Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
Nota de Rebelión: Este artículo de Lamis Andoni apareció publicado en CounterPunch el lunes 26 de septiembre de 2005 y había sido escrito horas antes de hacerse pública la sentencia dictada contra Taysir Aluni por la Audiencia Nacional. Se estima que siguen resultando de interés, y más aún si cabe, las reflexiones que la autora hace en el texto.
Cuando la ciudad de Madrid fue golpeada el 11 de marzo del pasado año por el atroz ataque terrorista, fue Taysir Aluni quien transmitió la tragedia de sangre y pérdida a millones de arabo-hablantes de todo el mundo. Con su actitud serena y cálida voz, Taysir nos comunicó toda la pena de los doloridos españoles que perdieron a sus seres amados en cuestión de segundos en una masacre de acero y fuego que traumatizó a Madrid y al resto del país.
Recordó a la audiencia que España había sido golpeada a pesar de que en ella había una fuerte oposición a la guerra en Iraq y manifestó, mediante entrevistas con españoles que hablaban con sus propias voces, la parodia cruel del terrorismo como táctica ciega y arbitraria que no escatima vidas inocentes sin tener en cuenta etnia ni color. A estas alturas, Taysir espera aún ser sentenciado por las acusaciones de conexiones con una organización terrorista. La misma organización de la que se sospecha cometió la atrocidad del 11 de marzo.
Como colega de Taysir, mis sentimientos son una mezcla de esperanza y profunda preocupación. Esperanza en que será encontrado inocente y será liberado, y preocupación por que pueda ser declarado culpable y sentenciado a ocho años, o más, de prisión.
Creo firmemente en la inocencia de Taysir pero me preocupa que pueda ser sacrificado a causa del ambiente de temor y rechazo, tanto nacional como internacional, en el que están siendo invocadas o promulgadas leyes excepcionales contra el terrorismo que socavan los debidos procesos legales.
España se ha distinguido por insistir en combatir el terrorismo a través de su sistema legal. Esto ha sido profundamente valorado, pero como la organización Human Rights Watch señaló el 1 de febrero de 2005, las medidas contra el terrorismo, según se le aplicaron a la «célula española de Al Qaida» supusieron una violación de los derechos humanos y no garantizaban «un juicio justo».
Hoy se anunciará el veredicto. Como colega de Taysir he seguido el juicio transmitido en vivo con traducción simultánea por el Canal Al Jazira En Directo: Me temo que no puedo estar de acuerdo con las pruebas del fiscal para culpar a Taysir.
Como periodista me quedé asombrada por tres aspectos: por el enfoque que se le daba a la entrevista exclusiva de Taysir con Osama Bin Laden, conseguida pocas semanas después de los ataques de l1-S; por el desarrollo de las vistas y, especialmente, por las últimas declaraciones. Encontré alarmante que el fiscal Pedro Rubiro utilizara como prueba una entrevista periodística.
«Él (Taysir) aparecía como si estuviera hablando con su jefe (Bin Laden)», afirmó el Sr. Rubiro.
¿En qué se basaba el fiscal para llegar a esa conclusión?
El tribunal no contempló la entrevista ni el Sr. Rubiro la pidió como prueba. Una lectura de la trascripción de la entrevista, según la publicó la CNN, prueba claramente que Taysir llevó a cabo una actuación de gran profesionalidad desafiando las declaraciones de Bin Laden sobre la postura del Islam ante la matanza de civiles, sobre las luchas entre judíos y cristianos, señalando además que el pueblo afgano estaba pagando un precio muy alto como consecuencia de la presencia en su país de Al Qaida.
Pero nada de todo eso se le comunicó al tribunal o al pueblo español. En lugar de hacerlo, el fiscal declaró que Bin Laden había favorecido a Taysir debido a los estrechos lazos de éste con Al Qaida. Bin Laden no eligió a Taysir, sino que eligió a Al Jazira y a la CNN – un hecho al que en su día se dio publicidad.
Es igualmente sorprendente que el fiscal concluyera que el papel de Taysir y las respuestas sobre la entrevista [con Bin Laden] durante el desarrollo de las vistas le habían convencido de la culpabilidad del corresponsal. A Taysir le preguntaron si los afganos pensaban que él era miembro de Al Qaida, a lo que él contestó honestamente que los afganos normales pensaban que la mayoría, si no todos, de los árabes que se encontraban en su país eran miembros del grupo. A menos que esté pasando algo por alto, no puedo ver una auto-implicación en esa respuesta.
La segunda acusación es que Taysir había sido el mensajero para llevar dinero a Al Qaida. Taysir entregó 4.500 dólares a una familia árabe que vivía en Afganistán. Ha habido tiempo para comprobar la historia en vez de hacer presunciones sin molestarse en iniciar lo que habría sido una investigación sencilla. En una atmósfera de culpa y temores sospechados, las presunciones se convirtieron en hechos que se utilizaron para condenar a un hombre y a su familia. En el mejor de los casos lo que se consiguió fue una prueba endeble que no convence a los colegas de Taysir ni a quienes le conocen. Deseo que el fiscal haya preguntado a sus colegas españoles, a quienes conocen a Taysir antes de que pueda llegar a presunciones de culpabilidad basadas en la peligrosa noción de «culpable por asociación».
En verdad vivimos tiempos difíciles. Los gobiernos se sienten obligados, y es bueno que así se sientan, a proteger a sus pueblos ante carnicerías como las ocurridas en Nueva York, Madrid y Londres. Como colega de Taysir apelo al tribunal español para que no envíe a un hombre inocente a la cárcel.
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N. de T.: Lamis Andoni es una periodista estadounidense de origen palestino. Nació en Belén. Es una reportera con prestigio internacional, que publica artículos en Middle East International; Le Monde Diplomatique; Jordan Times; Al-Ahram; Al-Hayat, Journal of Palestine Studies y otras publicaciones.
Se puede contactar con Lamis Andoni en [email protected]
Texto original en inglés: www.counterpunch.org/andoni09262005.html