Es de preocupación continúa que nuestra Latinoamérica no sólo continúe siendo terreno fértil de todo tipo de agresiones a comunicadores, sino lo que es más grave, que tenga la prioridad en el mundo como cadalso de periodistas. Los hechos recientes que se suman a todos los anteriores engrosan las listas lúgubres y de todo tipo […]
Es de preocupación continúa que nuestra Latinoamérica no sólo continúe siendo terreno fértil de todo tipo de agresiones a comunicadores, sino lo que es más grave, que tenga la prioridad en el mundo como cadalso de periodistas. Los hechos recientes que se suman a todos los anteriores engrosan las listas lúgubres y de todo tipo de atentados: un colega asesinado en Perú y otro más agredido, uno en desaparición forzosa en Colombia y uno más es amenazado en nuestro dolorido México que ostenta el vergonzoso primer lugar en el mundo en asesinatos, desapariciones y demás agresiones a trabajadores de la prensa, y como siempre las autoridades ajenas a estos preocupantes acontecimientos, de ahí la impunidad reinante en la región continental.
En Perú, se nos informa, el periodista radial Miguel Pérez Julca de 38 años, fue asesinado la noche del sábado 17 de marzo de dos disparos en la cabeza en las afueras de su domicilio en la urbanización Las Palmeras, en Jaén, departamento de Cajamarca. Fueron dos sicarios sicarios los que dispararon contra el comunicador social, quien trabajaba en el noticiero «El informativo del pueblo» de Radio Éxitos, en presencia de su esposa, Nelly Guevara Arrascue, quien fue herida de un balazo en la rodilla izquierda, y de sus menores hijos Yahir y Miguel.
Pérez Julca se había dirigido muy temprano al centro de la ciudad y, tras conversar con algunos amigos, regresaba a su domicilio a reunirse con su familia. Los dos sujetos, a bordo de una moto, uno de ellos, con la cara descubierta y revólver en mano, le disparó a quemarropa en la cabeza. La hoy viuda Nelly Guevara Arrascue, precisó que el jueves 15 de marzo su esposo le informó que un carro blanco lo seguía, pero que nunca imaginó que lo asesinarían.
El periodista Darío Arizmendi Posada de 60 años, director de noticias de la cadena colombiana, Caracol Radio, salió del país tras ser avisado por las autoridades sobre un posible atentado contra su vida. Según la cadena privada de radio colombiana, RCN, el periodista, quien debió abandonar Bogotá con su familia, sigue dirigiendo el espacio informativo matutino desde un sitio sin precisar.
El reportero gráfico, Edwin Gómez, del diario «La Calle» y de la emisora Radio Estación Wari, fue agredido, el último 10 de marzo, por Yuri Revollar, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Ayacucho, cuando el periodista intentaba fotografiarlo durante una asamblea pública. El reportero confirmó que Revollar lo insultó para impedir que lo fotografíe. Al no hacerle caso, el dirigente lo golpeó en el brazo y le arrebató la cámara. El aparato fue dañado.
Y aquí en nuestro país, los exgobernadores creen que tienen permanente patente de corzo Por segunda ocasión en menos de seis meses el es jefe del ejecutivo de Campeche, Jorge Salomón Azar García amenazó de muerte al colega, Alexandro Arceo Azar. La primera vez, nos relata amigo, a gritos y en presencia de mi hija me preguntó «si iba a heredar el pleito de mi padre». Ante mi prudente silencio, su ira aumentó. «Aquí estoy, eh», farfulló. «Yo también estoy aquí, no te tengo ningún miedo», atajé.
El pasado viernes por la tarde, de nuevo, ahora ante unas señoras que esperaban a sus hijos en el campo de fútbol Márquez, se me acercó retador y señalándome con el índice, me gritó: «En el pasquín propiedad de tu familia siguen publicando que yo soy el ex gobernador más ladrón, espía y sinvergüenza en la historia de Campeche, pero quiero decirte que el más sinvergüenza que hay en Campeche es tu padre». Me limité a contestarle que sus alardes eran innecesarios, y que lo que quisiera decir lo enviara por escrito a la redacción del periódico.
Durante los años de batallas fiscales y legales enderezadas contra TRIBUNA por este sujeto, apoyado en la sinrazón del poder que indebidamente ejerció, he mostrado la cara. Los delitos inventados durante su administración contra quienes formamos parte de este periódico cayeron como castillos de naipes. Con orgullo puedo decir que de las más de diez auditorías que gestionó ante Hacienda para perseguir a mi familia, en ninguna se encontraron irregularidades. Con todo el poder gubernamental en sus manos no pudo probar ilícito alguno.
Así se dan las cosas en esta nuestra Latinoamérica. ¿Hasta cuando, y es pregunta, las autoridades competentes actuaran de acuerdos a las leyes de cada país y a los protocolos que han firmado con los organismos internacionales en defensa de las libertades de prensa y expresión y el derecho a la información de los pueblos?
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– Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.