Bolivia vive un proceso político de profundas reformas estructurales, las mismas que se basan fundamentalmente en la concreción de derechos fundamentales individuales y colectivos, donde los sectores indígenas aparecen por vez primera como valor equiparado a las demás colectividades sociales. Este hecho superestructural ha generado «pánico» en las castas anacrónicas y privilegiadas las mismas que […]
Bolivia vive un proceso político de profundas reformas estructurales, las mismas que se basan fundamentalmente en la concreción de derechos fundamentales individuales y colectivos, donde los sectores indígenas aparecen por vez primera como valor equiparado a las demás colectividades sociales. Este hecho superestructural ha generado «pánico» en las castas anacrónicas y privilegiadas las mismas que durante la colonia y la república gozaron de preeminencia económica y social, merced a la subyugación de bastos sectores indígenas y a una oprobiosa división social y racial del trabajo, donde lo blanquecino y lo oscuro en la piel define aún el status social y las posibilidades de movilidad social[1].
El otro aspecto central del contenido de las reformas refiere al problema político medular de la tenencia de la tierra, fenómeno que confronta al país desde su existencia, las castas anacrónicas afincaron su poder desde siempre en la propiedad de la tierra la misma que fue sistemáticamente usurpada y acaparada a costa de pueblos indígenas, los cuales se vieron segregados por políticas expoliadoras de la tierra[2].
La medula del conflicto gobierno – castas oligárquicas
El proceso constituyente definió la posibilidad de dirimir la máxima extensión de propiedad de la tierra entre 5.000 y 10.000 hras. El referéndum por tanto ponía en juego la pervivencia de una casta social cuya existencia expresa los resabios de modos de producción precapitalistas basados en el latifundio, en los que la servidumbre y el esclavismo descansan sobre todo en los brazos indígenas[3]. De posibilidad dirimitoria la cuestión ahora pasa a ser una realidad concreta. Luego de la derrota terrateniente y latifundista la Función Económica Social (F.E.S.[4]) pasa a rango constitucional y pende como la espada de Damocles sobre la cabeza de los «señores» latifundistas. Ahora, para la tenencia de grandes extensiones de tierra es necesario producirla en términos de relaciones sociales de trabajo capitalistas químicamente puras, pues el trabajo esclavo y servidumbral está proscrito por el texto constitucional.
Este hecho político adquiere importancia histórica porque en democracia y con la constitución vigente se empuja a la casta latifundista a convertirse en «burguesía moderna», la cual se aferra ciegamente a vivir en el pasado precapitalista[5].
Este curioso entrecruzamiento de estadios históricos se combina con posturas liberales y neoliberales o mejor dicho los argumentos latifundistas hallan su justificación existencial en plena «modernidad capitalista», cuando afirman que «Desde hace más de 50 años, el Estado de Bolivia insiste en controlar la función social de la propiedad agraria como una acción aparentemente necesaria para lograr la redistribución de la riqueza, mientras que en otros países eso no ocurre y se han logrado mejores resultados (…) Alejandro Almaraz y Carlos Romero son actualmente los abanderados del funcionalismo agrario boliviano, que crea inseguridad jurídica en el área rural – mediante el incesante control de la función de la tierra – e impide el flujo de capitales y tecnología hacia los agricultores, elementos imprescindibles para producir más y mejor»[6]. Los azuzadores latifundistas que aparecen en los medios curiosamente son letrados «politólogos» y «genios analistas», la paradoja de esta versión fusionada de ideólogos modernos defendiendo el pasado, solo tiene su explicación en la economía política boliviana, es decir en la coexistencia del precapitalismo y el capitalismo en todas sus formas.
Cuando hablamos de latifundio implícitamente entendemos a una forma de tenencia de la tierra precapitalista, donde la servidumbre y el esclavismo con todas sus variantes aparecen anacrónicas ante el desarrollo de las fuerzas productivas, esto quiere decir, que en el latifundio por su esencia niega la incorporación de capitales y tecnología que reclama el Sr. Camacho Negrete y que su proscripción es un hecho que reclama la propia «modernidad capitalista».
Lo que se bate en la lucha política actual boliviana tiene gran parte de su fuente en la desesperación de las elites latifundistas, que buscan pervivir a la aplicación de la Constitución Política del Estado que constitucionalizó la Función Económica Social, esta defensa cerrada y sin cuartel del latifundio, como toda la maraña política tuvo un episodio electoral cuyo contenido revela la estrategia comunicacional conservadora que a su interior expone una serie de acciones tácticas. Pero cual es el objetivo final de los sectores conservadores? Para ello es necesario plantear sus acciones comunicaciones, porque muy bien dicen que el pez muere por la boca.
