El relevo de Castro es un tema al que no podía estar ajeno el periódico español ABC. Además, al haberlo abordado el propio presidente cubano en una de sus intervenciones, tenía el diario la excusa perfecta. Para analizarlo recurre el domingo 22 de abril a un formato de reportaje en el que recoge comentarios y […]
El relevo de Castro es un tema al que no podía estar ajeno el periódico español ABC. Además, al haberlo abordado el propio presidente cubano en una de sus intervenciones, tenía el diario la excusa perfecta. Para analizarlo recurre el domingo 22 de abril a un formato de reportaje en el que recoge comentarios y testimonios de numerosas personas. Analizar qué dice el redactor, de qué premisas parte y qué personas elige para sus conclusiones es un buen ejercicio para entender el periodismo y los principios, valores y modelo que propugna para Cuba este diario.
Bajo el título Sin Castro, el cambio imparable, llama la atención que apenas se abusa del término «dictador», tan recurrido siempre que se cita al presidente cubano, si bien en las primeras líneas se deja caer por primera vez, no se vuelve a repetir. Probablemente porque el objetivo es presentar un trabajo distante e imparcial.
Sin embargo, la redactora desliza alguna valoración aparentemente inconsciente. Como la afirmación de que «Sólo los más positivos creen que los cambios serán rápidos y pacíficos». ¿Por qué es positivo pretender cambios rápidos?
Señala el reportaje que «la mayoría de los consultados por ABC apuestan por transformaciones graduales, tal vez traumáticas…». Quizás porque, a excepción del escritor Leonardo Padura, no recogen testimonio de nadie que no sea opositor a la revolución cubana.
El protagonismo después de Castro es uno de las constantes en el texto. Declara Adolfo Franco, el administrador para América Latina y el Caribe de USAID, un organismo del gobierno Bush para financiar organizaciones afines en todo el mundo, que «La transición la realizarán los propios cubanos y no va a estar dirigida por Washington, ni por Miami». Algo difícil de creer puesto que su institución llevaba aprobados en enero del año 2004, 26 millones de dólares en donaciones a 28 organizaciones no gubernamentales (ONG) para lo que ellos denominan transición en Cuba.
El analista del Real Instituto español ElCano, de reconocida línea de derechas, afirma que la transición dependerá de los siguiente actores: «El Gobierno, sobre todo el Ejército, que tiene un papel clave, la Iglesia, el exilio de Miami, Estados Unidos y España». Se le olvidaron los cubanos a este promotor de la democracia para Cuba.
Un diplomático español que se mantiene el anonimato habla del escenario de una «dictablanda» con «acuerdos de seguridad con EEUU». ¿Pero no buscaba la transición a la democracia el vecino del Norte? Quizás el objetivo sólo era el segundo, los «acuerdos de seguridad con EEUU».
Por eso la periodista termina reconociendo que sin Fidel Castro «la influencia de Madrid y Washington será decisiva» y que «aunque la mayoría destaca los lazos históricos entre Cuba y España, cree que al final el referente será EE.UU.». El respeto que se destina a los cubanos, queda en evidencia en el comentario del diputado del PP, Jorge Moragas. Afirma que la clave es «preparar a la oposición y al pueblo con tiempo», así como que la influencia española «depende de lo que hagamos ahora».
Desde Miami, el presidente del Grupo de Estudios de Cuba, Carlos Saladrigas, lo tiene muy claro. Reconoce que «por razones históricas, geográficas, políticas y económicas, EE.UU. jugará un papel influyente» y ese interés de Washington crecerá si, como subrayan varios analistas, se llega a descubrir petróleo en la isla, añade la periodista.
Por si había dudas de quiénes están esperando un cambio en la Isla y con qué objetivos, la periodista lo dice de forma elocuente: «A la espera de un futuro prometedor, numerosas empresas españolas se encuentran en «una buena posición de salida»».
Y es que si repasamos las voces recogidas en el reportaje comprobamos el modelo de pluralidad y protagonismo del pueblo cubano que propugnan para la Isla en el ABC:
Leonardo Padura. Escritor residente en Cuba que no mantiene una posición hostil contra la revolución.
Adolfo Franco. Cubanoamericano. Alto cargo del gobierno Bush como administrador para América Latina y el Caribe de la USAID.
Carlos Alberto Montaner. Escritor cubanoamericano, militante anticastrista.
Carlos Malamud. Español. Investigador del Instituto español ElCano.
Oswaldo Payá. Cubano, activista contra el gobierno desde el interior del país.
Ileana de la Guardia. Anticastrista de origen cubano residente en París
Vladimiro Roca. Cubano, activista contra el gobierno desde el interior del país.
Raúl Rivero. Anticastrista residente en España.
Elizardo Sánchez. Cubano, activista contra el gobierno desde el interior del país.
Manuel Uña. Español. Vicario de los dominicos en Cuba.
Iñigo Moré. Español. Director de la consultora Mercados Emergentes, y relacionado también con el Instituto Real Elcano.
Jesús Gracia. Embajador español en La Habana durante el gobierno Aznar, entre 2001 y 2004.
Trinidad Jiménez. Responsable de Relaciones Internacionales del PSOE.
Jorge Moragas. Responsable de Relaciones Internacionales del PP.
Carlos Saladrigas. Cubanoamericano. Presidente del Grupo de Estudios de Cuba en Miami.
En conclusión, de las quince personas consultadas, sólo una no es anticastrista. La búsqueda de la posición del gobierno cubano se limitó al envío de tres preguntas al embajador cubano en Madrid. La respuesta de la embajada fue el envío de las respuestas que a esas mismas preguntas dio el presidente Fidel Castro al periodista Ignacio Ramonet, sin embargo en el reportaje se reprodujeron poca más de dos líneas. Pero es que tampoco se aprecia en la información publicada la opinión de ningún cubano de la calle. De los quince entrevistados, seis son españoles, pero ninguno es miembro del más de un centenar de organizaciones de solidaridad con Cuba que existen en España, ni de ningún periodista ni intelectual que hay mostrado simpatía con la revolución cubana. Sólo cuatro de los quince comentarios corresponden a cubanos que residen en Cuba, tres de ellos opositores. Residentes en Estados Unidos son tres, todos también anticastristas.
Sin duda, un reparto ideal de los ministerios de Cuba en el modelo de transición del diario ABC.