Un nuevo informe de la agencia internacional Oxfam, emitido el 10 de febrero de 2011, indicó que miles de millones de dólares en ayuda internacional que pudieron transformar las vidas de mucha gente en algunos de los países más pobres del mundo, fueron gastados en proyectos insostenibles, costosos y peligrosos, porque los gobiernos de países […]
Un nuevo informe de la agencia internacional Oxfam, emitido el 10 de febrero de 2011, indicó que miles de millones de dólares en ayuda internacional que pudieron transformar las vidas de mucha gente en algunos de los países más pobres del mundo, fueron gastados en proyectos insostenibles, costosos y peligrosos, porque los gobiernos de países ricos que dispensan fondos utilizan su ayuda internacional para apoyar su propia política exterior y alcanzar objetivos militares y de seguridad a corto plazo. Esta historia periodística, rescatada del informe «Oxfam, firmado por Mike Lewis, expone cómo se usa la ayuda con propósitos políticos y militares» y fue catalogada como la noticia más ocultada N° 19 por el Proyecto Censurado de California.
A menudo, este tipo de ayuda pasa por alto a la gente más pobre y distorsiona peligrosamente la delgada línea entre actividad civil y militar. El informe mostró también que los flujos de ayuda aumentaron entre 2001 y 2008 mientras se cumplían compromisos internacionales de los países donantes ricos, pero más del 40% del aumento de la ayuda fue concentrado en apenas dos naciones, Afganistán e Iraq, y el resto fue compartido por otros 150 países pobres.
El informe mostró que en el último año fueron muertos, heridos o secuestrados 225 trabajadores civiles de ayuda internacional en ataques violentos, casi tres veces más que los 85 victimados en 2002. La politización y militarización de la ayuda se concentra en algunos lugares álgidos del planeta donde los pobres necesitan más ayuda de las agencias, como ocurre en Somalia, donde Estados Unidos llegó a ser la mayor fuente de ayuda humanitaria a las poblaciones más desesperadas de ese país, que el gobierno de Clinton invadió en 1993 y tras repetidos fracasos militares fue abandonado a su suerte por las potencias occidentales. Washington cortó la ayuda dispensada de 2008 a 2010 después que puso en la lista negra de «terroristas» a algunos grupos armados que controlan la mayor parte del territorio centro-sur de Somalia y terminó con el financiamiento de ayuda alegando no tener garantías de que los beneficiarios terminaran siendo los grupos proscritos, mientras en otros países alienta organizaciones armadas que sirven a sus intereses geopolíticos.
Desde 2001 crece la tendencia a utilizar la ayuda para ganar «corazones y mentes» en países con conflictos, pero la ayuda se concibe mal, resulta ineficaz, y en algunos casos voltea a los beneficiarios y convierte en blanco de ataques a los trabajadores internacionales de la ayuda. «Estamos presenciando una tendencia preocupante, donde algunos gobiernos dispensadores de ayuda la utilizan para anotarse puntos políticos rápidos, en vez de abordar el gran tema de cómo enfrentar la pobreza», dijo el autor del informe, Mike Lewis. «La ayuda eficaz ahorra vidas, reduce la pobreza, construye salud y sistemas educativos y consolida las economías de los países más pobres. La ayuda direccionada a lo político y a objetivos militares a corto plazo no puede alcanzar a la gente más pobre y tampoco puede construir seguridad a largo plazo en estados frágiles y, en última instancia, tampoco para los donantes».
En Afganistán, Estados Unidos y otras naciones imperiales OTAN gastaron miles de millones de dólares en «proyectos de impacto rápido», pero costosos e insostenibles, ideados para ganar apoyo político local, mientras muchos afganos percibieron que los convertían en blancos apuntados particularmente por los Talibanes. El entrenamiento OTAN para las tropas afganas continúa animando la recompensa con ayuda humanitaria a quienes entreguen información sobre el «enemigo», a pesar de que la OTAN dijo oficialmente haber renunciado a tales prácticas en 2004, que por lo demás están «prohibidas» por las «reglas» de la ocupación.
El informe de Oxfam observó que algunos países donantes también ofrecen cada vez más a menudo asistencia militarizada para responder a emergencias causadas por catástrofes naturales importantes. La organización reconoció que los militares saben desempeñar un papel crucial en los días siguientes a una crisis humanitaria tipo terremoto, particularmente en la organización del transporte y la creación de un ambiente seguro, pero hizo notar que las agencias de ayuda humanitaria están mejor habilitadas para proporcionar directamente comida, asistencia médica y sustento a las víctimas de tales desastres. Las evaluaciones de la respuesta humanitaria en las grandes crisis ocurridas desde la ruandesa de refugiados de 1994 hasta el tsunami de 2005 en el Océano Índico revelan que los militares llegan a encarecer hasta ocho veces más la entrega de servicios básicos, en comparación con las alternativas civiles.
Fuentes:
– «Oxfam Exposes How Aid Is Used For Political And Military Purposes,» Mike Lewis, Oxfam International, 3/10/11. http://www.oxfam.org/en/
– Proyecto Censurado: http://www.
– Student Researcher: Nzinga Dotson-Newman, Sonoma State University
– Faculty Evaluator: Peter Phillips, Sonoma State University
Ernesto Carmona es periodista y escritor chileno.