El objetivo estratégico comunicacional conservador.
Los medios de comunicación oligárquicos, tienen como objetivo estratégico desbaratar la aplicación de la constitución, para ello atacan los contenidos del mismo, deforman sus contenidos mínimos, antes de que se conozcan o sean socializados plenamente. Buscan que no se propaguen y adquieran cuerpo entre la opinión pública.
En esta su estrategia los sectores conservadores reconocen que su acción es una guerra, que adquiere por ahora contornos mediáticos contra el gobierno, este tipo diferente de guerra implica la batalla comunicacional e ideológica, que pretende vencer lo que para ellos es una amenaza: la «Revolución Democrática y Cultural»[7]. En ese su objetivo crean un ambiente nacional y regional inhóspito para las acciones del gobierno, no es casual que antes del referendum revocatorio y el intento golpista de septiembre y octubre del 2008, el presidente de la república haya sido obstaculizado muchas veces en sus visitas sobre todo a regiones del oriente.
Los grupos conservadores a través de sus medios, están empeñados en deformar la realidad y para ello empeñan todos sus mecanismos y capacidad posibles, cuyas diversas técnicas de la propaganda adquirieren insospechadas acciones. Esta operación mediática es timoneada por medios televisivos, orales y escritos, que están alineados a los grupos de poder o lo que se denomina la oligarquía latifundista, esta casta es accionista de la mayoría de los medios de comunicación, actúa como una verdadera corporación oligopolica[8].
Una radiografía meticulosa de la estrategia de comunicación de los grupos conservadores, supone analizar y diseccionar la esencia de la misma en sus fundamentos que la sostienen.
Los seis fundamentos de la estrategia de comunicación conservadora
Los opositores al nuevo texto constitucional enfocan y accionan su propaganda y contra propaganda, explotan los errores comunicacionales del gobierno, atacan por todos los flancos posibles, no dejan resquicio flojo alguno.
Cuando hablamos de la estrategia de comunicación de la derecha necesariamente nos referimos a un tipo de guerra, a la guerra política, por tanto, esta acción no tiene tregua ni descanso, como en toda guerra no existe moral ni ética, ni prohibiciones; la guerra mediática supone el reino de la mentira y el engaño, no es casual por tanto, que las redes privadas de televisión hayan continuado difundiendo propaganda por el No de manera solapada y abierta durante en el acto plebiscitario del pasado domingo 25 de enero[9]. Por las características de esta clase diferente de guerra la derecha desarrolla su estrategia de manera ardua permanente y prolongada, esta es la condición que guía su acción y los seis fundamentos en la que se sostiene son:
I.- Ventaja logística.- El uso de medios de comunicación masivos le proporciona ventajas tácticas lo que le permite tener éxito relativo, existe asimetría en este aspecto logístico respecto a los medios de comunicación afines al gobierno, sin embargo, sabemos bien, que el problema técnico no es determinante. La derecha actúa paralelamente en el frente económico, social, político cultural, tiene a sus agentes al interior del aparato estatal que fungen de funcionarios de alto y bajo rango.
II.- Movilidad de acciones.- Los medios y fuerzas de oposición hacen modificaciones permanentes para lanzar sus ataques y desarrollan diferentes mecanismos, es decir, cambian de tácticas frecuentemente las mismas que están en constante transformación.
III.- Acciones inmediatas.- Los medios y fuerzas de oposición de manera eficaz y eficiente aprovechan las condiciones a la que se exponen los sectores sociales y el gobierno, explotan los errores políticos y los culpan de las situaciones que provocan dichos errores, generalmente estas acciones de la oposición son justificadas con noticias escandalosas y analistas aparentemente imparciales[10].
IV.- Seguimiento a las acciones del gobierno.- Los medios de comunicación al servicio de la oligarquía seleccionan y dan tratamiento meticuloso a las noticias, propaganda, intervenciones, discursos, entrevistas, opiniones de prensa de los voceros gubernamentales, dirigentes sociales afines al gobierno y cuestiones administrativas de la burocracia para ello cuentan con sus aliados leales en el aparato estatal. De este modo la información es fácilmente filtrada, reciclada, deformada y sesgada de su verdadero contenido; hacen un manejo político de los mensajes.
