El gobierno de Estados Unidos deslizó algunos términos duros contra la libertad de prensa cuando divulgó tímidamente este mes su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo.El subsecretario de Estado asistente para Democracia y Derechos Humanos, Lorne Craner, dijo entonces a la prensa que la cadena de televisión árabe Al […]
El gobierno de Estados Unidos deslizó algunos términos duros contra la libertad de prensa cuando divulgó tímidamente este mes su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo.
El subsecretario de Estado asistente para Democracia y Derechos Humanos, Lorne Craner, dijo entonces a la prensa que la cadena de televisión árabe Al Jazeera incitaba a la violencia contra las fuerzas estadounidenses en el Iraq ocupado.
Al Jazeera «va más allá que la revista New Yorker o (la cadena televisiva estadounidense) CBS», sostuvo Craner. «Somos extremadamente tolerantes» a la crítica, «pero incitar a la violencia es otra cosa», advirtió.
Las acusaciones de Craner, entre cuyas funciones oficiales figura la promoción de la libertad de prensa en todo el mundo, fueron las últimas en una serie de medidas del gobierno estadounidense para amordazar a la cadena televisiva de Qatar, la más popular del mundo árabe.
Al Jazeera logró ganarle la carrera por la información a muchos medios estadounidenses en la cobertura de la guerra de Iraq y la subsiguiente ocupación.
Esta televisora, cuyas emisiones comenzaron en 1996, enfureció tanto a sus competidores estadounidenses como al gobierno de Bush aun antes de la invasión lanzada el año pasado como primer paso para «democratizar» Medio Oriente.
Pero los ataques recrudecieron cuando la emisora comenzó a transmitir en vivo información sobre bajas civiles en Faluya, ciudad sometida a sitio y a un fuerte bombardeo en abril.
El corresponsal de Al Jazeera, Ahmed Mansour, era al parecer el único periodista en la ciudad mientras las tropas estadounidenses la asediaban.
Según fuentes médicas de Faluya, la ofensiva de las fuerzas de ocupación costó la vida de al menos 700 iraquíes, la mayoría mujeres y niños, y dejó heridas a otras 1.500 personas.
El portavoz militar estadounidense Mark Kimmit sugirió que los iraquíes «cambiaron el canal a otra estación de noticias legítima, autorizada y honesta».
«Las estaciones que muestran estadounidenses matando intencionalmente mujeres y niños no son fuentes legítimas de noticias. Eso es propaganda, y eso es mentira», sostuvo.
El secretario (ministro) de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, fue aun más allá: «Puedo decir definitivamente que lo que hace Al Jazeera es vicioso, inexacto e inexcusable.» «Ustedes saben lo que hacen nuestras fuerzas: no andan por ahí matando a cientos de civiles. Eso es un escándalo sin sentido. Lo que esa estación hace es desgraciado», añadió Rumsfeld.
El secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell pasó a los hechos, cuando a comienzos de mes solicitó formalmente a su par de Qatar, jeque Hamad bin Jassim bin Jabr al- Thani, que afianzara los controles sobre la cadena televisiva.
Powell dijo luego de reunirse con el canciller qatarí en Washington que las relaciones entre los dos países habían sido dañadas por la cobertura de Al Jazeera.
El 21 de este mes, el asistente de cámara de la cadena televisiva Rashid Hamid Wali murió alcanzado por los disparos en medio del combate por la ciudad Karbala.
En varias ocasiones, corresponsales de la televisora fueron censurados por las autoridades de la ocupación en Iraq, que llegaron a prohibirles el ingreso a conferencias de prensa.
Analistas estadounidenses consideran que el ataque de Washington tendrá consecuencias negativas, tanto para la libertad de prensa como para la su propia estrategia en Medio Oriente.
«En Washington siguen diciendo que quieren la democratización de Medio Oriente, pero las medidas del gobierno de George W. Bush contra Al Jazeera dicen lo contrario», dijo Norman Solomon, director ejecutivo del no gubernamental Institute for Public Accuracy.
«Estados Unidos está perdiendo la guerra en Iraq y está cada vez más aislado en el mundo árabe. ¿Y cuál es la respuesta? Acusar a los medios», dijo Reese Erlich, periodista que cubrió información de Medio Oriente durante 20 años.
«Los medios estadounidenses jamás aceptarían ese argumento del candidato Bush. ¿Por qué aceptarlo del comandante en jefe Bush?», concluyó.
La emisora de televisión vía satélite qatarí Al Jazeera es llamada «la CNN del mundo árabe», por la popular cadena estadounidense de noticias para abonados. Pero los responsables de la emisora prefieren decir que su influencia mayor procede de la BBC británica.
Al Jazeera se ufana en la actualidad de contar con más de 40 millones de telespectadores. La audiencia aumentó mucho con su cobertura bélica, que incluyó entrevistas a prisioneros de guerra estadounidenses en manos de iraquíes y pavorosas imágenes de víctimas civiles.
Dos emisoras de Emiratos Arabes Unidos, Al Arabiya y Abu Dhabi TV, siguieron el camino de la qatarí, al difundir los puntos de vista de la población iraquí.
Al Jazeera, fundada por la corona de Qatar, es administrada como una empresa privada. La cadena ganó notoriedad mundial por sus entrevistas a Osama bin Laden, el saudita acusado de los atentados que dejaron 3.000 muertos en Estados Unidos en septiembre de 2001.
La televisora también presenta debates abiertos sobre algunos cuestiones tabú en el mundo árabe, en contraste con la mayoría de los medios de Medio Oriente.
También Israel ha cuestionado la emisión en ese canal de imágenes que reflejan el sufrimiento del pueblo palestino, pero sus coberturas fueron, además, objeto de medidas de censura por parte de las autoridades de Argelia, Jordania, Palestina y Kuwait.