Crónica de un éxito anunciado y esperado, indiscutible además. Con más que notable diferencia, uno de los mítines más concurridos en Barcelona desde hace ya algunos años. Un subidón para mucha gente resistente e indignada de diferentes edades, tradiciones y trayectorias. Amigos, familiares, compañeras, que hace años no asistían a ningún encuentro político de estas […]
Crónica de un éxito anunciado y esperado, indiscutible además. Con más que notable diferencia, uno de los mítines más concurridos en Barcelona desde hace ya algunos años. Un subidón para mucha gente resistente e indignada de diferentes edades, tradiciones y trayectorias. Amigos, familiares, compañeras, que hace años no asistían a ningún encuentro político de estas características, allí estaban, desde primeras horas de la mañana. Muchos de los asistentes no han podido entrar finalmente al velódromo; seguían como podían desde fuera. La condición social y cultural de los presentes (los de dentro y los de fuera) altamente significativa.
Era obligado dedicarle algunos minutos en los informativos del mediodía. Así lo ha hecho TV3 que es una televisión pública, no privada como 8TV. Tampoco una televisión que deba estar al servicio de los planes, estrategias y listas únicas de país del president Mas y sus amigos nacionalistas aunque suela retransmitir en directo o en diferido casi todas las conferencias, convocatorias y firmas «históricas» del president y sus aliados.
Así, pues, TV3, la nostra, la de tots i totes, ha abierto el informativo del mediodía dominical con noticias sobre el encuentro. Bien de momento. Contados, bien contados, dos minutos. Tras ellos, en el montaje ofrecido, una intervención-comentario de unos 30 segundos del secretario general o cargo afín de CDC, Josep Rull. Cogiendo las hojas por el rabo y hablando, por supuesto, del dret a decidir según su singular y nacionalista interpretación. Barriendo de nuevo para su hoja de ruta y sin venir a cuento porque él no era su protagonista. ¿Una información comentada por un jefazo de CDC amigo de Oriol Pujol Ferrusola? ¿Y eso por qué?
A continuación, más de cuatro minutos dedicados al gran tema de la apertura de los comercios en domingo (con -¡menos mal!- alguna voz crítica que ha hecho referencia a los derechos y al descanso de los y las trabajadoras del sector). Después, unos tres minutos de publicidad encubierta de una muñeca asociada a una película de dibujos animados que está muy de moda; unos cuatro minutos, también de publicidad encubierta del Banco de Sabadell, dedicada a la externalización telemática de las operaciones de los bancos del futuro, y apenas 30 segundos, sin comentario ni reflexión anexas, a la revocación de la Audiencia Provincial de Barcelona -un verdadero desastre- del éxito conseguido en el asunto de las cláusulas abusivas. Habrá que volver sobre ello.
¿Qué decir del mitin de Podemos por las imágenes que han aparecido en el informativo?
1. Que el secretario general de la formación ha manifestado con total claridad que Podemos-Podem no abona ni sugiere ninguna posición independentista en Cataluña. Por las palabras, está muy lejos de ello.
2. Que el dret a decidir, según sus palabras, hay que entenderlo tal como debe entenderse: como la capacidad de la ciudadanía para determinar el futuro no sólo en asuntos territoriales (el nudo central y sesgado del frente nacional-nacionalista) sino también en temáticas como la sanidad, la educación, las desigualdades sociales, los apoyos a gentes necesitadas, etc, donde el gobierno masista de los mejores privatizadores arrasa sin escrúpulos conquistas sociales y democráticas de décadas y décadas.
3. Que él, que Pablo Iglesias, jamás se abrazará con personajes como Rajoy o como Mas.
TV3, desde luego, no ha hecho referencia a la equiparación que ha hecho Iglesias de Blesa, Bárcenas (si no recuerdo mal) y el ex Pujol. Merecen la misma calificación poliética: estafadores y manipuladores, sin distinción de nacionalidades. ¡Todo por la pasta y en todos los casos!
PI se ha referido además a un proceso constituyente en toda España, no solo en Cataluña y sin relaciones con el resto del país de países, que dé pie a una comunidad fraternal, a una nación de naciones que vivan hermanadas y con un proyecto solidario en común.
¿No está mal? No está mal, nada mal. Una música así, tan mozartiana, tan ilustrada, tan internacionalista, hacía tiempo que no se escuchaba en este país también plural, también diverso, con diferentes culturas, con diversas lenguas, con centenares de miles de personas en situación difícil, dura, desesperada incluso. Indignadas, enfadadas, en pie de rebeldía.
Saben, han tomado consciencia que pueden, de que podemos y queremos decidirlo todo. Y desde abajo como solía decir Francisco Fernández Buey.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.