V.- Ventaja de contexto.- La oposición mediática aprovecha al máximo las condiciones estructurales profundas tales como: la pobreza, la corrupción, el regionalismo, los errores políticos y las fricciones raciales, estas condiciones crean oportunidades que los medios oligárquicos explotan.
VI.- Uso de técnicas adecuadas a su estrategia.- Emplean todas las técnicas de la propaganda y desatan su artillería, elaboran la mentira, la guerra sucia, etc., causan estragos al gobierno ante la opinión pública, para ellos estas técnicas, son formas legítimas de hacer política: el fin justifica los medios.
El contenido de la propaganda política conservadora
En una situación política polarizada como la que pasa de manera excepcional el país, se aprecian dos posiciones claramente definidas, y se perciben en intereses políticos, económicos los cuales son defendidos por corrientes sociales de opinión, adhesión y militancias políticas.
En la pasada contienda electoral, por ejemplo, se enfrentaron electoralmente las posiciones del gobierno que pretendía la aprobación de la Nueva Constitución Política y la de la oposición que la negaba diametralmente.
Ahora bien, para desentrañar el tema es necesario conceptualizar lo que entendemos por «propaganda política»: «Es un auxiliar táctico y estratégico para vincular la ideología con las armas en la conducción de las guerras. – dice Marini -Su objetivo último es crear la cohesión y el entusiasmo en el bando propio, y el desorden, el miedo, el terror, el desazón en las filas del enemigo. La propaganda influye y manipula más de lo que se cree. No sólo reproduce pautas de conducta, valores y visiones del mundo. La propaganda también polariza la mente, moviliza masas engendra y eclosiona resentimientos regionales y sociales.»[11]
Entonces la propaganda política es el mecanismo que articula acción política de los grupos políticos en el caso de Bolivia, es usada por la derecha como arma letal para destruir toda acción programática del gobierno de Evo Morales. Para su propósito genera mecanismos tácticos para imponer el miedo, el terror en la base social del gobierno, la propaganda política de la derecha, por tanto, busca quebrar la solides social y política recurriendo a acciones que le permiten manipular la postura política de los adherentes al proceso de cambio. Los auxiliares tácticos se expresan y desarrollan a través de spots televisivos, radiales, «opinadotes de televisión» que actúan de analistas, «presentadores de noticias» que fungen de «periodistas». Las formas que toma la propaganda política en general adquieren vericuetos, artimañas novedosas y conocidas.
Las técnicas de la propaganda política que la oposición usa en contra del gobierno
Las técnicas suponen la táctica en la acción de guerra mediática de la derecha que implican procedimientos meticulosos las cuales buscan coronar la Estrategia comunicacional conservadora, su acción perniciosa manipula la información en cualquier situación o coyuntura, sus efectos modelan a la opinión pública y modifican las preferencias electorales. La variedad de las mismas aparecen con todas sus calamidades, pues la única víctima de las acciones maquiavélicas es la verdad, que se la presenta de manera velada y deformada: la verdad que hace libres a unos y a otros les descubre flagrantemente en sus verdaderas intenciones.
Es por eso que las élites oligárquicas están interesadas en ocultar y deformar la verdad respecto al texto constitucional vigente, porque para ellas es de vida o muerte proteger sus privilegios.
La cortina de humo que oculta la verdad tiene su implicancia en la guerra sucia que destilan de los medios de comunicación. La crítica ilegitima al Gobierno, Ministro o funcionario, es cotidiana y se usa para ello la publicidad negativa, insidiosa o dañina, las cuales no están basadas en hechos y evidencias documentales. Ahora bien, veremos con mayor nitidez el tema en cuestión.
La propaganda negra
Consiste en achacar acciones deplorables, mentiras, a fin de generalizar desprestigio en la población y duda en los adherentes del gobierno, se vincula con el rumor y el comentario. Es indudable que el rumor y el comentario son armas que se complementan con la desinformación, la propaganda de ataque, la contrapropaganda y la propaganda negra, son las armas que se emplean las Fuerzas de Oposición y sus medios. La población y los adherentes al gobierno no advierten el propósito y la verdadera fuente del mensaje y no saben que alguien está tratando de controlar sus reacciones.
El rumor
Sobre todo en Bolivia dada la pequeñez de las ciudades el rumor es un arma implacable y destructiva se esparce en los centros públicos, donde el cabildeo es el pan del día a saber: mercados, restaurantes, estadios, transporte público, grupos de amistades. Su acción es demoledora porque esta arma de la propaganda política no deja huellas ni tiene fuente, se disemina de manera demoledora sin dar la oportunidad al desmentido peor a la replica.
