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La profesión periodística ante las protestas ciudadanas

Fuentes: Teledetodos

Hace unos meses varios miles de profesores universitarios firmamos un manifiesto para denunciar que las medidas «anticrisis» que estaba adoptando el gobierno eran erróneas. Acordamos elaborar unos materiales multidisciplinares que explicasen lo que estaba pasando, quien había causado la crisis, quienes se estaban aprovechando de ella o por qué la gente parecía anestesiada. Siendo mi […]

Hace unos meses varios miles de profesores universitarios firmamos un manifiesto para denunciar que las medidas «anticrisis» que estaba adoptando el gobierno eran erróneas. Acordamos elaborar unos materiales multidisciplinares que explicasen lo que estaba pasando, quien había causado la crisis, quienes se estaban aprovechando de ella o por qué la gente parecía anestesiada. Siendo mi ámbito el de la comunicación, elaboré un borrador que quería explicar, gracias a varios conceptos y teorías de la información, por qué los medios estaban ofreciendo sólo una visión de las medidas «anticrisis» y por qué la sociedad parecía haberla aceptado.

En estos días he revisado el texto, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. Quiero compartirlo por si nos ayuda a reflexionar colectivamente en estos momentos que muchos queremos significar como un punto de inflexión hacia la recuperación de los ideales del Estado del Bienestar.

1. ¿Por qué los ciudadanos han parecido creer (hasta hace poco) que sólo había una salida posible?

Imaginemos a un filósofo, fundador del partido comunista italiano, Antonio Gramsci, en una cárcel de los años veinte. Tras el fracaso del comunismo y la victoria del capitalismo se pregunta por qué razones un sistema cómplice, como mínimo, de situaciones sociales injustas puede contar con la apreciación popular de tantos ciudadanos en tantos países del mundo. (O’Donnell, 2007). Imaginemos la Europa de los años 20, las migraciones campo-ciudad, las «masas desarraigadas», las inagotables horas en fábricas, y la alienación que esto provocaba. Todo esto estaba causado por el capitalismo, y sin embargo, esa es la opción que parece haber ganado la batalla a las utopías que movieron y conmovieron a la sociedad de la época. ¿Por qué? se preguntaba Gramsci.

La conclusión a la que llega el autor, a grandes rasgos, es que la posición hegemónica lograda por el capitalismo no se basa en el uso de la fuerza bruta fundamentalmente sino que las clases dirigentes negocian y consiguen el consenso de la sociedad para su proyecto. Este consentimiento social se gana, en parte, mediante la puesta en circulación de discursos que legitiman el sistema a través de la información, la ficción o el humor consumido diariamente por la población, principalmente en los medios de comunicación. Hoy cabe que nos preguntemos lo mismo que Gramsci en los años 20 con respecto a las razones que nos hacen aceptar mayoritariamente unas recetas «anticrisis» que recortan nuestros derechos sociales, y que pensemos: ¿tiene la comunicación mediada algo qué ver? ¿el qué? ¿cómo actúa?, y también: ¿qué posibilidades hay de que sirva para subvertir ese proceso, especialmente desde el 15M?

2. ¿Por qué los medios favorecen las visiones del mundo de las elites político financieras?

a) Desde los años 80 numerosos estudios empíricos han documentado que cuando los periodistas y editores se enfrentan a la tarea de decidir qué es noticia (entre miles de acontecimientos que ocurren cada día), uno de los elementos que más consideran es el status de las fuentes y los protagonistas de los acontecimientos. Por eso, vienen al caso algunas metáforas de teóricos clásicos del Newsmaking: «las noticias son sobre los conocidos, (Gans) o «los medios no pueden representarse como una ventana a la realidad, son más bien una red pensada en la medida de los ‘peces gordos'» (Tuchman). Por tanto, gran parte de las noticias tratan sobre cuestiones relativas a los sectores político-económicos de élite y/o están basadas en los testimonios de estos grupos.

b)Esta tendencia se agrava por el preocupante estado de la profesión periodística, algo sobre lo que están de acuerdo la gran mayoría de asociaciones de periodistas del mundo. Algunas de las causas de esta situación son las siguientes:

– Expansión del número de medios de comunicación y soportes, al tiempo que el número de periodistas en activo se mantiene o incluso decrece.

