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Entrevista al periodista Aram Aharonian:

«La derecha no se retira y nosotros estamos cojos»

Fuentes: deci.me

«Hacer una política comunicacional es algo imprescindible para gobernar», así lo recuerda el periodista y escritor Aram Aharonian, defensor y hacedor de medios para darle voz a los latinoamericanos, desde siempre «afónicos». Inconformista y crítico, esta vez advierte sobre la necesidad de romper con el modelo hegemónico comunicacional y empezar a hacer periodismo realmente desde la izquierda. Apuntes breves de una charla para mirarse al espejo.

 

Fundador de Telesur, una experiencia de comunicación contrahegemónica que va para cuatro años y que -a su pesar- ya no lo tiene entre sus impulsores, Aram no reniega de aquello de «ir tras las utopías y hacerlas realidad». Para ello recuerda que «el solo hecho de tener medios de comunicación no garantiza una política comunicacional efectiva, porque si nosotros en medios propios copiamos los modelos, los formatos, los contenidos del enemigo, estamos trabajando para el enemigo».

Aharonian alerta que Latinoamérica asiste a un golpismo mediático que se concreta por medio de la desinformación, de la tergivesación de los hechos, del uso de calificativos sin sustento, de la creación de miedos incluso hacia las pandemias.

«Vemos a cadenas como CNN pidiendo en la pantalla la renuncia del presidente de Guatemala Álvaro Colom, machacando todos los días. Dan por hecho que este jefe de Estado ordenó un asesinato», ejemplifica.

Advierte que lo mismo sucede en Venezuela, donde canales privados como Globovisión hacen un llamado a los militares venezolanos «a ponerse los pantalones» contra el Gobierno. «O como todos los medios del grupo argentino Clarín que especulan sobre la necesidad de la renuncia de la presidenta Cristina Fernández si no gana en forma aplastante las elecciones de mitad de mandato».

¿Qué hacer entonces frente a estos modelos hegemónicos? ¿De tan apabullantes son invencibles? En ese punto Aharonian es práctico. En lugar de cruzarse de brazos, pide antes verificar qué se está haciendo. Le preocupa la ausencia de políticas comunicacionales en los medios que hoy «se hacen llamar alternativos, progresistas o de izquierda», recuerda que el asunto debe partir de lo conceptual «hay que definir qué es lo alternativo».

El «trabajo para el enemigo» parece haber encontrado un camino fácil en América Latina donde según este periodista la información se confunde con las consignas, se copian modelos, se persiguen agendas marcadas por la programación de las cadenas hegemónicas, que nada tienen que ver con la izquierda. Definitivamente al Sur del Sur «qué nos importa lo que Obama diga desde Londres».

Sobre el «paradigma de lo marginal» marca un error, a su juicio, algo más que recurrente «pensar que para ser alternativo del norte no se puede ser masivo. Lo que se nos dice es que debemos seguir en ese pequeño nicho para siempre. Pero para ser realmente alternativo al mensaje hegemónico se debe ser masivo».

¿Cómo hacerlo? Aunque advierte que no hay formulas, sugiere «fomentar el modelo de trabajo colectivo en lugar de seguir el modelo norteamericano, crear alternativas a este modelo hegemónico en lo comunicacional.  A este modelo que en cuanto al crecimiento de la derecha o esa no retirada de la derecha de la que se valen de los medios y nosotros de este lado estamos rengos».

«Para qué quiero un medio. Si tenemos medios de comunicación que van a seguir la agenda de los medios hegemónicos lo que estamos haciendo es una repetición y no proactiva sino reactiva a lo que hacen los medios hegemónicos. Nosotros nos olvidamos que nuestros pueblos necesitan información, necesitan saber de qué se tratan los procesos que están viviendo, nuestros países necesitan reencontrarse con su historia para saber de dónde vienen y poder saber a dónde van porque sino el destino siempre lo van a imponer desde afuera desde el norte».

Para este maestro de la comunicación contrahegemónica las urgencias están vivas. Sin confundir gobierno con poder, advierte que en el panorama latinoamericano nada es irreversible, y que la derecha también se pone piel de cordero. Cita el caso de Chile en donde los medios promueven que la gente se olvide de Pinochet y de la dictadura,  y adelanta al propietario de LAN, Sebastián Piñera, como candidato a presidente de la República. Más arriba, en México, «Calderón se presenta como el garante del orden contra la delincuencia organizada y de nuevo en el sur, avisa que «la derecha brasileña se prepara a acabar con el gobierno de Lula, y la derecha argentina, a quitarle la mayoría en las Cámaras a los Kirchner, para someter a juicio político a la presidenta o sabotear su política todos los días».

Frente a estos nubarrones en el horizonte, Aram resalta que hoy más que nunca «es esencial dar la batalla ideológica contra los valores y los medios del capital».

Se viene una batalla para no perder posiciones en América Latina. Aunque los riesgos existen, esa batalla «es política y es de política comunicacional». Esta dicho.

http://deci.me/2009/06/03/la-derecha-no-se-retira-y-nosotros-estamos-rengos/