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Campaña de desinformación y operación de relaciones públicas a nombre del G8

Live 8: Bonanza de los medios corporativos

Fuentes: ALAI

Traducción: ALAI

Live 8, «el mayor concierto» en vivo, se ha presentado a la opinión pública del mundo como «campaña de sensibilización» en solidaridad con África. Su objetivo señalado era presionar a los líderes del Grupo de los Ocho (G8) para que aumenten la ayuda externa y cancelen la deuda de los países más pobres del mundo.

En las palabras de su promotor Bob Geldof, Live 8 ha proporcionado una «oportunidad única» para salvar un continente de un desastre humanitario.

Los conciertos de Live 8 organizados en los ocho países más industrializados (así como en Sudáfrica), sin embargo, no fueron pensados para recoger dinero para los países más pobres del mundo.

De hecho todo lo contrario.

Live 8 es una iniciativa multimillonaria, que arrojará beneficios enormes para sus patrocinadores corporativos, incluyendo Time Warner, el gigante conglomerado mediático basado en los Estados Unidos, la Ford Motor Company, a través de su filial sueca Volvo, y Nokia, la empresa de teléfonos celulares, además del grupo británico EMI Music, que ha establecido un arreglo altamente lucrativo con los organizadores de Live 8.

AOLTime Warner, que controla los derechos de transmisión radio-televisiva en EE.UU., autorizó a la compañía Walt Disney la difusión televisiva en ABC y en una miríada de estaciones de televisión y radio afiliadas, incluyendo Premiere Radio Networks, XM Satellite Radio y la Red MTV de Viacom (por cable). AOL también detiene los derechos de exclusividad «en línea» para el evento en Internet.

El tiempo de salida al aire en TV ha sido vendido a los mejores postores alrededor del mundo. Se espera millones de dólares de ingresos por publicidad en la transmisión del evento, además de las repeticiones, los video-clips, la transmisión en Internet y los DVDs, que estarán disponibles comercialmente.

Según los productores, Live 8 se registrará como «la transmisión global más grande de la historia». Los organizadores esperan -a través de la TV, de la radio y de la Internet- alcanzar a unas 5.5 mil millones de personas, o al 85 por ciento de la población del mundo. La industria publicitaria tiene un estimado conservador de dos mil millones de espectadores potenciales, aproximadamente un tercio de la población del mundo.

De lejos, esta es la mayor operación publicitaria de la historia, que llenará los bolsillos de los promotores, productores, patrocinadores corporativos, además de los royalties acumulados a favor de los artistas y «celebridades». Un pequeño porcentaje de los ingresos podría asignarse a organizaciones caritativas implicadas en los países en desarrollo, pero éste no es el objetivo señalado por Live 8.

La Ford Motor Company ha utilizado el acontecimiento para promover su división sueca de autos de lujo, Volvo, con spots publicitarios durante la transmisión en EE.UU. Volvo también ha proporcionado el transporte para los artistas hacia y desde los conciertos de Londres y Filadelfia, como también una suite VIP de entretenimiento en el concierto de Filadelfia. (véase http://www.adage.com/news, junio 30, 2005).

«El evento, dijo el portavoz de la compañía, Soren Johansson, «calza con el ADN de la compañía» y «apela a las emociones de la gente». Uno de los spots televisivos de la Volvo presenta a la ganadora del premio «Volvo para la vida», Rosamond Carr, «quién administra un orfanato en Ruanda, y dos otros que hablan sobre los valores de Volvo y su razón de involucrarse en el Live 8». (Ibid)

Por su parte, se estima que Vonage, la empresa telefónica basada en los EE.UU., ha gastado un monto «de ‘seis cifras’ para ser uno de los principales patrocinadores de la cobertura radial a través de Premiere Radio Networks». También difundirá un horario Live 8 en las redes de MTV.

El negocio con EMI

En un acuerdo multimillionario con los organizadores de Live 8, el grupo británica EMI Music ha asegurado los derechos exclusivos a los DVDs de los conciertos en seis de los países G8: EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Reino Unido, Italia y Alemania: «Una portavoz de la EMI dijo que, una vez que las ventas hayan cubierto el costo del anticipo, se pagarían ‘royalties muy generosos’ a Live 8 sobre el saldo de las ventas».

