¿Se puede criticar a los personajes públicos, a políticos, banqueros, empresarios? ¿e informar, reprobar, comentar? No esta nada mal empezar esta entrevista con una pregunta hacia el que lee esto ahora mismo. Hemos hablado con Patxi Ibarrondo, una de las personas de este país que puede contestar muy bien la pregunta anterior. Una sentencia le […]
¿Se puede criticar a los personajes públicos, a políticos, banqueros, empresarios? ¿e informar, reprobar, comentar? No esta nada mal empezar esta entrevista con una pregunta hacia el que lee esto ahora mismo.
Hemos hablado con Patxi Ibarrondo, una de las personas de este país que puede contestar muy bien la pregunta anterior. Una sentencia le condenó en 2001 por «mancillar» el honor del entonces secretario general del PP cántabro, Carlos Sáiz, y de paso la sentencia cerraba un Realidad informativa independiente en el corazón de Cantabria, una utopía que defendió semanalmente «La Realidad» durante dos años, a pesar de tener en contra a toda la oligarquía caciquil de la región.
Al final de este dialogo con Patxi Ibarrondo dejamos unos enlaces para ese siempre interesante y necesario saber más.
-LQSomos: En un país en el que el que se han cerrado diversos medios de comunicación desde la Transición hasta nuestros días, el ultimo ejemplo lo tenemos en Ateak Ireki. ¿Qué es para ti la libertad de expresión, de comunicación?
-Patxi Ibarrondo: Es como el agua y el oxígeno para cualquier organismo vivo. La libertad de expresión es la base de una auténtica democracia, un fundamento esencial para la razón y una vacuna contra las epidemias de fascismo de todo tipo. Por lo tanto, es una utopía por la que se hace imprescindible combatir, sin tregua ni temor a equivocarnos. Las discrepancias son lícitas y hasta deseables, pero la evolución no se cuestiona. Sin libertad de expresión volveríamos a las cavernas y a la superstición irracional
-LQSomos: Encabezar, lanzar un proyecto periodístico al margen de grandes corporaciones es casi una utopía, y en la Cantabria de 1999 aun más. ¿Se rehace uno después de un asesinato a la libertad como el que sufriste con el cierre de «La Realidad»?
-Patxi Ibarrondo: En efecto, el proyecto editorial de «La Realidad» fue un tanto singular y heterodoxo; quizá demasiado anticipatorio de esta realidad que ahora mismo padecemos todos, como se puede comprobar leyendo los contenidos del semanario. Es cierto que lamenté profundamente su forzosa desaparición. La mente humana es capaz de soportar todo tipo de contratiempos y odiosos sinsabores, pero mentiría si dijera que no quedan secuelas de frustración. Lamento, por ejemplo, el hecho de que nos «entendiera» perfectamente el cacique, el enemigo; y por ello no paró hasta acabar con la publicación. Sin embargo, no hubo tal clarividencia en determinados ambientes de la «izquierda» cántabra. Y me quedé solo. Eso duele. Estaba, pues, sentenciado. Aún estoy pagando las cuantiosas consecuencias judiciales.
-LQSomos: A pesar de los casos de corrupción, de falsedad o manipulación, da la impresión de que la Justicia no es igual para tod@s. ¿Seguimos en el país del «honor» frente a la libertad de información?
-Patxi Ibarrondo: Como estamos comprobando en estos momentos de desfondamiento institucional, con la metástasis de una corrupción generalizada a todos los niveles del estado, en España rige una «apariencia» de democracia, sustentada en una «apariencia» de libertad de expresión. El famoso «honor» no es más que una herramienta de primer orden para impedir que los escasos medios de comunicación independientes y críticos indaguen y cuenten, a fondo y sin ambages, la verdad de lo que ocurre.
-LQSomos: Dicen que matando al mensajero, no se acaba con el mensaje… ¿Queda algo del semanario «La Realidad» en 2014?
-Patxi Ibarrondo: También se suele decir que «muerto el perro se acabó la rabia»… El mensaje siempre está y estará ahí para quien lo quiera atrapar, porque el mensaje es la vida misma. Sin embargo, mucho me temo que de «La Realidad» no haya quedado otra cosa que el olvido de una experiencia anecdótica que duró casi dos años, en un entorno político bastante primitivo y durísimo.
-LQSomos: Cada vez más voces se muestran disidentes con el sistema político español nacido de la dictadura, pero el tiempo va pasando. ¿Hay más pluralidad política y de poder en la Cantabria de 2014, que en la de 2001?
-Patxi Ibarrondo: No. Los amos siguen siendo los mismos y sus representantes también. En cuanto a la masa crítica disidente es, poco más o menos, idéntica minoría reivindicativa.
