Analizar las tropelías de la prensa en su cobertura de la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela daría para escribir un libro. De modo que nos ocuparemos solo de las informaciones de los periódicos españoles El País y El Mundo. Veamos por qué un lector de El País nunca podrá entender lo que sucede […]
Analizar las tropelías de la prensa en su cobertura de la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela daría para escribir un libro. De modo que nos ocuparemos solo de las informaciones de los periódicos españoles El País y El Mundo.
Veamos por qué un lector de El País nunca podrá entender lo que sucede en Venezuela. La crónica postelectoral del 9 de octubre de los dos principales candidatos los diferenciaba así:
Sobre Chávez habla «del fracaso de su gestión y de la incertidumbre que supone su enfermedad -en junio de 2011 le diagnosticaron cáncer- al no tener un heredero conocido». «Su dolencia le restó reflejos e inspiración y le obligó a reducir el número de mítines, celebrando 12 menos que en las elecciones de 2006. Y en su recorrido por el país se encontró en más de una ocasión con un pueblo harto de violencia en las calles, cortes del servicio eléctrico, promesas incumplidas y proclamas ideológicas planetarias. Chávez reconoció sus errores y prometió prestar mayor atención a los problemas del ciudadano en el próximo sexenio, centrando su mensaje en repetir como un taladro que solo él garantizaba la ‘independencia’ de Venezuela y el bienestar del pueblo».
Mientras tanto, el opositor Henrique «Capriles había hecho bandera durante su campaña de la reconciliación nacional». «El líder opositor, un abogado de 40 años, conocido como el flaco, del partido Primero Justicia (centroderecha) y exgobernador del Estado de Miranda, realizó una brillante campaña, yendo de menos a más, con una política de cercanía a los problemas de los venezolanos -inseguridad ciudadana, carestía, deterioro de los servicios públicos, corrupción, etcétera-, e ignorando el intercambio de golpes ideológicos que le proponía el chavismo».
Con estas palabras el diario El País nos explica por qué los venezolanos votaron mayoritariamente a Chávez como presidente y no a Capriles. Es lo que se dice ayudarnos a comprender el mundo, ¿verdad?
Y, por si fuera poco, los enviados denuncian la crueldad de un presidente que ha utilizado «sin escrúpulos los recursos del Estado». ¿Cómo? Véase: «[Chávez] Tampoco dejó de recordar los logros de sus 14 años de mandato -reducción del analfabetismo, extensión de la atención sanitaria primaria, incremento del número de universitarios, mercados populares, etcétera- utilizando sin escrúpulos los recursos del Estado». Si hubiera tenido escrúpulos no hubiera dedicado el dinero a atención sanitaria, a becas universitarias o mercados populares con alimentos subvencionados; hubiera sido como el gobierno español: habría dedicado 8,26 millones a la Casa Real, 10.000 millones anuales a la Iglesia o 92.500 millones de euros a los bancos (solo en 2010). Por todo ello, y gracias al uso escrupuloso del gobierno español, la pobreza ha crecido en España un 174% desde 2007 [1], mientras que Venezuela es el segundo país de América Latina donde más se ha reducido la pobreza en los últimos 12 años [2].
Conclusión imparcial y objetiva de los periodistas de El País sobre el resultado electoral en Venezuela: «Chávez dispondrá a partir de ahora de un cuarto mandato para profundizar en su revolución bolivariana o socialismo del siglo XXI y su caudillismo mesiánico».
Al día siguiente, el mismo periódico titula «Chávez llama a Capriles pero evita hablar de diálogo». En el texto de la noticia leo la siguiente frase de Chávez en twitter: «Créanmelo: he sostenido una amena conversación telefónica con Henrique Capriles. ¡Invito a la Unidad Nacional, respetando nuestras diferencias!», y entre las palabras en su discurso del día posterior a la jornada electoral encontramos: «Abramos un debate abierto y franco». ¿Y lo de evitar el diálogo del titular del periódico?
Lo de El Mundo el 7 de octubre, tras conocer el resultado electoral, no pudo ser más burdo: « Sus antecedentes tampoco dejan en buen lugar al líder bolivariano. Ya en 2004, tras la celebración de un referéndum para decidir sobre la permanencia de Chávez, la oposición denunció un fraude electrónico. Aunque la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter avalaron la consulta, prestigiosos estudios estadísticos posteriores demostraron que el chavismo no había jugado limpio«. Siempre quedarán unos «prestigiosos estudios estadísticos posteriores» para avalar lo que cualquier periodista quiera y justificar el titular «Sombra del fraude sobre el 7-O».
Al día siguiente, la pasión por la muerte de Chávez obnubila las mentes de los periodistas. Así dice El Mundo el 8 de octubre : «Según la Constitución Bolivariana si Hugo Chávez fallece durante la primera mitad de su mandato deberá convocar elecciones». No especifican si las convocará cuando esté enterrado o poco después de morir.
Pascual Serrano es periodista. Su último libro es «Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa» . Editorial Península. Barcelona
[1] Según Caritas.
[2] Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). http://www.bbc.co.uk/mundo/movil/noticias/2012/01/111229_venezuela_pobreza_desarrollo_humano_cepal_chavez_j.shtml
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