En las palabras de Bob Geldof, «tengo la esperanza de que será el DVD más vendido de la historia».

Mientras tanto, el evento ha contribuido a engrosar los valores de la bolsa, como el caso de EMI, cuyas acciones han triplicado su nivel de 2003.

Distorsión de las causas de la pobreza global

Los conciertos están totalmente desprovistos de contenido político. Se concentran en clichés simples y engañosos. Utilizan la pobreza como una herramienta de marketing y un truco de propaganda hacia los consumidores, a fin de aumentar el número de espectadores y oyentes por todo el mundo.

Live 8 crea un aura de optimismo. Transmite la impresión de que la pobreza se puede vencer con un plumazo. Solo se necesita buena voluntad. El mensaje es que los líderes del G8, junto con el Banco Mundial y el FMI, están comprometidos, en última instancia, con el alivio de la pobreza.

Al respecto, los conciertos son parte del proceso más amplio de desinformación mediática. Se utilizan como operación oportuna de relaciones públicas para el primer ministro Tony Blair, anfitrión de la Cumbre G-8 en Gleneagles, Escocia. Tony Blair aparece intensificando su campaña para convencer a las otras naciones G8 «a que actúen frente a la pobreza».

La propuesta de condonación de la deuda del G8

Live 8 no cuestiona, ni abarca, la agenda política del G8, que contribuye directamente a generar pobreza; tampoco cuestiona el papel del Banco Mundial, que ahora tiene a Paul Wolfowitz al timón, arquitecto neo-conservador de la invasión de Irak.

Al abordar la condonación de la deuda, Live 8 ni siquiera menciona los impactos de la «medicina económica» del Banco Mundial y FMI, impuesta a los países más pobres del mundo en beneficio de los acreedores occidentales.

Estas reformas macroeconómicas letales han contribuido al empobrecimiento de millones de personas. Obligan a paí¬ses a clausurar sus escuelas y hospitales, privatizar sus servicios públicos y vender los sectores más rentables de su economía nacional al capital extranjero. A cambio, el G8 promete aumentar la ayuda externa y proporcionar un alivio simbólico de la deuda. Estas reformas matan y el G8 no es la solución, sino la causa. El actor Will Smith se dirigió a la multitud en los escenarios del concierto, invitándoles a «chasquear los dedos», como recordatorio que cada tres segundos, un niño muere en África. Lo que obvió mencionar es que la causa principal de la mortalidad infantil en África son las letales reformas macroeconómicas.

Bob Geldof ve un aumento en la ayuda externa, totalmente fuera de contexto, como «oportunidad única» para erradicar la pobreza, cuando de hecho, el incremento propuesto en los flujos de ayuda por parte de los paí¬ses ricos del G8 conducirá a resultados exactamente opuestos.

Un porcentaje grande de la deuda de estos países se debe al Banco Mundial, al FMI y al Banco Africano de Desarrollo.

Para abordar esta problemática, en efecto los Ministros de Finanzas del G8 habían formulado una propuesta, que consiste en «la condonación» de la deuda pendiente con estas tres instituciones financieras internacionales, de los 18 países altamente endeudados. La cifra mencionada de la deuda condonada era del orden de 40 mil millones de dólares. Al mismo tiempo, se expresó un compromiso vago con el aumento de los flujos de la ayuda externa hacia la meta de 0.7% del GDP (http://www.g8.utoront o.ca/finance/fm050611_dev.htm)

¿Cuál es el escollo detrás de esta «propuesta aparentemente razonable de condonación de la deuda»?

El FMI, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo nunca cancelan ni condonan las deudas pendientes.

Puesto que ellos no perdonan las deudas, el G8 se ha comprometido a rembolsar a los acreedores multilaterales, actuando por parte de los paí¬ses más pobres del mundo.

¿Dónde conseguirán el dinero?

