El mes pasado, el diario ABC publicó un artículo que llevaba por titulo un categórico: «Uribe prueba el apoyo de Chávez a las FARC». En el cuerpo del texto, ABC decía que «el ministro de Defensa, Gabriel Silva, mostró videos e información que prueban que varios líderes de las guerrillas izquierdistas de las FARC y […]
El mes pasado, el diario ABC publicó un artículo que llevaba por titulo un categórico: «Uribe prueba el apoyo de Chávez a las FARC».
En el cuerpo del texto, ABC decía que «el ministro de Defensa, Gabriel Silva, mostró videos e información que prueban que varios líderes de las guerrillas izquierdistas de las FARC y el ELN están en Venezuela».
Las «pruebas» fueron aportadas por supuestos guerrilleros «arrepentidos».
http://www.abc.es/20100717/internacional/uribe-prueba-apoyo-chavez-20100717.html
La semana pasada, ese mismo periódico ha publicado un artículo que lleva por titulo un cauteloso: «Hizbulá presenta documentos que asegura implican a Israel en muerte de Hariri».
En el cuerpo del texto, ABC ha dicho que «el jefe del grupo chiíta libanés Hizbulá, Hasan Nasralá, ha dado a conocer hechos y fotos, pero no pruebas contundentes».
Las «pruebas» fueron presentadas por militantes de Hizbulah.
http://www.abc.es/20100810/internacional/hizbola-201008100008.html
O sea, que aún siendo ambas fuentes igualmente «terroristas» (según Washington y parte de la UE) las que ABC considera «convenientes» se dan por ciertas, y las que ABC considera «inconvenientes» se dan por falsas.
Con esta subjetividad, lo único probado aquí, es que el ABC nos vende una idea muy interesada de la realidad.