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Amuy Goodman (Democracy Now) en Madrid (Ladinamo)

«La construcción de medios alternativos e independientes es el arma más poderosa con la que contamos. Es una cuestión de vida o muerte»

Fuentes: Rebelión

Amy Goodman, es la presentadora y productora ejecutiva del programa de radio y televisión Democracy Now (www.democracynow.org), el único programa diario, nacional y verdaderamente independiente que se hace en EE UU. Durante años se ha enfrentado a quienes mueven los hilos del poder en Washington. Su objetivo es «ir donde está el silencio, para dar […]

Amy Goodman, es la presentadora y productora ejecutiva del programa de radio y televisión Democracy Now (www.democracynow.org), el único programa diario, nacional y verdaderamente independiente que se hace en EE UU. Durante años se ha enfrentado a quienes mueven los hilos del poder en Washington. Su objetivo es «ir donde está el silencio, para dar voz a la mayoría silenciada». Un infatigable trabajo por descubrir la verdad y sacar a la luz las mentiras, la corrupción y los crímenes políticos que los medios de comunicación silencian una y otra vez.

Amy se encuentra en España presentando su libro En la cama con el enemigo: contra los políticos untados de petróleo, los empresarios que se benefician de las guerras y los medios de comunicación que los encubren (Temas de Hoy, 2004) y estuvo en Ladinamo el 22 de noviembre para hablar sobre el papel de los medios independientes en tiempos de guerra y de los entresijos de la maquinaria desinformadora de los mass-media estadounidenses.

En la cama con el enemigo aborda la estrecha relación que existe entre el poder y los medios de comunicación en su país: desde la complicidad mediática ante la invasión de Iraq, hasta el silencio de los medios ante atrocidades llevadas a cabo con el beneplácito y las armas de EEUU, como el genocidio de Indonesia en Timor Oriental.

El programa de Radio Pacífica se puso en marcha en 1970 por un objetor de conciencia de la II Guerra Mundial que al salir de la cárcel dijo «los medios de comunicación regentados por multinacionales enriquecidas con el dinero de las guerras no tienen nada que decir a nuestro hijos y mucho que venderles». Cuando empezó a emitirse contaba con muy pocos oyentes y en Texas la antena fue volada varias veces por el KKK.

Actualmente, Radio Pacífica es la única red de medios independientes en EEUU, un espacio donde se pueden escuchar ideas diferentes a las lanzadas por los grandes medios controlados por el poder. Se retransmite por todo el país, está financiado por los oyentes , y cuenta, además, con un canal de Televisión.

Antes de la ponencia de Amy, en Ladinamo, se proyectó parte de un documental, Medios independientes en tiempos de guerra. «En EEUU», nos explica Amy, «no se han puesto las imágenes de la guerra de Irak, imágenes como las que acabaron con la guerra de Vietnam. Si los americanos viesen durante una semana bebés muertos, mujeres con las piernas destrozadas por las bombas de racimo, e incluso a los soldados reventados, se lanzarían a las calles diciendo NO A LA GUERRA».

«Hace poco», continúa explicando, «a alguien le preguntaron: ¿cuál es la diferencia entre los medios de comunicación EEUU y All-jazzira? Y contesto: los medios en EEUU nos muestran cómo despegan los misiles y All-jazzira donde caen.»

Durante su viaje a Nigeria en 1998, Amy tenía por objetivo principal cubrir lo que hacían las multinacionales petroleras en el delta del Níger. La compañía Chevron mandó militares para que acabasen con las protestas de un pueblo que se quejaba del derramamiento de petróleo. El objetivo era «matar y largarse», y a sí lo hicieron, al tiempo que muchos otros fueron detenidos y torturados. Ya en EEUU, Amy acudió a una junta directiva de la compañía Chevron. Le cedieron el puesto unas hermanas de las Ursulinas, puesto que solo podían hablar los inversores. Ella les preguntó sobre las matanzas de trabajadores nigerianos. «Eso es ridículo», contestó el presidente, «siguiente pregunta, por favor».

Pero realmente, nos explica Amy, lo que es ridículo es que los medios de comunicación que estaban allí no se interesaran por investigar el tema. «Nadie dio cobertura a la declaración del presidente de una compañía, que dijo que no iban a dejar de matar a nigerianos. Imaginemos, por un momento, que la Chevron hiciera que la policía matara a sus trabajadores fuera de sus oficinas. Es imprescindible romper esa alianza entre los medios y el poder. En EEUU han caído lo más bajo posible. Durante la guerra del golfo en el 91 la compañía Westinghouse era propietaria de la CBS y la General Electric de la NBC. Ambas compañías son dos de las más importantes fabricantes de armas nucleares en todo el mundo, que hicieron prácticamente todas las partes del armamento utilizado en la guerra del Golfo, por lo que, podríamos decir que sus programas televisivos eran programas de ventas de armas. Esas cadenas están utilizando las ondas públicas para vender sus armas».