El rumor se combina hábilmente con la mentira y la deformación de la realidad, así por ejemplo, el tema de la propiedad privada fue puesto en entredicho se contaminó al texto constitucional promulgado, con el argumento de que preveía la confiscación de bienes personales como el hecho de que «el propietario de una casa de tres departamentos tendría que mudarse a uno de ellos y los dos restantes el gobierno tendría que distribuirla entre otras dos familias».
El rumor tendencioso que buscaba alterar las preferencias u orientación política por la aprobación del texto constitucional estaba dirigido sobre todo al voto a quebrar la base social del MAS, que implicaba a la clase media o también a sectores adinerados que labraron bienes e inmuebles con sacrificio denodado. Su efecto fue devastador sobre todo en sectores bajos de la clase media que en otras oportunidades apoyó incondicionalmente electoralmente las mediadas del gobierno.
La orquestación
Va desde la orquestación de la información, se preparan emboscadas, se descarga artillería, a través, de entrevistas a terceros, se endilga incapacidad, se montan llamadas telefónicas, se exponen graffitis en paredes y muros
Las formas de esparcir este tipo de comunicación – a todas luces maléfica y antiética pero altamente eficaz – son variadas, y dependen de los recursos con que se cuente, para ello la capacidad operativa de la derecha descansa en los medios de comunicación a su disposición. Las entrevistas previamente estructuradas demuelen la intervención de los voceros del gobierno, son verdaderas emboscadas.
Las preguntas de los presentadores tienden generalmente a buscar resquicios de equivocaciones o mal interpretaciones, por ende los entrevistados son pillados en su buena fe dan malas respuestas, hecho que favorece a las intenciones deformadoras de la realidad a la que recurren permanentemente los medios oligárquicos.
En la orquestación de la información los medios aparecen como meros informadores de un hecho concreto, sin embargo, lo que se oculta detrás de la información generalmente es que la misma esta manipulada de manera impune, es el caso por ejemplo de los detenidos en porvenir quienes son acusados por la fiscalía de haber participado en la Masacre de Pando, sin embargo, los victimarios aparecen como víctimas.
La orquestación de la información tiene que ver también, con los denominados programas de opinión donde aparentemente los «invitados» analizan la realidad política y vierten opiniones respecto a ella. Lo aparente deja de serlo en el momento en que los «opinadores», se desnudan como «viejos» neoliberales, es el caso concreto del ex Vicepresidente gonista, Víctor Hugo Cárdenas Conde, quien en una oposición franca y abierta al texto constitucional sirvió de «paladín criterioso» para llamar al voto por el NO, por el lado menos racional la derecha usó hábilmente las intervenciones de la Prefecta de Chuquisaca quien ciegamente hizo coro a la oligarquía latifundista, oponiéndose sin argumento alguno a la aprobación de texto constitucional.
Propaganda terrorista
Esta técnica es utilizada, a través, de los presentadores y comentaristas de televisión. Los argumentos que maneja inducen a la audiencia y/o televidentes a pensar en la posibilidad de un desastre económico o político ante una política gubernamental o ministerial. Carlos Valverde es el sumo de la excelencia de este tipo de de propaganda, a través de la Red PAT antes y ahora en Cadena «A», sublima el escándalo y aprovecha al máximo las denuncias de corrupción y las acciones contradictorias del oficialismo.
Los elementos de su arsenal consisten en:
-El uso de temas poco relevantes usados como escándalo.
-Ataques y argumentos emotivos
-Acusaciones falsas
-Acusaciones de manera indirecta o solapada.
-Ataque con uso de símbolos basados en temas patrióticos o morales
-Exageración.
-Palabras o frases con connotación negativa en algunos grupos sociales
-Ataques de terceros
-Distorsión de hechos.
-Rumores falsos sobre el adversario
La contaminación
Consiste en atribuir al gobierno debilidades o hechos poco deseables y propios o de otros grupos o de otras personalidades, a saber: corrupción, nepotismo, vinculación con personajes oscuros.
Durante el proceso electoral y sobre todo la campaña mediática contra el gobierno la contaminación fue empleada como un arma, para mermar el voto en sectores sociales que tienen repulsión ante la corrupción y que ven en el gobierno virtudes anticorruptas.