-LQSomos: Sin lugar a dudas si hay un medio de comunicación que puede influir, manipular e incluso atontar es que hablamos de la televisión. ¿Cuando ves a un personaje como Miguel Ángel Revilla haciendo de paladín de las libertades en la TV, que se te ocurre?
-Patxi Ibarrondo: No hay duda alguna de que la televisión es un medio nefasto de propaganda y recaudación del poder capitalista. Ni siquiera el ideólogo nazi Joseph Goebbels pudo soñar con utilizar un mueble electrónico con tanto poder de alienación. Lo que no sale por la pantalla no existe. Es la pirotecnia del espectáculo introducida en la sala de estar de la vivienda hipotecada. Los individuos oportunistas como Revilla lo han comprendido astutamente. Son políticos showman, entretenedores. Para ello deben tener la habilidad histriónica de mezclar constantemente realidad y ficción, hasta que no se distinga la una de la otra. El resultado es la media verdad rentable. La cuestión clave en estos «reality» del púlpito televisual es suministrar sensaciones en el espectador; ser «majo» o «simpático». En el actual contexto de desinformación generalizada, el público ignora o no le importa nada la catadura moral del interfecto. No importa si hoy dice una cosa y mañana la contraria. El español es el que más horas de televisión consume en Europa. Tener un rey como el que tenemos y a un individuo como Rajoy de presidente con mayoría absoluta habla por sí solo de su capacidad de criterio.
-LQSomos: La palabra globalización nos trajo muchas cosas, como que es más fácil enterarse de un suceso en una granja de Massachusetts, que de una huelga en Torrelavega. ¿Dónde esta, donde queda la información local?
-Patxi Ibarrondo: Hay que insistir en que la gran información de trazo grueso está teledirigida por agencias y al completo servicio del sistema. Con la globalización, la información local queda reducida a los flecos anecdóticos y al amarillismo de los sucesos truculentos, o así.
-LQSomos: Cada vez lo que denominamos mass media en el estado español están en menos manos y detrás de esas manos hay un bancos y multinacionales. ¿El periodismo en el estado español esta tomado por los «cínicos»?
-Patxi Ibarrondo: Antes de la actual «crisis», los grandes medios de comunicación jugaban al equilibrio entre la independencia periodística y la necesidad de insertar publicidad. Ahora la información está mayormente al servicio de la publicidad. Uno solo puede ser independiente ideológicamente cuando lo es en el plano económico. Esto es de una obviedad indiscutible. En la Prensa, las enormes deudas han hipotecado radicalmente la veracidad de los contenidos. Las grandes inversiones en tecnología, a menudo innecesaria, han abocado a la ruina o a la precariedad. Los tiburones estaban esperando su momento y esos «magnates» son los nuevos accionistas de las editoriales. Como es lógico, no van a tirar piedras sobre su propio tejado. En este contexto, los periodistas han quedado como impotentes o cómodos, según los casos, oficinistas de la nueva situación. La intoxicación y la manipulación de la realidad están servidas. Fue el gran periodista Ryszard Kapuscinsky quien escribió aquello de que «los cínicos no sirven para este oficio». Lamentablemente se equivocó de medio a medio.
-LQSomos: Redacciones, espacios físicos, imprentas… «los tiempos cambian que es una barbaridad». ¿Qué futuro le ves al periódico, al semanario en papel, frente a las nuevas tecnologías?
-Patxi Ibarrondo: No lo tengo claro y no tengo bola de cristal para adivinar el futuro. Por el momento, el papel parece estar en baja forma, a menudo diezmado por las querellas judiciales como en el caso «La Realidad». Yo creo que son distintos y pueden y deben ser compatibles. La idea de un semanario de papel regional, pegado al terreno, puede ser viable. Está próximo a las fuentes informativas y es mayor la complicidad con el lector. También es más económico. No tiene desmesurados costes de desplazamiento y distribución, etc. Pero de todos modos exige austeridad y mucha vocación. Aunque esta palabra esté pasada de moda. Aún no hemos llegado al momento en que un telediario tenga más credibilidad que una portada de tinta.
-LQSomos: Decir las cosas como son, como lo llamarías, ¿información alternativa, contra-información o simplemente información?
-Patxi Ibarrondo: Pienso que las etiquetas son lo de menos, y a menudo se han desgastado por el excesivo uso. Lo importante es contar la verdad. Pero puestos a ir, sería periodismo contracorriente.
-LQSomos: En todos estos años a pesar del cierre de «La Realidad» no has abandonado tu pluma y te has mantenido activo y activista a través de tu blog «El Antídoto». ¿Qué te aporta escribir, contar, narrar, denunciar, expresar?
-Patxi Ibarrondo: Vida.
-Gracias Patxi, eres enseña de la libertad de comunicación.
Salud y ¡adelante!
Fuente original: http://www.loquesomos.org/index.php/es/la-calle/33-especiales/12076-dialogos-con-patxi-ibarrondo
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