– Precariedad de las condiciones laborales de los periodistas. Esto en España produce a su vez, una gran tasa de abandono de la profesión, por lo que los periodistas son cada vez más jóvenes y están más desmotivados.

– Multiplicación de gabinetes de prensa de empresas, instituciones económicas y políticas con personal muy cualificado y que elabora material de gran calidad, para argumentar la postura de cada entidad particular.

Estos tres condicionantes dibujan unas redacciones en las que los periodistas, cada vez más jóvenes, inexpertos y desmotivados, apenas tienen tiempo para elaborar informaciones propias, y se surten fundamentalmente del material que les llega a la redacción proveniente de los gabinetes de prensa, lo cual excluye una vez más, la visión de todos los sectores sociales que no tienen capacidad económica y organizativa para disponer de un gabinete de prensa lo suficientemente influyente.

c) Los medios cada vez se concentran en menos manos, y con gran dependencia económica de los bancos. El sistema de medios españoles es el que permite mayor concentración de nuestro entorno, y los cambios regulatorios introducidos en 2009 por el actual gobierno intensifican esta tendencia. De hecho como resultado, se han producido la fusión de Antena 3 y La Sexta, por una parte y Telecinco y Cuatro, por otra. Esta segunda unión, por ejemplo, pone en relación los intereses del imperio mediático propiedad de Berlusconi, MEDIASET, y de PRISA, que a su vez debe 5.000 millones de Euros al Banco Santander.

d) La relación entre bancos y medios de comunicación es cada vez más estrecha: el mercadeo financiero ahora también es parte de la actividad empresarial de los medios de comunicación, hay actores de la globalización financiera (banca de inversión) que han entrado en la estructura de propiedad de los grandes grupos de comunicación, y en los consejos de administración de los medios se sientan representantes de la banca. Además, se ha producido un endeudamiento progresivo y sin precedentes de los medios con respecto de la banca (Almirón, 2010).

Como resultado, si tradicionalmente los sectores más poderosos han tenido un protagonismo muy privilegiado en los medios, hoy esto ocurre en aún mayor medida porque los periodistas gozan de menos tiempo, motivación y experiencia para contrastar y registrar voces alternativas. Según el Informe sobre la Profesión Periodística en España (2009)- realizado por la Federación Española de Asociaciones de Prensa (FAPE)- un 83,9% de los periodistas reconocen no contrastan las fuentes lo suficiente.

Por si fuese poco, los periodistas son muy conscientes de los intereses económicos y estratégicos de la empresa para la que trabajan y – su posición laboral es tan precaria que, temerosos, practican la autocensura. Además, según el citado informe el 57.6% de los periodistas encuestados en 2009 manifestaron recibir presiones diariamente en el ejercicio de su labor. Del mismo modo, los 23 directores de medios que contestaron una encuesta de la FAPE convinieron que la que la crisis ha reducido la independencia de los medios frente a las fuentes de financiación. Investigaciones similares realizadas en otros países europeos o en Estados Unidos llegan a conclusiones que indican un camino con un paisaje similar.

3. ¿Por qué el público ha tendido a creer que la única forma de luchar contra la crisis es la que está aplicando el gobierno?

Los medios han ofrecido un mayor espacio a la visión de la crisis que legitima la pérdida de derechos y de poder adquisitivo de la ciudadanía y la tilda de «necesaria e inevitable». Esta es la posición del gobierno, las instituciones europeas, los bancos centrales y el FMI que forman un bloque bastante compacto. El escaso nivel de movilización social contra medidas regresivas como el recorte de pensiones o la reforma laboral parecían sugerir que gran parte de la población no conocía (o no confiaba) en las medidas alternativas que presentaban partidos como Izquierda Unida, los sindicatos o asociaciones como ATTAC.