Para cada dólar de la «anulación de deuda» a las instituciones financieras internacionales, el G8 reducirá el flujo de ayuda externa a estos países. Es decir que la ayuda externa destinada para financiar programas sociales muy necesitados ahora entrará directamente a las cajas del FMI y del Banco Mundial. No hay nada nuevo en este mecanismo financiero. Se lo ha utilizado repetidamente desde el inicio de la crisis de la deuda.

«Una red de seguridad social » para el FMI y el Banco Mundial

De lo que se trata no es tanto de un programa de condonación de la deuda, cuanto que un proceso de «reembolso» que sirve directamente los intereses de los acreedores.

El trato constituye una «red de seguridad social» muy necesaria para los acreedores multilaterales. Asegura un flujo de liquidez hacia estas instituciones, mientras que mantiene a los países más pobres del mundo bajo el firme dominio del FMI y del Banco Mundial. También evita que estos países declaren una moratoria a su deuda externa.

El Presidente Bush lo ha dicho muy claramente. El dinero pagado al Banco Mundial a nombre de estos países, «provendrá de presupuestos de ayuda existentes». El programa de «condonación de la deuda», aun si es acompañado de un aumento en los compromisos de la ayuda exterior, dará lugar a una compresión significativa de los flujos verdaderos de ayuda externa hacia los países altamente endeudados.

Los aumentos propuestos en los compromisos de la ayuda exterior son ilusorios, puesto que el dinero se destina a los acreedores multilaterales. Y el trato será puesto en ejecución solamente si los países endeudados prometen cumplir con el conjunto usual de reformas de «libre comercio», bajo la supervisión de Banco Mundial y el FMI.

Una condición adicional, que emana directamente de la administración Bush, se relaciona a la «gobernabilidad». Requiere que estos países «se democraticen», según el modelo estadounidense, bajo la supervisión occidental, y realicen «elecciones libres», siguiendo el ejemplo de Irak y Afganistán.

Comentarios finales

Los conciertos son útiles para distraer la atención pública de la guerra conducida en Irak por EE.UU. y el Reino Unido, y de la relación más amplia entre la guerra y la pobreza global. Ni una palabra se mencionó en los conciertos sobre el hecho que George W. Bush y Tony Blair son considerados «criminales de guerra», bajo el derecho internacional.

Es más, Live 8 tiende a socavar todas las formas de disconformidad, expresadas con claridad y sentido, hacia la agenda polí¬tica del G8. A excepción del evento sudafricano, que incluyó la presencia de Nelson Mandela, los conciertos están desprovistos de una comprensión y un compromiso más amplios.

Live 8 socava tanto el movimiento anti-globalización, como el anti-guerra. Desvía la opinión pública y distrae la atención mediática del movimiento de protesta contra el G8. También sirve para minar la expresión de voces más radicales contra el Nuevo Orden Mundial.

De manera más general, el evento inculca un ambiente de ignorancia entre los millones de personas que escuchan la música y que tienen la sensación de hacer algo positivo y constructivo. Y sin embargo, no se presenta ninguno de los elementos centrales requeridos para entender las causas de la pobreza global.

A los patrocinadores corporativos del Live 8, incluyendo Bob Geldof, el Grupo EMI, AOL Time Warner, el Ford Motor Company, Nokia, MTV, la compañía Walt Disney, etc.: «Sean consecuentes con lo que dicen».

Si ustedes realmente están comprometidos con el alivio de la pobreza, donen todos los ingresos de esta operación mediática multimillonaria, incluyendo los réditos generados por los patrocinadores corporativos, redes de televisión, empresas publicitarias, royalties acumulados por las celebridades y artistas, a la gente de África. Dejen que utilicen este dinero como crean conveniente, sin interferencia de donantes ni de acreedores.

A los/las Africanos/as. No se dejen engañar por una gigantesca operación mediática corporativa, donde la pobreza se utiliza como insignia, para atraer a consumidores y ganar dinero. Declaren la moratoria en su deuda al FMI y al Banco Mundial.

* Michel Chossudovsky es profesor de economía a la Universidad de Ottawa y director del Center for Research on Globalization (CRG). Es autor de The Globalization of Poverty and the New World, segunda edición, Global Research, 2003. www.GlobalResearch.ca