Fin al sueño de la autogestión. Adiós a los ideales de Sartre y Serge July. El diario francés de izquierdas «Libération» ha entrado de lleno en el capitalismo. Los accionistas aprobaron el pasado viernes el plan para ampliar capital por unos 15 millones de euros y la modificación de estatutos, que supone el paso de […]
Fin al sueño de la autogestión. Adiós a los ideales de Sartre y Serge July. El diario francés de izquierdas «Libération» ha entrado de lleno en el capitalismo. Los accionistas aprobaron el pasado viernes el plan para ampliar capital por unos 15 millones de euros y la modificación de estatutos, que supone el paso de la propiedad de los redactores a la constitución como sociedad anónima. Ya no hay marcha atrás.
«Es el fin de una crisis aguda. Hemos salido del infierno y entramos en el purgatorio», ha afirmado el presidente de la editora del diario, Laurent Joffrin. A partir de ahora llegarán las « reformas» en el contenido y la «reorganización» de la redacción.
El pasado jueves, los trabajadores dieron luz verde a los cambios y un día después llegó la aceptación de los accionistas. El ‘sí’ implica la constitución de órganos de gestión propios de una sociedad anónima, pero también la entrada de nuevos socios entre los que se redistribuye el capital. En total hacían falta 15 millones de euros para salvar al diario de la quiebra.
El principal accionista seguirá siendo Edouard de Rothschild, con el 38,6%, pero a continuación se sitúa un recién llegado, Carlo Caracciolo (33%), cofundador del diario italiano «La Repubblica». Rothschild va a aportar 5,8 millones de euros a la ampliación de capital, mientras que Caracciolo invertirá cinco millones.
Pathé (1,5 millones), Mediascap (1,2 millones) y Suez (300.000 euros), que ya son accionistas del periódico, tendrán el 10, el 8 y el 2% del capital, respectivamente. Además, un grupo de personalidades, entre las que se encuentra el filósofo Bernard-Henri Lévy, aportará en conjunto 1,2 millones de euros, el 8% del capital.
La Sociedad Civil del Personal de «Libération» (SCPL), organismo de autogestión y la Sociedad de Lectores de Libération (SLL), creada al principio de la crisis financiera que se abrió el pasado mes de septiembre, completarán el accionariado.
«Libération» acumuló en 2006 unas pérdidas estimadas en 12 millones de euros. El objetivo de estos cambios es conseguir el equilibrio financiero y empezar a conseguir beneficios el año próximo. Uno de los aspectos más polémicos del plan de la dirección es la supresión de 76 empleos, rechazada por el comité de empresa, que dejaría la plantilla en 200 trabajadores.