Hace diez años un grave accidente de coche retiraba de circulación a Pepe Rei, un periodista de investigación poco cómodo -más bien nada- para el poder. Excompañeros y amigos han creado ahora una asociación sin ánimo de lucro que busca hacer rebrotar su espíritu combativo en estos oscuros tiempos tomando «como referencia el periodismo de […]
Hace diez años un grave accidente de coche retiraba de circulación a Pepe Rei, un periodista de investigación poco cómodo -más bien nada- para el poder. Excompañeros y amigos han creado ahora una asociación sin ánimo de lucro que busca hacer rebrotar su espíritu combativo en estos oscuros tiempos tomando «como referencia el periodismo de investigación y denuncia social, instrumentos esenciales para este periodista gallego y constituidos en métodos más efectivos para un labor informativa auténtica y útil frente a los abusos de los poderes establecidos», como ha apuntado el secretario de la asociación, el criminólogo canario Guillermo Martorell.
Con el objetivo de promover el periodismo de investigación y denuncia social, se desarrollarán una serie de iniciativas que arrancan con la edición de un libro que recopilará artículos de investigación y pensamiento crítico, a la vez que se crearán los que serán los premios Pepe Rei de investigación.
De momento, se ha hecho un llamamiento cara a captar socios (en [email protected]), a la vez que se han puesto en marcha una página web (www.pepereielkartea.org) y direcciones en twitter (@pepereielkartea) y Facebook (pepereielkartea).
«Si Pepe hubiera tenido Twitter hace diez años, el Estado hubiera caído», ha bromeado este mediodía el periodista catalán y diputado de la CUP-Alternativa d’Esquerres David Fernàndez en la presentación de la asociación cultural Pepe Rei.
Es cierto que, en solo una década, la comunicación y, con ella, el periodismo han sufrido cambios vertiginosos gracias a las redes sociales, pero la base, la raíz de un buen trabajo periodístico de investigación sigue siendo la misma de siempre: rigor, integridad, honestidad… y no tener miedo de las consecuencias.
Pepe Rei no tenía Twitter, ni tampoco internet, pero con otros medios desarrolló un combativo periodismo de investigación y de denuncia social que se vio truncado en agosto de 2002 en la variante de Donostia y que le dejó muy afectado y postrado en una silla de ruedas.
El periodista gallego, que tantos escándalos destapó desde las páginas de ‘Egin’ y las revistas Ardibeltza y Kale gorria -a excepción de ‘La voz de Euskadi’, de la que fue impulsor, el resto de los medios en los que trabajó fueron cerrados por orden judicial-, fue detenido cuatro veces, encarcelado tres, pero nunca condenado, como han recordado hoy.
Suyos son también libros como ‘La cloaca vasca’, ‘El jesuita’, ‘Garzón, la otra cara’ o ‘La red Galindo’, muchos de ellos récord de ventas en el panorama editorial del momento, lo que no evitó que fuera uno de los periodistas más satanizados del Estado español.