contribución a la lucha de los cinco presos poíticos en EE UU, la necesidad de luchar por la democratización de la gobernanza en Internet, de ocupar los espacios ya existentes de redes sociales y medios y construir otras plataformas.

¿Cree que es realmente viable intentar construir un contrapeso a la hegemonía comunicativa a través de blogs, redes sociales y proyectos como éstos?

Yo creo que esto ayuda en parte, pero con ello no se resuelve todo, ya que para tener un medio de comunicación hace falta tecnología, anunciantes y dinero, y sabemos en manos de quién está eso. Los medios de comunicación y las redes sociales son una expresión de la hegemonía existente ya en la realidad. Eso no se puede ignorar. Pero las redes sociales también son un lugar donde hay más de dos mil millones de internautas. Hay que llegar a esa audiencia sin sobreestimar su valor, porque lo importante es lo que ocurre en la realidad. Te pongo el caso de Telesur, un medio hecho por gobiernos latinoamericanos donde las fuerzas populares han llegado al poder y han emprendido transformaciones en beneficio de las mayorias; ahora bien, esos medio también tienen que estar en Internet. Mira lo que pasó con la foto falsa del presidente Chávez, la mentira duró un minuto en las redes sociales porque Telesur lo había desmentido antes. Hay que construir alternativas desde el poder al que han llegado las fuerzas populares y, a la vez, articular esas alternativas con espacios en las redes sociales.

Se habla de las redes sociales como un elemento democratizador de la información, pero usted ha dicho antes que no son sino una extensión de la realidad, de la sociedad existente ¿Es usted algo escéptico en esta concepción tan optimista de las redes sociales?

Escéptico, no. Pero cuando tú coges el posicionamiento de los principales medios en el año 2010, por ejemplo, verás que en la lista no aparece ninguno latinoamericano. En 2012 ves los mejores posicionados en Facebook y la lista es prácticamente la misma; sigue sin haber un medio latinoamericano, por no hablar de uno africano, o por no hablarte de un medio de izquierdas. Eso no existe. Aparecen medios como el New York Times, El Mundo, El País. Se trata de hegemonías que son reproducidas en las redes sociales. Ahora, eso no quiere decir que sea escéptico, pero creo que hay que trabajar para revertir esa hegemonía sin desconocer esa realidad.

O sea, que lo que hay que hacer es no sobreestimar el papel de las redes sociales

Exactamente, ni atribuirles cosas que tienen que resolver las relaciones entre los seres humanos. Tienes, por ejemplo, el caso de Chávez, un líder revolucionario que consiguió ser el dirigente de habla española más seguido en la red social Twitter, pero es su liderazgo revolucionario real lo que se está expresando en la red. O tienes también el caso de los estudiantes chilenos, con la figura de Camila Vallejo, que tiene un gran seguimiento en Twitter, pero que detrás de su perfil hay una organización estudiantil, hay manifestaciones reales que se convocan, hay asambleas estudiantiles, hay una lucha por un objetivo establecido; o sea, no es luchar en Twitter, es luchar en la calle y utilizar Twitter para comunicar eso que estás haciendo en la calle. No es una lucha virtual, la lucha tiene que ser real, y el uso de esas herramientas tiene que ser la expresión de esa lucha real.

¿Qué papel han jugado las redes sociales en las llamadas revueltas árabes; por ejemplo, en Siria o Libia? ¿Han supuesto un elemento democratizador, ha habido, por el contrario, una involución? ¿Qué ha ocurrido?

Hay quien dice que eso fue una revolución o un proceso de cambio, pero tú ves que, hasta hoy, la correlación de fuerzas -quien tiene el poder, quien controla la economía- no se ha modificado, y que una revolución tendría que haber cambiado eso, lo cual no quiere decir que no hubiera un protagonismo de las fuerzas sociales, pero no por estas herramientas digitales; estas herramientas fueron utilizadas para difundir cosas que no se contaban en los medios, pero no para organizar revueltas. Hay quien habla incluso de cierto ciberfetichismo y magnificación, una especie de evangelismo digital que consiste en atribuir a Interntet virtudes que tienen las relaciones reales entre las personas. Lo que importa es la sociedad. Si en Egipto, con un 21% de acceso a Interntet por parte de la población, ocurrió esto, no es por ese 21%, es porque existían sindicatos, organizaciones comunitarias, relaciones culturales, porque había una situación en que la sociedad había estado tejiendo no redes virtuales, sino redes reales entre los individuos que permitieron una movilización popular que derrocó a una dictadura.