Para tal objetivo el bombardeo comunicacional de la derecha, encontró su mejor argumento en las denuncias que pesan sobre al ministro Juan Ramón de la Quintana, a quien se le endilgaron de manera tendenciosa vinculaciones con grupos de contrabandistas.
El efecto que perseguía la estrategia de comunicación de los grupos de poder, era achacar al gobierno y al propio presidente Evo Morales de vinculaciones delictivas con contrabandistas, titulares, denuncias poco fundamentadas, además de imágenes tendenciosamente manipuladas mostraban al Ministro de la presidencia y al propio presidente dando «luz verde» al contrabando. Las maquinaciones corruptas y delincuenciales de Santos Rámirez Valverde sirvieron muy bien a los medios para endilgar los hechos al conjunto del gobierno y al proceso de cambio.
El grafitti
El graffiti también se convierte en una de las principales formas en las que se esparce el rumor, ya que una vez que el graffiti se expone en lugares públicos, el aludido poco puede hacer por evitar la propagación. El graffiti por sí mismo – dado su anonimato y por lo tanto, su vileza – se constituye en una manera fácil y usual de esparcir el rumor, generalmente con carácter calumnioso e incontrolable.
Ahora bien, los muros de las calles donde la concurrencia pública se agolpa en grandes proporciones el graffiti, fue una forma de propaganda que la derecha usó buscando socavar a sectores de la clase media que en otrora habían apoyado electoralmente al MAS, «la propiedad privada» y «la fe religiosa» fueron el señuelo por el cual sectores conservadores ligados a los intereses terratenientes orientaron el voto por el NO al texto aprobado el 25 de enero pasado.
FUENTES CONSULTADAS
CALLE, F. Los recursos lingüísticos de la propaganda en la configuración de la comunicación Política electoral, La Paz. UMSA 1999
DOMENACH, Jean Marie. La Propaganda Política. Buenos Aires: EUDEBA 1962
DURANDIN, Guy. La emoción en la propaganda política y la publicidad. Barcelona: Paidos. 1990
GAUTHIER G. y otros. Comunicación y Política. Barcelona. Gedisa ed. 1998.
JAMIESON. B. Propaganda y política. México. Cartago. 1992
MATA, María/ESCARAFRIA, Silvia. Lo que dicen las radios. Quito. ALER. 1993
MIUIRA. Mitsu. Propaganda política: análisis contexto connotacional. La Paz: EDCOM. 1996
SUN Tzu. El Arte de la Guerra. www.gorinkai.com/textos/suntzu.htm – 4k 2009
VON CLAUSEWITZ. Karl. De la guerra. Libro dot.com. 2002
PCE. Los ataques verbales y mediáticos de los opositores a Evo aumentan ante el referéndum ratificatorio de la nueva Constitución de Bolivia http://www.pce.es/leon/Agenda/220109.htm, 2009
Notas:
[1] Bolivia es un país racista por excelsitud porque anida intrínsicamente la cualidad que le define como tal: la división social y racial del trabajo. Es decir, que la distribución social del trabajo esta definida por el origen racial, pues nadie que tenga atisbos blancoides está llamado a cumplir determinados trabajos, no puede ser cargador, ni tampoco lustrabotas. Los trabajos de baja ralea están a merced de sectores sociales indígenas. No hay burguesía que sea aymara, ni quechua. La División Social y racial del Trabajo, Freddy Tarcaya Gallardo, bolivia.indymedia.org 20/06/2008.
[2] Se dictaron muchas «normas legales» que pretendían abolir la comunidad entre ellas: «La Ley de 5 de octubre de 1874, llamada de ‘exvinculación de tierras de comunidad’, persistiendo en los móviles que inspiraron el decreto dictatorial del Libertador, de 8 abril de 1824, y las leyes de 28 de septiembre de 1831, 28 de febrero de 1863 y de julio de 1871, declara el derecho de propiedad absoluto de los indígenas sobre sus respectivas pertenencias, (…). La ley ex-vinculatoria de las tierras (…) se había constituido en el recurso más eficaz para el crecimiento y consolidación de la gran propiedad feudal. URQUIDI, Arturo: Las Comunidades Indígenas en Bolivia 1970 Cochabamba: Los Amigos del Libro. (Urquidi: 65,68) La puesta en vigencia de todas las normativas «liberales» generaron descontento en las poblaciones afectadas por las leyes sobre todo con la Ley de exvinculación, la misma que se convirtió en el instrumento más draconiano, pues las tierras mas productivas del altiplano sobre todo de los valles fueron sistemáticamente apropiadas por la avidez criolla.
