El 10 de febrero de 2011 hacíamos público un comunicado titulado «Radio Televisión Principado Asturias, secuestrada por los partidos políticos», sobre una charla enmarcada en el Aula popular José Luis García Rúa. Hoy día, tras los acontecimientos que se están viviendo en las últimas semanas en la RTPA y los que nos quedan por vivir […]
El 10 de febrero de 2011 hacíamos público un comunicado titulado «Radio Televisión Principado Asturias, secuestrada por los partidos políticos», sobre una charla enmarcada en el Aula popular José Luis García Rúa.
Hoy día, tras los acontecimientos que se están viviendo en las últimas semanas en la RTPA y los que nos quedan por vivir en las que vienen, podemos asegurar de manera rotunda que permanecemos rehenes de una situación de bloqueo provocada por la incompetencia de la clase política para resolver los problemas de la ciudadanía y en este caso los de los trabajadores y trabajadoras de la RTPA y las empresas vinculadas. Se nos trata como a daños colaterales, víctimas civiles en medio de una guerra de dos ejércitos interesados única y exclusivamente en la defensa de sus propios intereses, en la defensa de su victoria. Se nos usa además como arma arrojadiza mientras somos conscientes que poco les importamos tanto a unos como a otros.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
La RTPA nació hace casi 6 años. Desde el principio fue un proyecto muy vinculado en todos los sentidos a un período político liderado por el PSOE con Tini Areces a la cabeza, apoyado por IU y con un Partido Popular domesticado en la oposición. Popularmente fuimos conocidos como Teletini. En los inicios de la RTPA se dieron algunas luchas de poder que pronto se resolvieron con la entrada del PP en el Consejo de Administración. Desde entonces circularon ante nuestros ojos, los de los trabajadores, todo tipo de actuaciones condenables tanto desde el punto de vista laboral como desde el punto de vista del servicio público: despidos, precariedad laboral, amenazas del tipo «no vas a trabajar más en Asturias», judicialización de las relaciones laborales, incumplimientos de convenio, bajos salarios, dedocracia interna, coches oficiales, licitaciones amañadas que siempre ganaban los mismos, externalizaciones que daban rienda suelta a la precariedad y el despilfarro, conformación de una red empresarial de carácter clientelar, empresarios explotadores poniendo poco más que «el cazu», control informativo… por no hablar de algunos escándalos a nivel de programación y gestión como el de la Fórmula 1, programas hechos en Madrid como Asturias en 25, vetos a personajes carismáticos como Gerónimo Granda, o una parrilla en la que los espacios de producción propia se cuentan con los dedos de la mano y se aprecian notorias ausencias como los debates, el análisis político y social, la información crítica, el humor de actualidad (¿Qué fue de Terapia de Grupo?), la programación musical o el documental y el reportaje asturiano… Todo ello pasó ante nuestros ojos impertérritos, fragmentados y resignados, mirando para otro lado cuando era necesario. Al silencio cómplice de los partidos políticos presentes en el Consejo de administración habría que añadir el de los grandes sindicatos, la incapacidad de los pequeños y la resignación sumisa de los trabajadores.
¿En qué situación nos encontramos?
Ahora, de aquella política basada en los excesos y el grandonismo arecista, recogiendo parte del descontento y la indignación de esa etapa y sin una alternativa política ni a izquierda ni a derecha, aterriza en el panorama político Cascos y su nuevo partido. En la RTPA, salvo la salida de Ornia, exdirector general, que ya se las debió ver venir, nada cambia y todo permanece. El atrincheramiento se hace evidente a lo largo del verano. La nueva realidad parlamentaria no se ve reflejada en el control de la RTPA. El nuevo Gobierno, en minoría, sin capacidad para tomar el control en un medio de comunicación fuertemente vinculado a una etapa política finiquitada decide intervenir. A las bravas. En plena precampaña electoral. Recortando presupuestos aprobados un año antes. Amparado por una crisis económica que se plantea brutal para el modo de vida que hemos conocido y amparado también en el despilfarro y la nefasta gestión de la RTPA. Su cálculo se basa en la creencia de que no pagará un coste electoral por este tema y colocando en el debate público un asunto con el que se siente cómodo: el desmontaje de un chiringuito Arecista sobre el que además cuenta con abundante información que puede ir dosificando para devolver todos los golpes recibidos. Nada de debates sobre sanidad y educación; mejor hablemos de la RTPA y lo innecesaria que es. Primero la desmontamos, conseguimos que las empresas se vayan, y con los restos ya veremos qué hacemos si es que alguien (el parlamento) quiere hacer algo. La oposición entra al trapo y juega. Y a qué juega. Pues a eso. A oposición. A lanzarle al Gobierno piedras. Eso sí, nada de sentarse a analizar lo que aquí está pasando y buscar soluciones. ¿Para qué? Hay unas elecciones generales a la vuelta de la esquina y mejor nos dedicamos a hacer cálculos a ver si los votantes de Cascos reconocen su error. Y después de las elecciones ¿qué? Pues ya se verá. También resulta relevante el papel de las tres cabeceras de prensa (LNE, El Comercio y La Voz de Asturias), alineadas cada una con un partido político diferente. Mientras tanto, nosotros, a sufrir: impagos, despidos e incertidumbre. La sangría va a ser grande y ya ha empezado. No nos olvidamos en este punto de todos los compañeros que ya han quedado por el camino, que no son pocos, o los muchos que aún a día de hoy siguen trabajando en condiciones realmente precarias. La lucha entre lo nuevo y lo viejo (conflicto clásico y ampliamente retratado en la narrativa) está siendo traumática para la parte menos responsable e indefensa: el trabajador.