«En EEUU la derecha ha construido una maquinaria mediática muy poderosa y es algo de lo que tenemos que tomar nota, no solamente de la Fox, es también lo que se llama el efecto Fox, que se ha divulgado y propagado ya a todos los medios y, sencillamente consiste en retransmitir las opiniones de una pequeña y muy poderosa elite. La administración Bush se dedica a demonizar a poblaciones enteras: afroamericanos, cuidanos procedentes del sudeste asiático, musulmanes… y nuestros medios se limitan a amplificar esos puntos de vista. Tienen expertos en todas las cadenas que saben muy poco de un montón de cosas, pero todas las noches se dedican a explicar al mundo y a los norteamericanos lo que tienen que pensar. Nos dicen cómo debemos entendernos entre nosotros, cómo debemos entender a los demás y hasta cómo nos entendéis vosotros a los norteamericanos. Esto está filtrado por una lente y es muy peligroso. La única opción son los medios alternativos, construir los medios independientes, romper esa barrera de sonido. Los medios son como una especie de mesa de cocina, grandísima, que da la vuelta al mundo. En torno a ella hablamos de los temas más importantes que nos conciernen, un lugar donde el campo debe estar igualado, donde la gente poderosa se pueda sentar al lado de la gente que aún no hemos podido oír hablar. Nuestro trabajo consiste en construir esa mesa, los periodistas debemos ir donde está el silencio, para debatir problemas como la vida, la paz, la guerra y la muerte y cualquier cosa que sea menos que eso es hacerle un flaco favor a una sociedad democrática».

«Es importante escuchar a la gente desde sus propias experiencias. Cuando esto ocurre, se rompen los estereotipos y las caricaturas que alimentan el odio. Las torturas de la cárcel de Abu Ghraib empezaron ya antes en EEUU y parte de la culpa la tienen los medios de comunicación. Los medios funcionan con esas pequeñas citas de 8 a 9 segundos como tiempo medio, es decir, que lo único que da tiempo a decir es ‘Sadam es como Hitler’, y entonces ya estás listo para que te entrevisten los más grandes, pero si dices, ‘el gobierno de Bush es culpable de crímenes de guerra’ te toman por un loco y tienes que explicar lo que es un crimen de guerra, la convención de Ginebra, los Principios de Nuremberg…, pero, claro, no te da tiempo. Y, encima, te dicen: ‘no, no tenemos un problema político contigo, sencillamente, es que no te sabes expresar bien’. Es necesario escuchar a estas poblaciones demonizadas: por qué creen en lo que creen, cómo son sus comunidades, por qué pueden estar en desacuerdo, etc. Pero en los medios no tienen tiempo, en ocho segundos no se puede decir nada. Solo se puede escuchar la demonización. Son tratados como subhumanos».

Amy habló también de las recientes elecciones. «No es cierto que la gran mayoría de los norteamericanos apoyen la política de Bush. Para empezar no se sabe si ha ganado. En el 2000 fue seleccionado por el Tribunal Supremo. Esta vez dicen que ha sido elegido, pero no hay ninguna manera de confirmarlo. En EEUU cada vez hay más máquinas electrónicas para votar, hechas por multinacionales privadas, que no revelan sus códigos, porque dicen que es propiedad intelectual y no existe una verificación, un recibo que justifique que has votado. El año pasado uno de los propietarios de estas máquinas prometió que entregaría los votos a Bush. En Venezuela acaban de celebrarse elecciones y también utilizaron máquinas para la votación hechas en Florida; pero sí dieron un recibo como justificante. En nuestro país, que dicen que Hugo Chávez no es democrático, no existe tal verificación, y a pesar de que en el Congreso se intentó aprobar una ley exigiendo ese recibo, no se consiguió. Es increíble que en un sistema como éste, que te dan recibo con todo, en un cajero, en una máquina tragaperras, etc, no te lo den en algo tan importante como es una votación. Las compañías dicen que es muy fácil diseñar las máquinas para que den recibos, pero la administración Bush se niega. En un colegio electoral de Ohio había 600 votantes y 4000 votos para Bush. En otro del mismo estado, en el preciso momento del recuento al final del día, expulsaron a la prensa y a los observadores porque el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI declararon que en ese colegio existía la máxima alerta terrorista, la alerta diez. Cuando se acabó el recuento, volvieron a abrir las puertas y el DSN y el FBI negaron tal alerta máxima. ¿Qué quiere decir todo esto? Pues que Bush no cuenta con el apoyo total de la mayoría de la población norteamericana».

«EEUU representa la espada y el escudo en el mundo. La espada, porque EEUU suministra armas a todos los países con conflictos. Y el escudo porque cualquier cosa que hagamos los ciudadanos de EEUU puede tener un gran efecto en el mundo. No sólo en EEUU, sino en cualquier país del mundo. Por esta razón tenemos que tomarnos muy en serio la importancia que tienen los medios alternativos y construir unos medios independientes del poder. Es un cuestión de vida o muerte y el arma más poderosa con la que contamos en estos momentos, el arma de la información».