[3] Artículo 398 aprobado en el referéndum: «Se prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país. Se entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra; la tierra que no cumpla la función económica social; la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley. En ningún caso la superficie máxima podrá exceder las (5 mil o 10 mil hectáreas)». (CPE)
[4] El Artículo 397. de la constitución en vigencia considera que: El trabajo es la fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agraria. Las propiedades deberán cumplir con (…) la función económica social para salvaguardar su derecho, de acuerdo a la naturaleza de la propiedad. El parágrafo III. Afirma que: La función económica social debe entenderse como el empleo sustentable de la tierra en el desarrollo de actividades productivas, conforme a su capacidad de uso mayor, en beneficio de la sociedad, del interés colectivo y de su propietario. La propiedad empresarial está sujeta a revisión de acuerdo con la ley, para verificar el cumplimiento de la función económica y social.
[5] Todas las acciones de los latifundistas están centradas en oponerse a la Función Económica Social. Pese a los motines violentos de los patrones. «El gobierno Mediante decreto supremo 29802 del 19 de noviembre de 2008, el Poder Ejecutivo instruyó al INRA declarar incumplimiento de F.E.S. en todos los predios agrarios rurales que mantengan sistemas de peonazgo, trabajo forzoso, cautiverio, servidumbre o formas análogas contrarias al beneficio e interés colectivo». Viceministerio de Tierras Unidad de Promoción Indígena y Campesina El CONALDE observa que la nueva CPE «restringe» derechos individuales al lucro y a la propiedad privada de la tierra La Paz, 1 de octubre de 2008 Boletín N. 73
[6] Roque Armando Camacho Negrete, Tierras: función o calidad, El Deber martes 10 de febrero de 2009: A26
[7] La revolución democrática cultural refiere a un proceso sistemático de reformas que «modifican» el contexto de relaciones sociales y de producción, que halla su fundamental basamento en la Constitución Política del Estado aprobada recientemente, es la refundación del país en la que se incluye al conjunto de los bolivianos con igualdad de derechos, genera condiciones para el control estatal de los recursos naturales y la tierra, es en si misma la negación del colonialismo interno y el neoliberalismo, es decir, es el proceso de desmontaje del viejo Estado republicano.
[8] El Grupo Líder es un oligopolio comunicacional de las familias Rivero y Daher. Los Rivero poseen acciones en la televisión PAT (Periodistas Asociados de Televisión), canal televisivo de propiedad la familia Daher y de la aerolínea Aerosur,) Además el oligopolio contiene a La Prensa de La Paz, El Alteño de El Alto, Los Tiempos de Cochabamba, El Nuevo Sur de Tarija, El Correo de Sucre y El Norte de Montero y El Potosí de Potosí.
Otro grupo multimedia es el español PRISA, cuyos puntales son el periódico La Razón la red televisiva ATB, anteriormente fue regentado por la familia Garafulic, la Red Bolivisión, pertenece al mexicano-estadounidense Ángel González a Ernesto la red fue comprada a «Tito» Asbún, a quien se le acusa de la quiebra del Lloyd Aereo Boliviano (LAB), hoy esta prófugo. Unitel, propiedad del clan Montesinos, al mando de Osvaldo Monasterios, al familia posee grandes latifundistas que suman alrededor de 40.000 hectáreas en Santa Cruz. La Red Uno, propiedad de Ivo Kuljis, quien estuvo vinculado al gonismo y a Manfred Reyes Villa.
[9] Las redes televisivas ATB, RED UNO, UNITEL, CADENA «A», PAT, y otras menores se dedicaron de manera permanente a presentar entrevistados que hacían llamados a votar por el NO desacreditando el acto electoral, sembrando el desazón entre los indecisos a fin de volcarles a favor de los intereses de la derecha, se hizo escándalo permanente de la tinta indeleble para generar susceptibilidades de un fraude.
[10] El informe erróneo de UNASUR sobre los muertos de la Masacre de Pando fue motivo de escarnio por la red UNITEL y otros medios, los mismos que achacaron al gobierno para desacreditarlo frente a la opinión pública, cuyo trasfondo tenía el fin de poner en duda lo acontecido y ganar adeptos para el No.
[11] Edilberti Marini: La propaganda política en la guerra, Piñero asociados, 1997: 61 Cordova – Argentina 1997.