Traducción Susana Merino
La famosa agencia de fotoperiodismo está haciendo circular una multitud reunida en la plaza Manezhnaya de Moscú, con 19º bajo cero. La imagen se difunde en los diarios y en Facebook, pero el editor fotográfico de la revista «The Atlantic» se da cuenta de que se trata de una foto de 1991 que en realidad ya había sido modificada en aquella época. Pero la historia del periodismo está constelada con este tipo de «trucos».
Hace pocos meses los partidarios y los opositores de Putin, desafieran juntos la nieve concurriendo a la plaza. Para los anti-Putin que denuncian trampas electorales ha sido la tercera gran manifestación desde las elecciones de diciembre. Entre las fotos de las manifestaciones ha producido un alto impacto la circulada por Associated Press con la multitud reunida en la plaza Manezhnaya a pesar de los 19º bajo cero. La foto fue retransmitida por varias redes sociales desde Facebook hasta Tumbir además de todos los diarios rusos. Pero la foto no es del 2012 y la gente no está protestando contra Putin. La foto es de 1991, otra época.
La leyenda original de la fotografía informa lo siguiente: «Centenares de miles de manifestantes reunidos en la plaza Manesh, cercana al Kremlin, piden el 10 de marzo de 1991, que el presidente soviético Mikhail Gorbachov y sus compañeros comunistas cedan el poder. La multitud, estimada en unas 500 mil personas, ha sido la mayor manifestación anticomunista anti gubernamental desde que los comunistas accedieron al poder hace 73 años y se produjo una semana antes del referendo sobre el tratado de unión nacional de Gorbachov (AP Goto, Dominique Mollard).
La equivocación tiene otra faceta porque la foto también fue manipulada, en su momento, en algunas partes, en la parte inferior la multitud ha sido duplicada, se dio cuenta el editor fotográfico de la revista The Atlantic, Alan Taylor, que al cumplirse veinte años de la caída de la URSS le dedicó, en diciembre, una serie de fotografías en las que aparecen Boris Yeltsin, hablando al público desde un tanque, la estatua del fundador de la KGB, Dzerzhinky derribada, varios tanques en la plaza Roja, las imágenes del golpe de estado. La observación procedió sin embargo de Italia de la traductora usamericana Donna Meiss que pidió la opinión a su amigo Ken Oye, profesor del MIT, quién a su vez envió la foto a la revista.
El significado de la manifestación no está sin embargo mellado por el retoque pero haciéndolo se puede dudar de la cantidad de participantes. Otro truco incorporado a la foto es el aumento de la profundidad de la plaza que aumenta sus dimensiones. Eso se nota en una segunda foto, de dos meses antes, tomada desde el mismo lugar de la plaza existente en la galería de Alan Taylor. Cuando el editor de la Atlantic contactó a Associated Press para pedirle explicaciones, la respuesta por el retoque de la fotografía fue técnica «para reducir el efecto óptico del flash» que produce el contraluz. Pero AP ha sin embargo censurado la modificación. Para Taylor es la primera vez que le sucede durante sus cuatro años de labor en la web. «Una alteración que ha pasado ignorada durante veinte años y que gracias al fantástico efecto del crecimiento de internet ha salido a la luz».
La exigencia de realismo a toda costa puede convertirse en una auténtica mentira a través del retoque fotográfico. Falsos explícitos hay muchísimos en la historia de la fotografía y también las pequeñas correcciones tienen su tradición. En 2006 Reuters cometió un error similar pero mucho más peligroso: Publicó una foto retocada de Beirut durante un bombardeo israelí. A las imágenes originales con los edificios en llamas se les agregó más humo. Los blogueros se dieron cuenta de la extraña simetría de las nubes de humo y Reuters debió retirar la foto, pidiendo disculpas y sustituyéndola. Aunque negando haber intervenido deliberadamente pero admitiendo solamente que había buscado darle mayor nitidez a la toma, el fotógrafo free lance libanés Adnan Hajj fue despedido. Los bombardeos no eran poco creíbles sino el sistema de control de Reuters. Aunque un objeto pueda molestar en una foto, su sustitución solo en apariencia puede parecer insignificante. En la Universidad de Ohio, la policía disparó el 4 de mayo de 1970 contra estudiantes que manifestaban contra Vietnam. Jerry Miller muere, su amiga Mary An Vecchio se arrodilla junto a él, mientras a su alrededor estalla el pánico. John Flo un joven estudiante de fotografía toma la escena. La foto pasa desde un cotidiano local a Associated Press y termina en el Nueva York Times. Desaparece un palo del cerco que la nuca de la muchacha tapaba en parte. Solo en 1995, en el aniversario de los cuatro muchachos muertos, la foto íntegramente publicada descubre la presencia del cerco. No hubo ningún dolo en el retoque de la fotografía pero aquel cerco mostraba la realidad de las limitaciones que la Universidad imponía al acceso de los estudiantes al espacio público, para impedirles organizar manifestaciones.
El hiperrealismo le jugó feo al Time cuando en 1994 mostró en la foto de tapa la cara de O.J.Simpson, que estaba siendo procesado por el homicidio de la mujer, mostrando artificialmente más negro el rostro del campeón. También el Newsweek había puesto el mismo rostro de Simpson en la tapa, de modo que la diferencia era evidente. El director Gaines debió pedir excusas.
En Italia el Giornale ha usado la técnica ilustrativa del Combo aunque no siempre eficazmente. A fines de 2008 tomó una foto de la misma Associated Press de un edificio destruido por los bombardeos en la Franja de Gaza y cambió las proporciones, ampliándole las dimensiones, agregándole un helicóptero de guerra y la estela de un misil que salía del edificio. Pocos días después el mismo tratamiento fue aplicado a la foto de un soldado israelí tumbado en tierra: mientras detrás aparecía un tanque sobre su cabeza y un helicóptero lanzaba un misil. Un efecto de realidad virtual explicaron en el diario admitiendo el voluntario error del autor «para darle más vida a las imágenes» pero no por mala intención. Todos casos que por amor a la verdad mucho asado puede comprometer más que la ausencia de humo alrededor.
Fuente original: http://www.linkiesta.it/ap-