Tampoco escapa a este juego la Dirección de la cadena y el Consejo de Administración. Ninguna autocrítica. La partitocracia manda y «nuestro» deber es el que es, defender lo indefendible y atacar al enemigo, a ver si le quitamos votos. «¡Aguantaremos hasta que nos echen!», «¡esto es una pelea entre la extrema derecha y la democracia, un golpe de estado!», declaran internamente. La oposición PSOE, PP e IU, atrincherados en la RTPA y con unos informativos a su servicio, dispuestos a entrar de lleno como parte activa del juego electoral. El espectáculo es lamentable. Unos atrincherados en el Gobierno y otros en la RTPA. Nadie aporta soluciones reales, a nadie parecen interesar. A la oposición (PSOE, PP e IU) le basta con hablar de los puestos de trabajo, los mismos por los que nunca se preocupó, sin entrar a valorar cuánta responsabilidad tiene en la situación creada y qué posibilidades tiene de aportar soluciones. Foro no juega con las cartas sobre la mesa. No está explicando qué es lo que realmente quiere para que se solucione la situación y el Gobierno del Principado está contrayendo unas deudas que antes o después tendrá que pagar (y con intereses). Si el conflicto de la RTPA tiene alguna solución, todo el mundo sabe que pasa por un acuerdo en la Junta General que permita conseguir los 2/3 necesarios para decidir el futuro de la radiotelevisión. Así lo dice la ley y así ha obligado el Gobierno a que sea con su decisión de cortar el grifo. ¿Por qué no se ponen de acuerdo? ¿Por qué no lo intentan? ¿Por qué no buscan ya mismo soluciones? ¿En qué medida nos afectará a los trabajadores un resultado electoral y otro? Creemos que más bien nada. Todo pinta que seguiremos jodidos, presa de un juego de «alta» política que nos queda muy lejano, pero que decide nuestro día a día. Nosotros, los trabajadores y trabajadoras, no hemos despilfarrado, no hemos robado, no teníamos coches oficiales ni altos salarios más bien todo lo contrario, ni gestionamos ni se nos dio la oportunidad de hacerlo. ¿Por qué tenemos que pagar el pato de una situación en la RTPA y una crisis económica que nosotros no hemos provocado? ¿Por qué se nos hace responsables de una gestión que nosotros también hemos sufrido?
¿Hacia dónde nos encaminamos?
Si no llega una solución pronto el panorama es muy duro. Si los trabajadores no perciben sus salarios y se hace inviable la continuidad del servicio hasta finales de año habrá cientos de trabajadores en la calle o lo que es aún peor, trabajando sin cobrar, sin saber cómo afrontar los pagos necesarios para afrontar el día a día. La RTPA podría además acabar presentando un concurso de acreedores que conllevaría un cese ¿temporal? de la actividad. ¡QUEREMOS UNA SOLUCIÓN Y LA QUEREMOS AHORA!
A medio plazo, del 2012 y en adelante, el panorama sobre la RTPA y el sector audiovisual en Asturies pinta igualmente oscuro. Con las amenazas de cierre o privatización lanzadas por el propio Cascos y el avance de las políticas precarizadoras del empleo nos vemos abocados a un trabajo aún más sumiso, en condiciones de semiesclavitud y con unos salarios en clara tendencia descendente. Existen además tres escuelas de formación en el Principado aportando cada año mano de obra barata que ni la radiotelevisión ni el sector audiovisual son capaces de absorber en su totalidad y ejercen una presión a la baja en las condiciones laborales.
¿Qué podemos hacer?