La Teoría del Agenda Setting demuestra que los medios de comunicación influencian la forma en la que el público organiza su percepción del ambiente (Roberts, 1972). Los medios construyen el marco de referencia desde el que los ciudadanos interpretan los hechos que van sucediendo día a día. Se refiere a esos acontecimientos que aparecen en las noticias y cuyas interpretaciones se van sedimentando en ese marco de referencia, que no es de usar y tirar. Por eso se dice que los mensajes que aparecen en los medios tienen efectos a largo plazo. Si en ese esquema de interpretación preponderan las tesis económicas neoliberales, esas también preponderarán en la opinión pública.

Además, la forma en la que se estructuran las noticias es narrativa, es decir una sucesión de causas que dan lugar a consecuencias en un proceso sin fin. Esto implica que si los que promueven la idea de que los recortes sociales y de derechos son capaces de establecer, mediante los medios, un diagnóstico sobre la crisis que legitime las medidas anunciadas, esta lectura se añadirá al marco de referencia desde el que la población interpreta los acontecimientos.

A veces, las élites políticas y económicas fuerzan ese consenso orquestando campañas mediáticas muy elaboradas en los que aparecen un número de agentes sociales supuestamente diferentes ofreciendo opiniones similares. La población puede terminar dándose cuenta del engaño, pero entonces ya suele ser tarde. Un ejemplo claro de ello es la forma en la que el gobierno de Estados Unidos (y el de sus aliados) mintió sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

Los medios de comunicación nos dictan sobre qué pensar, y aunque no nos dictan directamente qué pensar, cuando ofrecen mayor espacio a unas tesis sobre otras también influyen en cómo pensar. Esto último se acrecienta en temas que están muy alejados del ámbito de la experiencia directa y del conocimiento directo de la mayoría de los ciudadanos, como son precisamente las cuestiones de macroeconomía y de política internacional.

Los medios también ofrecen algún espacio a visiones alternativas sobre la crisis y cómo afrontarla, por ejemplo a sindicatos, Izquierda Unida u otros colectivos. Por ejemplo, los primeros actos de profesores universitarios sobre las medidas «anticrisis» aparecieron en algunos medios de comunicación, pero en proporción, este tipo de visiones siempre aparece como minoritaria.

4. ¿Por qué el público parecía no conocer estas alternativas minoritarias, a pesar de que tienen mayor sintonía con sus intereses?

La teoría de la Espiral del Silencio, que trata el funcionamiento de la opinión pública ofrece una explicación plausible. Fue creada por Noelle-Newman (1982), fundadora del Institut für Demoskopie Allensbash y directora entre 1964 y 1983 del Institut für Publizistik:

Por una parte, los medios (que confieren estatus a aquellos de quienes habla o que aparecen como fuente) contribuyen a crear «un clima de opinión» que se considera mayoritario sobre un tema. Por otra parte, el público tiende a adherirse a las opiniones que considera mayoritarias. En torno al 80% de los ciudadanos cambian de opinión si sienten que la suya no es la mayoritaria (aunque lleven razón). Sólo un 20% se mantiene fiel a sus creencias. Esto ocurre porque los seres humanos deseamos formar parte de la comunidad y detestamos situarnos en los márgenes o estar marginalizados.

Por tanto, si los medios de comunicación presentan como mayoritarias y consensuadas recetas económicas que en realidad están diseñadas por los intereses de la banca, tales recetas:

a) no sólo pasan a constituir el marco de referencia de los ciudadanos,

b) sino que son consideradas como la opción que alberga mayor apoyo social y provoca la adhesión de grandes sectores de la sociedad.

c) y por tanto, otros grupos sociales, incluso aunque no cambian de opinión, callan.

Por tanto, los agentes que promueven las actuales políticas regresivas, mediante los medios de comunicación van a tachar como marginal cualquier visión alternativa a la crisis (y eso es lo que intentaron hacer el 16 de Mayo, y es lo que parecen estar insistiendo en la segunda semana de movilizaciones). Así frenarán que cualquier opción alternativa pueda ir sumando apoyo social.

5. ¿Por que finalmente está teniendo éxito la movilización 15M?