Usted ha publicado recientemente el libro Sospechas y disidencias ¿Qué se puede encontrar en él?

Es una selección muy pequeña de los articulos de mi blog, La pupila insomne, concentrados en cinco temas: el análisis de los medios de comunicación y, en particular, de su cobertura sobre Cuba; la participación política de los intelectuales; el doble rasero sobre el terrorismo en los medios de comunicación; la información omitida, por ejemplo, de algunas de las informaciones reveladas por Wikileaks sobre las alianzas de Estados Unidos en función de sus objetivos en política exterior; y el uso de Internet y las tecnologías de la información en la comunicación y la lucha ideológica. El libro, además, tiene prólogo de Pascual Serrano, fue presentado a finales de diciembre en La Habana, en la Feria Internacional del Libro y, esta mañana, en la Casa de América, aquí, en Madrid.

¿Cuál es la situación de Internet y los medios digitales en cuba?

Bueno, tú sabes que, en Cuba, Estados Unidos se ha ocupado de limitar los recursos financieros y el acceso a las tecnologías para que el país no pueda disponer de Internet para su desarrollo. De hecho, también en muchas empresas norteamericanas como Google limitan el acceso desde Cuba a esos espacios de esas empresas. Es decir, que Google Earth, Google Talk, etcétera, no son accesibles desde Cuba. En esas condiciones, nuestro país ha optado por un acceso social a Internet que privilegia el acceso a las universidades, a los centros de investigación o a los centros de salud. Cuba estaba rodeada por un tejido de cables de fibra óptica y Estados Unidos nos negó el acceso, cuando el cable pasaba a sólo15 kilómetros de nuestra costa costa. Cuba ha tenido que hacer una inversión conjunta con Venezuela y, ahora, la última información que hay sobre ese nuevo cable es que estaba siendo sometido a prueba, no sólo para Internet, sino también para tráfico telefónico. Se está poniendo el servicio. No obstante, se decía que también hay que hacer inversiones en infraestructuras en el interior del país, que requieren de financiamiento y que progresivamente eso irá mejorando.

¿Qué posibilidades de acceso a Internet tiene un ciudadano cualquiera?

Hay centros comunitarios y acceso en los hoteles, espacios que se van a ir ampliando a medida que estas inversiones se vayan poniendo en funcionamiento. Desde las universidades y los centros comunitarios se hacen muchos proyectos. Yo he trabajado en uno que se llama EcuRed, que es una enciclopedia colaborativa, de sofware libre, que se impulsa con una óptica descolonizadora. Es el sitio web más visitado en Cuba, con más de 100.000 artículos y más de 12.000 colaboradores, la mayoría, cubanos que acceden a Internet.

La famosa bloguera opositora, Yoani Sánchez, parece que sí goza de un mayor acceso a Internet dentro de la isla

Estados Unidos, por un lado, limita los recursos para acceder a Internet, mientras que, por otro, da servicios de Internet a la carta a las personas que se benefician de los 20 millones de dólares que asigna el Congreso norteamericano cada año para lo que ellos llaman la «política de cambio de régimen en Cuba». Esas personas tienen acceso a Internet de banda ancha, que no está disponible para la mayoría de los cubanos, o también, me imagino, con equipamiento de acceso satelital directo o desde las embajadas de Estados Unidos y algunos países europeos. Esto es muy cínico; por un lado, está la campaña de que Cuba prohíbe el acceso a Internet, no le permites el desarrollo, le quitas los recursos para hacerlo y, por el otro, tú le creas un Internet a la carta a la gente que trabaja para ti.

Normalmente se reprocha a Cuba -especialmente, desde estos sectores- una gran falta de libertad de prensa y de información ¿Qué hay de cierto en esto?

