Soplan aires de cambio en la British Broadcasting Corporation (BBC), el sueño del ingeniero escocés John Reith, quien en los años 20 quiso crear una radio «libre de interferencia política». El comienzo de la televisión digital, en 2007, y la presión comercial se ciernen sobre una corporación formada hoy en día por 24.000 trabajadores. Esta […]
Soplan aires de cambio en la British Broadcasting Corporation (BBC), el sueño del ingeniero escocés John Reith, quien en los años 20 quiso crear una radio «libre de interferencia política». El comienzo de la televisión digital, en 2007, y la presión comercial se ciernen sobre una corporación formada hoy en día por 24.000 trabajadores.
Esta semana, el Gobierno laborista de Tony Blair ha hecho público el llamado documento verde sobre el futuro de La Vieja Tía (The Old Auntie), como es apodada esta institución basada en el Strand londinense. El escrito, hecho público esta semana por la ministra de Cultura, Tessa Jowell, era especialmente esperado tras los vaivenes sufridos por esta institución audiovisual británica con motivo de la Guerra de Irak.
El año pasado, el presidente y el director general de la BBC tuvieron que dimitir como consecuencia del informe Hutton, la comisión de investigación que tan duramente criticó a la corporación por respaldar al periodista que emitió una información incorrecta sobre las armas de destrucción masiva.
Así, para asegurar una mayor independencia, el Consejo de Gobernadores, formado ahora por 12 personas, será dividido en dos. Por un lado habrá una fundación (trust) que vele por la integridad de la corporación, y por otro un consejo ejecutivo que se ocupe del día a día de la gestión.
Más novedades
Otra novedad es que, por primera vez, se va a modificar la misión de la BBC, definida por Reith como «informar, educar y entretener».Ahora, se tratará de «apoyar a la ciudadanía y la sociedad civil, promocionar la educación, estimular la creatividad y la excelencia cultural y representar a todas las culturas y naciones del Reino Unido».
En cuanto a la programación, el documento verde estima que la BBC no debe de «perseguir las audiencias» por el mero hecho de las audiencias, y que ha de abstenerse de «copiar» los programas de las otras cadenas comerciales para subir los índices. Algunos de los programas más comerciales irán desapareciendo, pero los más populares, como el tradicional Eastenders, se mantendrán.
No obstante, el documento verde mantiene la forma de financiación pública a través del canon hasta 2016. Durante los próximos 10 años, los británicos tendrán que seguir pagando 121 libras (unos 181 euros) al año para mantener a la televisión pública. Esta cantidad le proporciona a la corporación 2,8 billones de libras (más de cuatro mil millones de euros) al año.
En 2012 se llevará a cabo una nueva revisión para decidir si el canon ha de mantenerse a partir de 2016. La ministra también advirtió de que en el futuro, si continúan los índices de piratería audiovisual, el canon podría tener que ser reemplazado por un impuesto a los ordenadores. De momento, y a sus 83 años, la Vieja Tía sigue gozando de buena salud.
Mientras, la BBC sigue siendo el espejo en el que se miran las radiotelevisiones públicas cuando soplan vientos de reforma, como ocurre ahora en España y otros países europeos.