Ese 20% que seguimos pensando de forma diferente hemos empezado a reconocernos, encontrarnos y a ganar visibilidad. El movimiento altermundista, los llamados nuevos movimientos sociales, algunos de ellos autogestionarios, llevan años funcionando y desarrollándose desde posiciones que no han estado en el centro de la Esfera Pública. El estallido de la crisis y sus consecuentes recortes sociales ha hecho que muchos ciudadanos se hayan aproximado a estas visiones y luego, de forma quieta y callada, hayan comenzado a dejarse ver, con iniciativas como la de Universitarios frente a la Crisis, que sumó más de 3.000 firmas, con la campaña contra la corrupción política promovida por Avaaz, con las campañas en favor de la dación en pago apoyadas por ATTAC, por la movilización de Juventud sin Futuro, y otras muchas alternativas que hoy se han encontrado en el movimiento 15M. Mucha gente joven se ha identificado con este nuevo proyecto, y está sirviendo como aglutinante de colectivos diversos.

En estos días ese porcentaje de la población que quiere defender y desarrollar el Estado del Bienestar con uñas y dientes se ha puesto bajo los focos y se perfila como una opción de futuro, lo cual ya está multiplicando las adhesiones y simpatías del resto de la población que observa que hay un nuevo caballo ganador que representa mejor sus intereses. Ahora bien, esto no es sino el inicio de un complicado proceso de cambio. Hoy por hoy, como manifestaron los resultados electorales del 22M, la sociedad española presenta síntomas muy preocupantes, como una elevada tolerancia a la corrupción política.

6. ¿Qué debe hacer el periodismo profesional y el periodismo de servicio público en este clima? El periodismo profesional, frente a las protestas ciudadanas

«LOS MEDIOS NOS ENGAÑAN» Esta es una de las cuatro consignas que aparecían en los carteles de convocatoria del movimiento 15M. De hecho, en la manifestación de Sevilla pude escuchar abundantes eslóganes contra los medios de comunicación, a los que se retrataba como al dictado de los bancos/partidos mayoritarios, y como ajenos a los ciudadanos. Muchos periodistas y estudiosos del periodismo comparten parte de este análisis, y de hecho un porcentaje de los mismos llevan años denunciando que los procesos de concentración mediática, y la precariedad/juventud que impera en las redacciones son dos de los problemas más importantes de la profesión periodística, y de la sociedad española. Y está la Radiotelevisión Pública, cuyos servicios informativos están ahora situados más cerca de los ciudadanos que en ningún otro momento de su historia, pero que continúa recibiendo ataques, para que no termine de levantar, por fin, la cabeza. Los más recientes vienen del Partido Popular, a quienes los ciudadanos han concedido una victoria sin precedentes en las elecciones municipales del 22 de Mayo.

Muchos de los que han protestado en la Plaza del Sol y en otras plazas españolas no saben de las luchas y vicisitudes de los periodistas españoles, de los sindicatos de periodistas, del arrojo de los profesionales de Telemadrid, la labor del Consejo de Informativos de RTVE y de sus heroicos antecedentes.

Los manifestantes han reconocido que los medios, actualmente, son un problema social, y por ello, su causa es ya la de los que venimos trabajando por mejorar el periodismo. Desean unos medios que sirvan al ciudadano, como nosotros. Y por eso ha llegado el momento de que nos reconozcamos todos como co-responsables del desarrollo del Estado del Bienestar, del que un periodismo responsable y unos medios de servicio público son un pilar fundamental. Es el momento de que la profesión periodística, mediante sus organizaciones profesionales se posicione al lado de los que piden un rescate de la democracia, y al hacerlo, rompa la soledad con la que sentíamos que veníamos luchando. La loable iniciativa «sin preguntas no hay cobertura» debe ser sólo la punta visible de lo que se descubra pronto como un enorme iceberg. A ella ya se suma una un nuevo y breve manifiesto desde twitter, «periodismorealya».

Esta parte de España que hoy pide un Estado más social y menos manipulado, debe ser consciente de que eso requiere, como mínimo, de unos medios de comunicación cuyos profesionales tengan condiciones laborales dignas, un marco legislativo que no favorezca la concentración mediática y una radiotelevisión pública que garantice el acceso plural de los ciudadanos a la Esfera Pública y que sirva como referente deontológico en el ecosistema mediático español.

Fuente: http://www.teledetodos.com/component/k2/item/219-la-profesion-periodistica-ante-las-protestas-ciudadanas.html