¿Qué cosa es la libertad de prensa si no es la libertad de empresa? ¿Qué hace falta para tener un medio de comunicación? Anunciantes, dinero. Generalmente, ¿quién tiene esos recursos? ¿Los sindicatos, las organizaciones estudiantiles que están luchando por una educación gratuita, pública y de calidad? ¿Alguno de ellos tiene un medio de comunicación? Lo que hay son intereses que pertenecen a una élite financiera y económica que ha desarrollado este paradigma que hace una equivalencia entre libertad de expresión, libertad de prensa y libertad de empresa. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, hablaba de la diferencia entre opinión pública y opinión publicada. Estos medios se atribuyen la expresión de la opinión pública, cuando lo que en realidad hacen es transmitir la expresión de un pequeño porcentaje de la sociedad que tiene el control de los recursos financieros y que, por supuesto, está detrás de esos medios de comunicación. En Cuba, no es así, lo cual no quiere decir que nuestros medios de comunicación sean perfectos; los cubanos somos muy críticos con ellos, es difícil que tú te encuentres un revolucionario cubano que esté feliz con el comportamiento de nuestros medios, no porque suceda este tipo de cosas, sino porque nuestros medios de comunicación todavía no expresan toda la pluralidad de nuestra sociedad, no están acordes con el nivel de formación, cultural y educativo que ha alcanzado nuestra población y, desde luego, la percepción que hay es que tienen que reflejar los distintos puntos de vista de la población, deben ser más cercanos y críticos con nuestra realidad. No lo digo yo, lo ha dicho el presidente cubano, se discutió en la Conferencia del Partido Comunista que se realizó el año pasado. Pero nuestro modelo no puede ser ese que identifica la libertad de prensa con la libertad de empresa.

¿Se ha avanzado en esa democratización de los medios?

Se ha avanzado, pero falta. Te mentiría si te dijera que estamos satisfechos por lo alcanzado. Como te digo, es difícil que te encuentres un revolucionario feliz con la prensa que tenemos. Este año hay un congreso de la Unión de Periodistas de Cuba para discutir esos problemas y si tú miras en esos sitios de blogueros que no paga Estados Unidos, así como en otros sitios cubanos en la red, te encontrarás personas muy revolucionarias que tienen muchas críticas sobre este aspecto.

Ya, pero es difícil explorar esos blogs en tanto que el acceso a Internet está limitado por las condiciones del bloqueo de Estados Unidos

No, pero esos blog son una mayoría posicionada bajo el .cu y están disponibles para la inmensa mayoría de los cubanos e igual puedes ver en revistas académicas. En la revista Temas, por ejemplo, que realiza debates abiertos. Hay publicaciones muy críticas sobre eso, y si vas a la facultades de Comunicación -a mí me han invitado a paneles-, te encontrarás gente que, desde dentro de la revolución -como está la mayoría de los cubanos- tiene percepciones muy críticas sobre todos esos temas. A los cubanos no les gusta que les edulcoren su realidad y son muy inconformes con eso, pero tampoco les gusta que les secuestren su expresión como lo hacen los grandes medios de comunicación, que cogen en una esquina al Gobierno cubano y, en la otra, a esta oposición pagada por Estados Unidos, mientras que todo lo que esté en medio de esa diversidad no existe. Lo interesante es que esa diversidad que es excluida por los grandes medios de comunicación sí tenga su expresión en la prensa cubana.

¿Y cómo puede materializarse esa mayor pluralidad informativa: con una mayor diversidad dentro de los medios que ya existen, con la creación de medios comunitarios promovidos por los movimientos sociales o con qué otro tipo de medidas?

Se están discutiendo muchas ideas. Yo soy miembro de esa Unión de Periodistas, pero a mí no me gustaría discutir eso con un medio de comunicación no cubano, porque es un problema que tenemos que resolver nosotros, con un diálogo muy crítico entre las personas que participan de esos medios de comunicación y nuestro pueblo. En julio, en el Congreso de la Unión de Periodistas, estos temas van a ser abordados muy críticamente y se irán esbozando soluciones.

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article51477