Teniendo en cuenta todo lo planteado, los trabajadores solo tenemos una salida: la exigencia de soluciones inmediatas a la grave situación actual a quien a día de hoy las tiene que dar: el parlamento. ¿Cómo? Haciendo ruido y dejando claro que no se nos utilice ni por unos ni por otros, pues ello les confunde en la búsqueda de soluciones. La lucha partidista es una de las razones que bloquean la situación.
Si la clase política defiende sus intereses de partido, los empresarios defienden sus beneficios y la Dirección y el Consejo de Administración defienden su gestión. ¿Por qué los trabajadores no nos dedicamos a defender única y exclusivamente nuestros intereses?¿Por qué nos dejamos arrastrar por los llamamientos a la unidad de acción del Director General?¿Por qué nos cuesta tanto soltar el lastre de una gestión que nosotros mismos hemos sufrido y que no quisiéramos volver a sufrir en el futuro?¿Por qué dejamos que nuestra lucha y nuestro apoyo social se vincule con el apoyo a la gestión de la cadena?¿Por qué permitimos que nuestros propios informativos jueguen con esta vinculación que tanto nos está perjudicando? ¡Basta de corporativismo!
Esta sección sindical nunca ha estado alineada con la Dirección actual ni lo estará en el futuro si no mejora la gestión y las condiciones laborales. Pero creemos que no sirve con que nosotros lo manifestemos. Es necesario que el desmarque se produzca de manera colectiva. Que la imprescindible exigencia de soluciones a los grupos parlamentarios vaya acompañada de una sensibilización social que nos quite la responsabilidad sobre lo que aquí pasó, pasa y con toda probabilidad seguirá pasando. Entonces podremos hablar con más libertad y ser más firmes en nuestra lucha.
Que se acabe inmediatamente con el atrincheramiento de los actuales gestores que sin duda alguna no está contribuyendo a solucionar la situación. Que los grupos parlamentarios se pongan de acuerdo sobre el futuro de la radiotelevisión cuanto antes y que el Gobierno del Principado restablezca los pagos inmediatamente.
La necesidad de que los trabajadores nos desmarquemos claramente de la Dirección de RTPA no es solo por justicia. Es la única forma que tenemos de forzar un desenquistamiento de la situación. Hacer que algo se mueva. Si forzamos a los políticos a que no nos usen de manera partidista, les estaremos de alguna manera obligando a que busquen soluciones.
La gravedad de la situación no nos puede hacer perder de vista la defensa de un servicio público que bien gestionado y llevando a la práctica de una manera real sus objetivos puede ofrecer a la sociedad asturiana un servicio de un valor económico, cultural y social incalculables. Algunas de esas potencialidades ya se demostraron en estos años a través de experiencias como las de La Marquesina, Samba, el chigre y versión asturiana.., programas como Presta asgaya, Camín de cantares, Mochileros, la Mar de Asturias o Conexion Asturias, indiscutible vertebrador territorial que pone en valor al invisible medio rural asturiano. Las retransmisiones del deporte base. La apuesta por la programación en asturiano y la difusion musical en la radio. La importancia de tener unos buenos informativos altavoz de los problemas sociales, políticos y económicos. Ejemplos haberlos hailos, e ideas a mil. Hay que dejar trabajar a los profesionales, periodistas y creativos con libertad. ¿Que se puede hacer con menos dinero y mejor? Todo el mundo dice que es así. Que se haga. Pero que no se ponga una y otra vez un medio de comunicación público, financiado con nuestros impuestos, al servicio de intereses partidistas, al servicio del Gobierno de turno o los empresarios sin escrúpulos. Convirtiéndonos a los trabajadores en mercancía en las manos caprichosas de unos y otros. ¿Que se puede reactivar el sector audiovisual y que no sea dependiente única y exclusivamente de la RTPA?, que se haga también. Queremos trabajar en un entorno guiado por la profesionalidad y las condiciones de trabajo dignas, como mínimo con respeto a la legislación laboral. La necesidad de dotar al sector audiovisual asturiano de un convenio colectivo propio también debiera empezar a situarse en nuestras cabezas, aunque en estos momentos sea difícil mirar más allá del mes que viene.
Debemos salir a la calle, de la manera más ruidosa posible y de manera constante a defender que la gente que no cobra lo haga y a defender nuestros puestos de trabajo (los de todos), teniendo en cuenta que se han de sentar las bases para darle una continuidad a nuestras demandas. Lo que aquí ha pasado durante los últimos años no debiera volver a ocurrir en medio del silencio y la resignación de los propios trabajadores.
¡RTPA SOLUCIÓN YA!